A veces una mera casualidad depara agradables sorpresas. Había quedado con unos amigos en Neptuno. Por aquello de no llegar tarde, iba en Metro, fui con tiempo. Tanto que llegué 20 minutos antes de la hora acordada. Para matar el rato se me ocurrió acercarme al Caixaforum. Y allí me topé con la exposición de William Blake. Nunca había oído hablar de él. Bueno, quizá lo mencionaron en clase de Historia del Arte pero, si fue así, puedo asegurar que, además de ocurrir hace varias décadas, en aquel momento no me impresionó lo suficiente para grabarse en mi memoria y lograr que su recuerdo llegara hasta el presente.
En todo caso la rápida visita, no le pude dedicar mas que diez minutos, fue suficiente para darme cuenta que el tal Blake era un personaje notable, con un estilo pictórico muy característico y que, desde luego, la exposición era lo suficientemente buena como para merecer una visita mas detallada. Así que en cuento he tenido un rato me he vuelto a acercar al Paseo del Prado para dedicar mas de una hora a empaparme de William Blake.
He aprendido que, para muchos, es una de las figuras más importantes en la historia de la cultura británica. A lo largo de toda su carrera mantuvo que el arte era imaginativo y profético y que no debía ser constreñido por ningún dogma académico, social o religioso. Se le considera como un artista integral, ya que fue poeta, pintor, impresor e ilustrador. También fue notable su marcado compromiso con los problemas sociales de su época.
Según el catálogo de la exposición, “Blake creó su propio sistema cosmológico con el objetivo de transportar al espectador a un mundo de ensueño, a un reino mítico donde las fuerzas del bien y del mal conviven en un conflicto eterno. Su arte tiene un claro carácter imaginativo y profético, descrito a menudo como "visionario". Inspirado por la cultura gótica y el arte de Miguel Ángel, se distingue por la claridad y la fuerza de sus líneas, que, junto a los colores distintivos de su obra, usaba para expresar energías internas y fuerzas de la identidad humana”.
Se presentan unas ochenta obras que proceden de la Tate Britain de Londres Se han seleccionado para mostrar ejemplos de los temas más significativos del trabajo de este artista visionario: mitologías propias, fantasías y delirios sobre una particular visión del mundo respecto a temas religiosos, políticos y sociales. También se incluyen, a modo de complemento, una selección de obras de otros reconocidos artistas británicos sobre los que la influencia Blake fue notable. Entre ellos encontramos no solo a sus sucesores más inmediatos sino también a los simbolistas victorianos, y más recientemente, los artistas románticos del siglo pasado.
Por si no hay ocasión de ir al Caixaforum aquí esta el enlace a la visita virtual de la exposición y, si se quieren contemplar mas obras de Blake sin tener que ir a Londres ésta es la galería de la Tate con reproducciones de las obras de Blake que atesoran.