Vivimos
inmersos en un clima de pesimismo fruto de la persistente crisis económica que
lo engloba todo. Ante ello cada uno responde como buenamente puede y es muy
común aferrarse a sus raíces. Sin embargo, algunas ilustres mentes pensantes
piensan únicamente en dejar su huella y no respetan nada de lo que se ha
convertido una tradición y forma parte de nuestra vida y cultura. No me voy a
referir a algo trascendente sino a un pequeño detalle que, sin embargo, ahonda
más en nuestro pesimismo y melancolía.
En
alguna ocasión hemos añorado tener una televisión pública independiente, a
imagen y semejanza de la BBC, que ofreciera información sin estar sojuzgada por
el partido político de turno en el gobierno en cada momento. Salvo honrosas
excepciones, nunca se ha conseguido de manera genera. Sin embargo había una
pequeña isla que podía servir de botón de muestra. Se trata del programa
Informe Semanal. El más veterano programa de nuestra televisión pública, que
cumple ahora cuarenta años en antena, ha sido sometido a una renovación de
imagen. No es la primera vez que ocurre esto. Pero la actual ha sido tan
radical que se ha llevado por delante su mayor seña de identidad: la magnifica
y ya mítica sintonía compuesta por Rafael Beltrán en 1986. En los sucesivos
lavados de imagen que ha sufrido el legendario programa siempre se había
respetado reconociendo su estilo pegadizo hasta llegar a convertirse en un
reconocible sello de prestigio e identidad. En las anteriores adaptaciones,
esta composición había ido creciendo y actualizándose con diferentes cambios de
orquestación.
Pero
lo curioso es que ahora, precisamente cuando el veterano y valorado Informe
Semanal no pasa por su mejor momento de credibilidad, se ha decidido abandonar
su mayor signo de identidad para apostar por un nuevo tema musical que no tiene
la necesaria fuerza que precisa en la actualidad el formato de reportajes y que
difícilmente podrá alcanzar el nivel de protagonismo y representación del
programa logrado por su predecesor. Justo cuando el programa más necesita el
carisma de su sintonía con solera, se queda sin ella. Otro signo de los
difíciles tiempos que nos ah tocado vivir.
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