Allá por 2010 empecé
a oír hablar del bitcoin. Una nueva moneda, etérea, anónima y misteriosa en su
origen. Aparte de la novedad tecnológica, ya aparecía rodeada de un aura de misterio y
clandestinidad. Parecía que su uso se restringía a la internet profunda donde
se encontraban los hackers y los usuarios mas chungos de la red. Mi curiosidad
me llevo a investigar sobre su funcionamiento. Aquello parecía ser una innovación
decisiva en el campo de los pagos que, desde luego, no me era ajeno. No había mucha
información sobre el tema y la que había en absoluto era clara. También descubrí
la existencia de mucho teórico experto que no sabia gran cosa porque eran muy difíciles
de comprender. Cuando algo se domina no es difícil explicarlo. De una forma u otra, al cabo de unos pocos días
y bastantes horas de dedicación, logré hacerme una idea bastante precisa de losfundamentos del bitcoin.
El siguiente paso,
que di varios meses más tarde, fue llegar a diferenciar entre la moneda “bitcoin”
y la filosofía tecnológica que la sustentaba que, con el tiempo, ha sido denominada
blockchain. Diferencia esta de gran importancia porque, si bien se puede
discutir con gran vehemencia sobre la viabilidad y el futuro de Bitcoin, lo que
cada vez resulta mas evidente es la vigencia y el potencial de uso que, como veremos
mas adelante, parecen asociados a la utilización de blockchain.
Con el paso de
los años, los altibajos del desarrollo de bitcoin fueron seguidos con interés, curiosidad
y preocupación, dependiendo de los distintos puntos de vista, por un cada vez
mayor publico afectado. En los últimos meses ha saltado de los ámbitos mas o
menos especializados o frikis hasta convertirse en tema de debate y conversación
de las publicaciones generalistas. La semana pasada sin ir mas lejos, en una
reunión de amigos, junto a los comentarios sobre los atascos de las carreteras provocados
por las nevadas y las inevitables referencias a la “cuestión catalana” surgió
la conveniencia de invertir en bitcoins. Ayer, por casualidad, encontré en The Guardian
un artículo que lo desaconsejaba y que me apresuré a remitir al amigo que había
suscitado el tema.
La prueba de la extensión
del conocimiento del concepto la encontramos en la aparición de muchas otras
criptomonedas, como Ethereum, Ripple o Cardano que en mayor o menor medida
reproducen invariablemente la enorme volatilidad que ya manifestó bitcoin desde
sus comienzos. Las sucesivas peripecias sufridas a lo largo de la historia:
prohibiciones, hackeos, reconocimientos… han determinado fluctuaciones de valor
que se han convertido en característica esencial de las criptomonedas. Su popularización
y extensión de uso han llevado a las autoridades económicas a emitir en reiteradas
ocasiones avisos sobre los riesgos asociados a su utilización.
Al margen de todo
el entorno especulativo que inevitablemente rodea el mundo de las criptomonedas
me parece interesante abordar algunos aspectos relacionados con ellas sobre los
que conviene reflexionar.
Los mecanismos de
generación de bitcoin, lo que normalmente se suele llamar minería, requieren algoritmos
complejos que hacen uso de avanzadas técnicas criptográficas. Todo ello implica
la necesidad de utilizar una gran capacidad de proceso de potentes ordenadores.
La forma en que está diseñado bitcoin implica que tal demanda de potencia de cálculo
no es constante, sino que se incrementa progresivamente en la medida en que mas
y mas unidades de la criptomoneda se ponen en circulación. Como resultado de
todo ello, las estimaciones del consumo de energía que se produce como
consecuencia del funcionamiento mundial de bitcoin son enormes. En la
actualidad se sitúan en el entorno del consumo anual de países enteros como
Nueva Zelanda o Irlanda. Esta enorme demanda de capacidad de cálculo y el
incremento del valor de las criptomonedas han determinado la aparición de
malware usado por criminales para infectar ordenadores de todo el mundo en los
que, sin conocimiento de sus propietarios, se instala software especializadopara realizar procesos de minería de criptomonedas.
Por otra parte, la tecnología blockchain
ha despertado un enorme interés en el entorno financiero. Aunque todavía faltan
por superar algunos obstáculos, las potenciales ganancias de eficiencia en los
procesos y los ahorros de mano de obra que podría generar son tan atractivos
que un elevado número de entidades financieras están invirtiendo enormes recursos para explorar el mejor uso de esta tecnología. Estos procesos se están
llevando a cabo tanto en un ámbito de competencia, pero también de cooperación ya
que parece previsible que la inter-operatividad de los procesos y herramientas será
imprescindible.
Incluso alejándonos
aun mas del entorno inicial de los pagos y las transacciones financieras,
parece que la tecnología blockchain puede encontrar aplicaciones en muchas
otras industrias y actividades. En su libro “Blockchain Revolution: How the Technology
Behind Bitcoin Is Changing Money, Business, And The World,” Don y Alex Tapscott vaticinan que la progresiva aplicación de las tecnologías derivadas de
blockchain supondrán un cambio radical que, a través de Internet, revolucionará
el funcionamiento de nuestra sociedad impactando fundamentalmente en todas aquellas
entidades que realizan funciones de intermediación. Todo ello anuncia otra importantísima consecuencia
para el empleo. Si el uso de esta tecnología hace innecesaria la función desarrollada
por numerosas empresas, los trabajadores de las mismas también serán innecesarios.
Parece por tanto que esta tecnología se unirá a la robótica y la inteligencia
artificial en el desplazamiento de los trabajadores humanos en muchos los actuales
lugares de trabajo. Pero el desarrollo y aplicación de todas estas nuevas técnicas
y procedimientos también debería generar una demanda importante de especialistas.
Renovarse o morir. La vida sigue.
Compuesta por un diálogo entre proyectos pasados, presentes y futuros, la muestra sobre Foster aporta una visión de conjunto única. En palabras del mismo Foster, la exhibición "es una mirada al futuro, pero sin dejar de mirar al pasado remoto, una visión que nos da continuidad. Muestra el otro lado de los proyectos que me motivan, aquellos más pequeños que pueden marcar una gran diferencia, en los que la tecnología y el imperativo social contribuyen a fines sociales como la mejora del cambio climático, la igualdad, el bienestar social... Son temas recurrentes a lo largo de mi carrera, que tienen continuidad hoy".
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