Hace unos pocos días, la NASA anunció un nuevo proyecto de investigación y exploración espacial que será llamado Osiris-Rex. La elección del Dios de la muerte para designar este proyecto no es de lo mas afortunada. Ya que se trata de todo lo contrario. Esta misión busca conocer mejor los orígenes de la vida. La denominación surge en realidad como las siglas de Origins Spectral Interpretation Resource Identification Security Regolith Explorer.
Se trata de llegar a un asteroide y recoger muestras de los materiales que lo componen. Para ello la NASA lanzará en 2016 una nave que, tras cuatro años de viaje llegará al asteroide de nombre RQ36. Una vez en su proximidad se reconocerá su superficie sistemáticamente. A partir de los datos recogidos en esta primera fase se elegirá un lugar para que la nave se pose sobre el asteroide. Entones su brazo robótico comenzará a tomar muestras y a almacenarlas. Finalmente la nave despegará del asteroide y volverá a la Tierra. Según los planes trazados esto ocurrirá en 2023.
RQ36 es una especie de cápsula de tiempo que nos hará retroceder al comienzo del sistema solar. Tiene un diámetro de unos 600 metros y se le supone rico en carbono. Este elemento químico es la clave de las moléculas orgánicas que soportan la vida. Ya se han encontrado este tipo de moléculas en los meteoritos, lo que significa que los ladrillos básicos de la vida pueden ser creados en el espacio.
A partir de estos conocimientos previos se espera que el proyecto Oriris pueda obtener información adicional en RQ36. En aquel ambiente las moléculas orgánicas simples se mantienen en su estado original sin haber sido sometidas a las presiones y temperaturas de los procesos de creación de los planetas. De esta manera nos proporcionará pistas sobre los bloques orgánicos básicos que se formaron al comienzo del sistema solar. Podemos encontrar allí aminoácidos desconocidos hasta ahora.
Hay una hipótesis, llamada panspermia que sugiere que la esencia de la vida se encuentra diseminada por todo el universo. Según estas ideas la vida comenzó en la Tierra cuando algunas de estas “semillas” llegaron a nuestro planeta. En cierta forma el nuevo proyecto de la NASA trata de pormenorizar el proceso que pudo llevarse a cabo para tal fin.
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