Últimamente hay
una sensación muy pesimista sobre el futuro de la humanidad en nuestro planeta.
Cada vez son más los pensadores, filósofos, científicos y otros especialistas
que pronostican la imposibilidad, en un futuro no muy lejano, de supervivencia
de nuestra especie en la Tierra. Son varios los factores que determinan estos
augurios tan negativos. Por una parte, está el abuso que hacemos de los
recursos del planeta. Por otra, la dinámica social que incrementa cada vez más
las desigualdades entre los seres humanos y que podrían abocar a una guerra mundial de consecuencias apocalípticas. También hay quien habla de la no tan
remota posibilidad de destrucción de las condiciones aptas para la vida de
nuestro planeta como consecuencia de una catástrofe de dimensiones planetarias causada
por el impacto de un gran meteorito.
La suma de todos
estos riesgos hace que algunas mentes tan privilegiadas como la de Stephen Hawking consideren que el tiempo que le queda a la humanidad en la tierra es
muy reducido: decenas, cientos de años a lo sumo. Por esta razón en distintos países
se está empezando a planear la posibilidad de establecer colonias de seres
humanos en otros planetas con el fin de garantizar el futuro de nuestra
especie. Lo que hasta ahora parecerían escenarios pensados para la ciencia
ficción dejan de serlo y se conviertes en proyectos cuya viabilidad cada vez es
mayor y con periodos de realización que se incluyen en la próxima década.
Uno de los más conocidos
y comentados proyectos durante los últimos meses es el de Elon Musk. La revista
New Space publica en su último número un estudio del fundador de la empresa
SpaceX en el que se describe un ambicioso plan para colonizar Marte. Este
trabajo detalla los elementos tecnológicos necesarios para instalar en Marte la
infraestructura de soporte necesaria para la vida humana. Los planes prevén el lanzamiento de varias
misiones en 2022 que se encargarían de preparar el terreno para la llegada de
astronautas que ocurriría durante 2024. Tendríamos entonces la primera base en
suelo marciano. Seria esta base el embrión que crecería paulatinamente con la
llegada de más equipos y astronautas. Se lograría así, tras varias décadas, el
establecimiento de una colonia que eventualmente alcanzaría una población de
varios miles de personas. Aunque los plazos se antojan excesivamente cortos,
hay muchos expertos que consideran el proyecto factible en el entorno de los
próximos veinte años.
No es el único
proyecto existente. La NASA está probando actualmente la nave espacial Orion
para transportar astronautas, y los cohetes del SLS para llegar hasta Marte. La
misión está fechada actualmente para mediados de la década de 2030. La Agencia Espacial Europea (ESA) también tiene un proyecto marciano que se encuentra en
la etapa de planificación. Como fase previa, se establecerá en la luna una base
de pruebas antes de ir a Marte. No hay fechas establecidas todavía. El más esotérico
de los proyectos hasta ahora conocidos recibe el nombre de Mars One. Es un
proyecto privado y televisivo llevado a cabo por el investigador holandés Bas
Lansdorp. El plan es mandar un primer equipo de humanos que llegarían a Marte
2023, que vivirían allí permanentemente,
convirtiéndolo en un reality show.
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