En las últimas
semanas hemos asistido a las múltiples reacciones habidas en numerosos
países de religión islámica ante la difusión por Internet de un video en el que
se anticipaban algunas escenas de una insignificante y cochambrosa película,
realizada en Estados Unidos, sobre la
vida de Mahoma. El simple hecho de la aparición en imágenes del principal profeta
del Islam ya es ofensiva para sus seguidores. Si, además se banaliza o
ridiculiza su vida, la película en cuestión pasa a ser una grave ofensa. Los
seguidores más radicales han reaccionado con extrema violencia provocando
graves disturbios en diversas ciudades en los que se han perdido vidas y se han
asaltado las representaciones diplomáticas de algunos países occidentales, especialmente
las de Estados Unidos. Desde nuestra perspectiva racional, estas respuestas
parecen desproporcionadas. Sin embargo hay que tener en cuenta que cuando se afectan
los sentimientos asociados a la fe religiosa no es fácil conciliar los
comportamientos suscitados con la razón.
Sin querer establecer la más mínima comparación con los
hechos antes citados, por pura casualidad, durante estos días he leído algunos
artículos que me han hecho reflexionar sobre los conflictos que se producen al
enfrentarse los asuntos de la fe con la realidad y la lógica del mundo en el
que vivimos. Ya en algunas otras ocasiones he hecho referencia a las circunstancias
que se producen en ciertos lugares de Estados Unidos cuando algunos
fundamentalistas cristianos se oponen a la inclusión en los programas escolares
de la enseñanza de la evolución natural por considerarla contraria a las
explicaciones bíblicas. Como contraposición al evolucionismo, que consideran
una mera teoría sin base suficiente, proponen el creacionismo que se apoya en
los textos de las Sagradas Escrituras.
Charles Darwin propuso la teoría de la evolución en su libro
El origen de las especies por medio de laselección natural publicado en 1859. A partir de entonces la mayoría de los
científicos han aceptado que las especies vivas, incluida la nuestra, han
evolucionado de otras. La biología molecular moderna hace que resulte difícil
dudar que el origen de las distintas especies se remonta a un antecesor común
único ya que todas las formas de vida conocidas comparten el mismo código
genético. Es muy improbable que hubiera podido darse semejante coincidencia de
forma independiente. A pesar de todo ello, el método científico somete
sistemáticamente todas las teorías comúnmente aceptadas a constantes contrastes
y, en muchas ocasionas a lo largo de la historia, algunas teorías, asumidas
durante un tiempo han sido superadas y sustituidas por otras que suponían un
mejor modelo de la realidad observada. Se podría admitir por tanto la
posibilidad de que en un futuro la teoría darwiniana fuera mejorada y por tanto
no considerarla definitiva.
Sin embargo los fundamentalistas cristianos dan un paso más
y no solo cuestionan las ciencias naturales en aquello en lo que entran en
aparente conflicto con la Biblia sino que también rechazan teorías matemáticas
que se apoyan en la aplicación rigurosa del razonamiento lógico. Como muestra A Beka Books, empresa especializada en la edición de libros de texto para la enseñanza
en escuelas cristianas, incluye en su web las siguientes consideraciones sobre
las Matemáticas: Es el estudio de la
lógica y el orden para su aplicación a la ciencia y a la vida diaria. Al
contrario que los teóricos de las “matemáticas modernas”, que piensan que las
matemáticas son la creación del hombre y, por tanto, arbitrarias y relativas,
los libros Beka enseñan que las leyes matemáticas son una creación de Dios y
por tanto absolutas. La tarea del hombre consiste en descubrir y hacer uso de
las leyes del universo, tanto científicas como matemáticas. Los libros Beka presentan
textos matemáticos tradicionales, atractivos y legibles, sin las complejidades
de las modernas teorías tales como la teoría de conjuntos.
La teoría de conjuntos es una rama de las matemáticas
formalizada por el matemático alemán Georg Cantor en el siglo XIX. El concepto
de conjunto es fundamental en todas las ramas de las matemáticas puras y
aplicadas. En su forma explícita, los principios y terminología de la teoría de
conjuntos se utilizan para construir proposiciones matemáticas más claras y precisas
y para explicar otros conceptos abstractos.
¿Por qué molesta la teoría de Conjuntos a los
fundamentalistas cristianos? Cantor distinguió dos tipos de conjuntos: los
finitos y los infinitos, siendo estos últimos aquellos en los que se puede
establecer una correspondencia biunívoca entre los elementos del conjunto y los
elementos de un subconjunto del mismo. El estudio de los distintos conjuntos de
números llevo a Cantor a determinar que existen infinitas clases de conjuntos
infinitos. Hay un magnifico vídeo que explica en términos bastante sencillos
esta aparente complejidad. También en esta página se explican los mismos conceptos a nivel de un curso de álgebra elemental.
Esto es precisamente lo que de ninguna manera es aceptable
por los fundamentalistas, ya que, en su opinión, es incompatible con las
enseñanzas Bíblicas. Para ellos solo Dios, el único Dios, es infinito y por lo
tanto una teoría que demuestra la existencia de múltiples infinitos no es
aceptable. Su solución a esta situación es ignorar por completo la teoría de
Conjuntos independientemente de su trascendencia para el desarrollo de la
ciencia matemática. Las consecuencias son evidentemente devastadoras. Aquí no
se cuestiona solo la validez de una teoría sujeta en todo a la potencial
crítica de la comunidad científica. Lo que se exige a los creyentes es la
supremacía absoluta de la fe sobre la aplicación de la lógica y la razón que,
según la propia doctrina que se impone, fue dada por el Creador a los seres
humanos. La contradicción parece por tanto irresoluble.
Nota. Aquí hay una buena explicación pormenorizada de la Teoría de Conjuntos
Ya lo advertía el padre Astete en su catecismo: doctores tiene la iglesia, y los ignorantes se lo creen...
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