Dentro de la serie de muestras que ha emprendido CentroCentro Cibeles, titulada “Mecenazgo al servicio del arte”, la exposición de la Colección Masaveu resultaba inexcusable. Representa un caso paradigmático de un modo de coleccionar del empresario español en los siglos XIX y XX, alternativo al coleccionismo nobiliario desde el Renacimiento. La calidad, número y heterogeneidad de sus fondos sitúan a la Colección Masaveu por derecho propio entre las mejores de España. La componen alrededor de 1500 piezas de excepcional categoría, que abarcan desde el siglo XII hasta la actualidad.
Francisco de Zurbarán. Santa Catalina. Ca. 1640 óleo sobre lienzo |
La muestra reúne pinturas y esculturas que por su variedad de formatos, heterogeneidad de procedencias y extraordinaria calidad, permite crear un auténtico museo temporal de la imagen entre el Románico y la Ilustración, hasta ahora nunca expuesto. Algunas de las obras no han sido exhibidas desde hace más de una generación y aunque muchas han concurrido a exposiciones temporales, esta es la primera oportunidad de contemplar reunidas tantas obras y de tal calidad de los fondos de la Colección.
El Greco. El Expolio de Cristo. Ca 1577-1579 óleo sobre tabla |
El recorrido propuesto sigue como hilo conductor los cambios en los materiales y procedimientos artísticos en el transcurrir de siete siglos. Mostrado con excelentes piezas tanto de maestros anónimos como de consagrados artistas conocidos del gran público. A lo largo de tres secciones se exhiben obras, algunas nunca presentadas en público, de pintores fundamentales del arte en España como El Greco, Zurbarán, Ribera, Murillo o Alonso Cano. Pero también de obras de artistas europeos como Matthis Gerung, El Bosco o Joos van Cleve el Viejo.
Anónimo Leonés. Descendimiento. Ca 1115-1120. Relieve en marfil. |
La primera sección, "De madera y oro" se refiere a los periodos Románico y Gótico. Entre la Edad Media y los albores del Renacimiento, la madera servía de soporte preferente a las imágenes. En tablas y tallas los artistas transformaron la leñosa consistencia vegetal en la apariencia de Cristo, la Virgen o los santos. En un tiempo en el que las representaciones se reservaban para el culto, el oro dotaba de una luz sobrenatural a muchas imágenes de la divinidad. Fue incorporado como elemento de fuerte significado simbólico. En esta sección ambos materiales son los predominantes, con la única excepción de la pieza más antigua, con la que arranca el recorrido: una pequeña plaza de marfil del taller real de San Isidoro de León.
En la segunda sección, titulada "Entre el Gótico y el Renacimiento" se ilustra la convivencia, que se produjo en la frontera de los siglos XV y XVI, de las formas y materiales medievales con una nueva estética inspirada en la antigüedad clásica. Mientras que la madera se mantuvo como soporte preferente de la pintura, hasta bien entrado el Renacimiento, el oro fue cediendo paso paulatinamente. En el caso español, los elementos góticos perviven más allá de la cronología tradicional determinada por el modelo italiano. Esto provocó la coexistencia de ambas líneas en paralelo, pero también la creación de interesantes fusiones según el origen y la trayectoria de los artistas. En la Colección Masaveu se conservan ejemplos muy significativos de importantes maestros de ese momento de la pintura, en torno a 1500, en Castilla y la Corona de Aragón. Como contrapunto, facilitando la comparación con el modelo de Renacimiento del norte de Europa, se presenta una exquisita selección de pinturas flamencas y alemanas.
Mathias Gerung. El campamento de Holofernes. 1538. Oleo sobre tabla. |
Finalmente, la sección "El triunfo del lienzo" pone de manifiesto como la pintura de caballete, utilizando el lienzo como soporte, triunfa durante los siglos del Barroco. En ese momento el auge del coleccionismo acabó por desbordar el inicial sentido de muchas imágenes religiosas estimándose en ellas sus valores artísticos. La Colección Masaveu reúne obras de ambos tipos, seleccionándose para esta sección un conjunto concentrado en la pintura del siglo XVII, con piezas de los siglos XVIII y XIX que comparten el mismo espíritu. Especialmente intenso es el arranque, con obras naturalistas italianas y españolas que son testimonios de diferentes vías por las que se llegó a esta visión tan cercana de la realidad. Orrente, Cavarozzi, Vicente Carducho y José de Ribera abren paso a la personal obra de Francisco de Zurbarán, quien recoge el violento contraste de luces de los seguidores de Caravaggio.
Bartolomé Esteban Murillo.Virgen con el Niño. Ca. 1660-1665 óleo sobre lienzo |