sábado, 6 de abril de 2013

Informe Semanal pierde su sintonía


Vivimos inmersos en un clima de pesimismo fruto de la persistente crisis económica que lo engloba todo. Ante ello cada uno responde como buenamente puede y es muy común aferrarse a sus raíces. Sin embargo, algunas ilustres mentes pensantes piensan únicamente en dejar su huella y no respetan nada de lo que se ha convertido una tradición y forma parte de nuestra vida y cultura. No me voy a referir a algo trascendente sino a un pequeño detalle que, sin embargo, ahonda más en nuestro pesimismo y melancolía.

En alguna ocasión hemos añorado tener una televisión pública independiente, a imagen y semejanza de la BBC, que ofreciera información sin estar sojuzgada por el partido político de turno en el gobierno en cada momento. Salvo honrosas excepciones, nunca se ha conseguido de manera genera. Sin embargo había una pequeña isla que podía servir de botón de muestra. Se trata del programa Informe Semanal. El más veterano programa de nuestra televisión pública, que cumple ahora cuarenta años en antena, ha sido sometido a una renovación de imagen. No es la primera vez que ocurre esto. Pero la actual ha sido tan radical que se ha llevado por delante su mayor seña de identidad: la magnifica y ya mítica sintonía compuesta por Rafael Beltrán en 1986. En los sucesivos lavados de imagen que ha sufrido el legendario programa siempre se había respetado reconociendo su estilo pegadizo hasta llegar a convertirse en un reconocible sello de prestigio e identidad. En las anteriores adaptaciones, esta composición había ido creciendo y actualizándose con diferentes cambios de orquestación.


Pero lo curioso es que ahora, precisamente cuando el veterano y valorado Informe Semanal no pasa por su mejor momento de credibilidad, se ha decidido abandonar su mayor signo de identidad para apostar por un nuevo tema musical que no tiene la necesaria fuerza que precisa en la actualidad el formato de reportajes y que difícilmente podrá alcanzar el nivel de protagonismo y representación del programa logrado por su predecesor. Justo cuando el programa más necesita el carisma de su sintonía con solera, se queda sin ella. Otro signo de los difíciles tiempos que nos ah tocado vivir.

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