Autoengaño n.º 1, Roma, Italia, 1978 © Courtesy Charles Woodman, The Estate of Francesca Woodman |
Francesca Woodman. Ser un ángel / On being an angel,
inaugura la temporada de otoño de la Fundación Canal en su sala de exposiciones
de Mateo Inurria en Madrid. Se trata de una muestra monográfica del arte único
e insinuante de la artista que incluye una amplia representación de su obra con
un total de 102 fotografías y 6 cortometrajes. Pese a lo prematuro de su
muerte, Francesca Woodman produjo un completo legado fotográfico que destaca
por un lenguaje poético y profundamente personal. Con el paso del tiempo, se ha
convertido en una de las fotógrafas contemporáneas más estudiadas, influyentes
y comentadas.
Francesca Woodman (Denver, 1958 - Nueva York, 1981) comenzó
a tomar imágenes en blanco y negro con tan sólo 13 años de edad, cuando una
cámara Rollei japonesa de imitación le cambió la vida. Una vida muy breve que
se apagó a los 23 años, cuando decidió sentarse en el alféizar de su ventana en
el Lower East neoyorquino y se dejó caer al vacío. La juventud de la fotógrafa
se menciona prácticamente en todos los textos escritos y testimonios sobre
ella. “¿Cómo pudo alguien tan joven crear imágenes de tal potencia y complejidad?”,
se pregunta Anna Tellgren, conservadora del Moderna Museet de Estocolmo y
comisaria de la exposición, quien recuerda que Woodman es definida como una
persona dotada de un talento poco común, como un prodigio: “Sus imágenes
remiten a la historia de la fotografía, pero reflejan también su tiempo y abren
camino a nuevas interpretaciones. La obra de Woodman parte de un ámbito
profundamente personal para acabar teniendo un alcance universal”. Es más,
podemos decir que Woodman, al explorar su propia imagen, exploraba su extraordinaria
e impetuosa imaginación, lo que la impulsaba a reflexionar en general sobre la
técnica de la fotografía.
Sin título, Roma, Italia, 1978 © Courtesy Charles Woodman, The Estate of Francesca Woodman |
Su trágica muerte en 1981 la convirtió en una fotógrafa de
culto que, en la actualidad, sigue generando debate y preguntas sin respuesta.
Todo ello forma parte de ese halo de misterio que rodea a su figura y que está
presente en cada una de las fotografías de esta exposición, cuyo título hace
referencia a uno de los temas preferidos que la artista utilizaba para
representar su cuerpo y su rostro: los ángeles, un motivo con el que se
identificaba particularmente, tal y como demuestra el alto número de
autorretratos realizados bajo esta temática. En cualquier caso, los ángeles que
refleja Francesca no son seres alegres y luminosos, sino que les da una vuelta
de tuerca y les presenta de forma decadente y misteriosa, a lo que contribuyen
las escenografías de entornos abandonados y desoladores de los que los rodea. Durante
los breves e intensos años anteriores a su prematura muerte creó una colección
de fotografías fascinantes que han sido objeto de muchos estudios en
profundidad y exposiciones a gran escala. Su obra fotográfica ha inspirado a
generaciones de artistas y fotógrafos de todo el mundo.
Sin título, New York, 1979-80. © Courtesy Charles Woodman, The Estate of Francesca Woodman |
Primeras obras
Autorretrato a los 13. 1972. © Courtesy Charles Woodman, The Estate of Francesca Woodman |
Criada en una familia de artistas (su padre, George, era
pintor y su madre, Betty, escultora y su único hermano, Charles, es
videoartista), Francesca mostró un talento precoz para la fotografía desde que
a los 13 años su padre le regaló su primera cámara. Con ella lleva a cabo sus
primeras obras, retratándose en los lugares en los que pasó su infancia, desde Boulder,
el pueblo de Colorado residencia habitual de los Woodman, a Antella, un pueblo
de la campiña italiana donde la familia veraneaba. Ya desde sus primeras imágenes
Francesca experimenta con los elementos que acabarían componiendo su lenguaje
único como el uso del blanco y negro, el formato cuadrado, la querencia por los
autorretratos y los juegos de iluminación. De este periodo se pueden observar algunas
obras en la exposición que ya dan muestra de su prodigioso y precoz talento para
la composición de imágenes únicas como Autorretrato a los 13 años. Antella, Italia
o alguna de la serie de instantáneas que tomó en el cementerio de Boulder, Colorado.
Estudios en la RISD de Providence y estancia en Roma
Sin título, Roma, Italia, 1977-78 © Courtesy Charles Woodman, The Estate of Francesca Woodman |
Adicionalmente, obtiene una beca que le permite pasar un el
curso 1977-78 en Roma, en el marco de un programa para estudiantes destacados.
