Stephen Hawking experimentando la gravedad cero durante un vuelo a bordo de un avión Boeing 727. Autor: Jim Campbell/Aero-News Network. NASA |
El pasado 14 de marzo
(un día muy matemático, el día en que nació Albert Einstein) se produjo la muerte
de Stephen Hawking. El 26 de mayo de 1989 se le concedió el Premio Príncipe de Asturias. El Jurado que otorgó el premio acordó “conceder este galardón a
Stephen Hawking por su trascendental labor investigadora sobre los fundamentos
del tiempo y del espacio, acercando al conocimiento de los hombres las últimas
aportaciones científicas sobre el origen y destino del universo, y por el
ejemplo de su respuesta a las dificultades que la adversidad puede oponer a la
condición humana, contribuyendo así a la lucha en favor del progreso y contra
la ignorancia de las religiones". Casi 19 años más tarde las razones para
el reconocimiento a este gran ser humano permanecen. La coherencia de su
pensamiento y su actitud frente a sus circunstancias vitales se han mantenido
intactas.
En 1963, cuando
contaba 21 años, le fue diagnosticada una esclerosis lateral amiotrófica, ELA,
y los médicos le dieron solo dos años de vida. La evolución de su enfermedad le
recluyó a una silla de ruedas y le incapacitó para hablar. Mediante el uso de
instrumentos cada vez más sofisticados fue capaz de comunicarse con el exterior
ya que su movilidad se redujo progresivamente a la flexión de un dedo, los músculos
de sus mejillas y el movimiento de los ojos. Frente a estos aparentemente
insuperables obstáculos, su asombrosa determinación, su deslumbrante inteligencia
y un impresionante sentido del humor han supuesto un ejemplo, reconocido a
escala mundial, de superación apoyada en una curiosidad insaciable y en el
insondable poder de la mente.
Su singularidad
como mente privilegiada, como ejemplo de lucha y coraje unidos a su capacidad
para acercarse tanto física como intelectualmente al gran público le granjearon
unas cotas de popularidad inalcanzables para la mayoría de las grandes mentes
científicas. La publicación, en 1988 de su libro “Breve historia del tiempo” demostró
que era posible convertir un ensayo científico riguroso en un auténtico best
seller. Hawking mantuvo a lo largo de su vida esta faceta de divulgador científico
explicando periódicamente los resultados de sus investigaciones en otros libros
que también alcanzaron gran éxito: “Agujeros negros y pequeños universos y
otros ensayos” (en 1993), “El universo en una cáscara de nuez” (en 2001), “Brevísima
historia del tiempo” (en 2005), “El
gran diseño” (en 2010). Adicionalmente
sus conferencias, documentales, entrevistas periodísticas e, incluso, sus apariciones
en populares series de televisión, como The Big Bang Theory, han reforzado su
conocimiento y reconocimiento por todas las capas sociales. Muchas de sus citas
se han incorporado a la cultura popular y forman ya parte de su legado. Podemos
hacer un rápido acercamiento a sus ideas, como homenaje póstumo, a través de
algunas de sus más célebres frases.
Uno de los temas sobre
los que más fue requerida su opinión es la existencia de Dios. Implícitamente reconoció
su existencia en su libro "Breve historia del tiempo" de 1988 cuando
al referirse a la razón de ser del universo afirmó: "Si encontramos la
respuesta a eso, sería el triunfo definitivo de la razón humana, pues entonces
conoceríamos la mente de Dios". Nuevamente hay una referencia positiva en “Lanaturaleza del espacio y el tiempo” de 1996. Dice literalmente: "Einstein
estaba equivocado cuando dijo 'Dios no juega a los dados'. La consideración de
los agujeros negros sugiere que Dios no solo juega a los dados, sino que a
veces nos confunde lanzándolos a donde no se pueden ver". Sin embargo, en
tiempo más reciente su opinión sobre la existencia de Dios parece haber
cambiado. En "El Gran Diseño" de 2010 afirma categóricamente: “No es
necesario invocar a Dios para encender la mecha y darle inicio al
Universo". También se manifestó contrario a la transcendencia del ser
humano. En una entrevista del diario The Guardian (15/05/2011) dijo: "Considero al cerebro como un computador que
dejará de funcionar cuando fallen sus componentes. No hay paraíso o vida
después de la muerte para los computadores que dejan de funcionar. Eso es un cuento de hadas de gente que le
tiene miedo a la oscuridad".
Su buen humor y
la aceptación de su propia realidad fueron palpables cuando, en una entrevista
concedida a la televisión israelí en 2006 afirmó: "La desventaja de mi celebridad es que no
puedo ir a ninguna parte en el mundo sin ser reconocido. No es suficiente que
me ponga gafas de sol y una peluca. La silla de ruedas me delata". Sin
embargo, también mostró su deseo de aprovechar su fama para hacer llegar sus
ideas a todos al expresar en una entrevista de 2004 con The New York Times:
"Quiero que mis libros sean vendidos en los quioscos de los aeropuertos".
Siempre fue claro
en sus apreciaciones, independientemente de que fueran agradables o difíciles
de aceptar. Reconoció la imperfección del mundo. "Sin la imperfección, ni
tú ni yo existiríamos" afirmó en el documental “El universo de Stephen Hawking", Discovery Channel, 2010. Al requerirse su opinión en 2004, en el
programa "Ciencia al desnudo" de National Geographic, sobre un hipotético contacto
con extraterrestres dijo: "Creo que sería un desastre. Los extraterrestres
estarían probablemente muy adelantados respecto a nosotros. La historia de
razas avanzadas que conocen a gente más primitiva en este planeta no es muy
feliz, y eran de la misma especie”. Tampoco fue muy optimista su opinión sobre
el desarrollo de la Inteligencia artificial manifestada por videoconferencia
durante el acto de apertura del Web Summit Lisboa 2017: "El desarrollo de
la IA podría ser lo peor o lo mejor que le ha pasado a la humanidad. La
inteligencia artificial podría significar el fin de la raza humana”. No es este
el único peligro para la humanidad anunciado por Hawking. En el documental de
la BBC "Expedition New Earth" de 2017 lo dejó muy claro “Nuestra única
posibilidad de sobrevivir a largo plazo es la expansión hacia el espacio".
Tampoco rehuyó el
tema de su delicada salud y las limitaciones de su existencia vital. A pesar de
ello siempre hay un matiz de optimismo en sus manifestaciones. En su entrevista de 2004 con The New York Times puede leerse: "Mis expectativas se
redujeron a cero cuando tenía 21 años. Todo desde entonces ha sido un
extra". En 2006, en una entrevista con People's Daily Online al ser
preguntado por su opinión sobre la eutanasia dijo: "La víctima debe tener
el derecho de poner fin a su vida, si así lo quiere. Pero creo que sería un
gran error. Por mala que la vida pueda parecer, siempre hay algo que hacer, y
tener éxito en ello. Mientras hay vida, hay esperanza". Finalmente, en la
entrevista publicada en The Guardian en 2011 confesó: "He vivido con la
perspectiva de una muerte prematura durante los últimos 49 años. No tengo miedo
de la muerte, pero no tengo prisa. Hay tanto que quiero hacer antes...".
Toda la humanidad
ha llorado la muerte de Stephen Hawking. A modo de muestra he recopilado una
serie de enlaces a los homenajes que se le han rendido en los medios más
conocidos: