Conozco
algunas personas que tienen un miedo
extraordinario a las tormentas. Otras, la mayoría, no llegan a experimentar un
temor incontrolable pero creo que no se de nadie que no se sienta afectado por
ellas y no manifieste respeto o admiración por las imágenes y sonidos
producidos por algunas tormentas de las llamadas aparatosas.
Hoy
me he encontrado con una referencia a un fenómeno natural que, sin ser una
tormenta, lleva a sus extremos la generación de efectos luminosos parecidos a
los provocados por las tormentas. Se trata del llamado Relámpago de
Catacumbo. Se produce en Venezuela, en
el Estado Zulia, cerca de las orillas del lago Maracaibo.
Consiste
en la generación, de forma continua durante varias horas, de relámpagos con una
frecuencia de hasta 280 destellos por hora. Las descargas se producen en nubes
de gran desarrollo vertical formando arcos eléctricos entre los 2 y los 10 kilómetros de
altura. Su observación resulta muy espectacular y en muchos casos se da sin el
acompañamiento de truenos. Este silencio enfatiza la grandiosidad de esta
manifestación de belleza natural.
Los
expertos indican que se produce por el desplazamiento de los vientos alisios
hacia el norte que pasan la Sierra de Perijá y llegan al Sur del lago Maracaibo
donde las cordilleras encierran y frenan
a los vientos. Las aguas del lago
mantienen durante la noche una temperatura superior a la del aire
originándose nubes de gran desarrollo vertical, concentradas principalmente en
la cuenca del río Catatumbo. A todo esto se añade la presencia de gas metano en
los manglares circundantes que al ser más ligero que el vapor de agua, se sitúa
en lo más alto de las nubes que se forman.
Es por ello que los relámpagos son tan espectaculares pues se mueven de
abajo hacia arriba.
Este
fenómeno es visible desde cientos de kilómetros de distancia y en especial desde el propio lago en el que las noches son
mayoritariamente despejadas de nubes. Por ello también se conoce como el Faro
de Maracaibo desde tiempos remotos. Las embarcaciones a vela que surcaban el
lago podían navegar durante la noche sin problemas gracias a la iluminación del
entorno por los relámpagos.
A
principios de 2010 hubo gran preocupación porque el fenómeno desapareció durante varios meses. Este hecho se atribuyó a la modificación de las
condiciones ambientales. Afortunadamente, con el paso del tiempo, volvió a darse
pero su ausencia creó una corriente de opinión para preservarlo. Nació la idea
de promover que la Unesco declare al Catatumbo «Patrimonio Natural de la
Humanidad”.
Adicionalmente
a su belleza natural, este fenómeno tiene otras consecuencias que lo hacen, si
cabe, aun más singular y digno de protección.
El origen del ozono, tan necesario para la vida en la Tierra, se
encuentra en la ionización de los gases atmosféricos con las descargas
eléctricas. Algunos autores estiman que el Catacumbo, que genera alrededor de medio millón de
relámpagos al año, es responsable por ello del 10% de la capa de ozono del
planeta.
Finalizo
esta entrada con el enlace a un vídeo de abc news que describe este fenómeno y
el entorno en el que se produce. Ciertamente parece un buen lugar para visitar
y disfrutar de la naturaleza.
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