Allí empieza a experimentar en mayor medida con las influencias surrealistas y
futuristas, así como los ambientes decadentes.
En otoño de 1978 consigue su titulación en Bellas Artes y
expone su serie Swan Song (“Canción del Cisne”, 1978) en la exposición organizada
por la RISD para graduados de la escuela en la galería Woods-Gerry.
Etapa en Nueva York y en la Colonia MacDowell
Sin título, New York, 1979. © Courtesy Charles Woodman, The Estate of Francesca Woodman |
Durante el verano de 1980, fue becaria en la Colonia MacDowell
en Peterborough, New Hampshire, donde siguió experimentando tanto en temas (por
ejemplo, exploró la relación de la naturaleza y el cuerpo) y técnicas como el
uso del color.
Los resultados de los esfuerzos de Francesca Woodman por dedicarse
profesionalmente a la fotografía no fueron lo inmediatos y exitosos que le
hubiera gustado y este sería uno de los detonantes que le acabaría llevando a
un estado depresivo que, en última instancia, provocaría su suicidio en enero
de 1981.
Las claves de la fotografía de Woodman
Surrealismo
De la serie "Anguilas", Venecia, Italia, 1978. © Courtesy Charles Woodman, The Estate of Francesca Woodman |
Sobre todo, a partir de su estancia en Roma, la obra de
Francesca Woodman refleja una clara influencia surrealista. Al igual que los
más destacados fotógrafos de este movimiento, como Man Ray o Boiffard,
Francesca gusta de experimentar con la iluminación o las dobles exposiciones,
utilizar símbolos sexuales, dobles de la propia artista o elementos como
sombras, espejos, máscaras o animales (como las anguilas), que claramente
remiten a la fotografía surrealista.
Ángeles
Ser un ángel n.º 1, Providence, Rhode Island, 1977 © Courtesy Charles Woodman, The Estate of Francesca Woodman |
Los ángeles de Francesca se alejan del concepto luminoso y
celestial para mostrarse más bien como seres decadentes, etéreos y
evanescentes, rodeados de sus habituales escenografías de edificios abandonados
y paredes desvencijadas que se aprecian en la exposición en las instantáneas de
las series Angels, On being an angel, From a series on angels y From angel
series.
Movimiento
Sin título, Roma, Italia, 1977-78 © Courtesy Charles Woodman, The Estate of Francesca Woodman |
Transformación
Desde Space2, Providence, Rhode Island, 1976 © Courtesy Charles Woodman, The Estate of Francesca Woodman |
En la exposición hay ejemplos muy claros de transformaciones
en imágenes como Desde Space2, Providence, Rhode Island, 1976, en la que un
cuerpo femenino se funde con la pared desvencijada o Sin título, MacDowell Colony,
Peterborough, New Hampshire, 1980, en la que la propia Francesca aparece con
los brazos cubiertos con la corteza de un árbol remitiendo al mito clásico de
la transformación de Dafne en árbol para escapar de la persecución de Apolo.
La mujer
Sin título, 1976-78 © Courtesy Charles Woodman, The Estate of Francesca Woodman |
El enigma que siempre rodea a Francesca Woodman incita a que
surjan todo tipo de interpretaciones acerca de sus trabajos. En algunas de sus
imágenes podemos apreciar como aparece la figura de la mujer de una manera
rupturista respecto al rol que tradicionalmente se ha establecido a lo largo de
la historia del arte. Algunos autores interpretan estos trabajos como una reivindicación
del papel de la mujer en el mundo del Arte, como también hicieron, a finales de
los años 70, artistas contemporáneas de la fotógrafa, como Ana Mendieta o Cindy
Sherman.
En muchas de las imágenes de esta exposición vemos una mujer
desafiante ante el mundo y muy rupturista, como manifiesta la historiadora del
arte y activista feminista Abigail Solomon-Godeau, quien destaca la
preocupación de Woodman por el cuerpo de la mujer y su posible interés por
reflejar la dicotomía sujeto-objeto como una reivindicación llena de matices de
la figura de la mujer.
Autorretratos
Sin título, Providence, Rhode Island, 1976 © Courtesy Charles Woodman, The Estate of Francesca Woodman |
Sea cual fuere la razón, el caso es que los autorretratos de
Francesca nos han transmitido una imagen sobre la propia artista que en muchas
ocasiones se ha interpretado directamente en relación con su prematuro
suicidio. Sin embargo, son muchos los expertos en su obra y allegados que
invitan a centrarse solo en el contenido de sus fotografías a la hora de
analizarlas sin tener en cuenta su trágico final. Por ejemplo, piden valorar
los autorretratos de Francesca como fruto de la experimentación de una joven
artista que realmente disfrutaba creando y en los que incluso se pueden
apreciar muestras de su particular y excéntrico sentido del humor.