viernes, 9 de mayo de 2014

El “Enigma” del U-110

Máquina Enigma
Entre las muchas ventajas técnicas de las que disfrutaban los alemanes al comenzar la Segunda Guerra Mundial la máquina de cifrar “Enigma”, considerada indescifrable, ocupaba una posición privilegiada. Había sido inventada en 1918 y mejorada posteriormente. Se trataba de una máquina de escribir portátil a la que se añadían varios rotores. La clave dependí a de los rotores usados y del orden y posición en que se colocaban. Los operadores de la máquina disponían de instrucciones, variables cada pocos días, sobre cómo debían colocarse los rotores. 

Los británicos, empeñados en lograr descifrar los mensajes de los alemanes, establecieron en Bletchley Park, una mansión reconvertida en instalación militar. la supersecreta GC&CS (Escuela de Códigos y Cifrados del Gobierno). Dirigiendola se encontraba uno de los mas brillantes matemáticos del siglo XX: Alan Turing. Con paciencia, ecuaciones e intuición para aprovechar ocasionales fallos de seguridad, el equipo capitaneado por Turing encontró pautas en los mensajes que permitieron entender detalles del funcionamiento de “Enigma”, pero el entendimiento de su núcleo funcional permanecía impenetrable. Pronto resultó evidente que, para conseguir avances significativos, era necesario contar con los elementos físicos de “Enigma”.

Al finalizar la Primera Guerra Mundial se estableció en el Tratado de Versalles que Alemania no podría disponer de submarinos. Sin embargo a partir de 1935 los nazis construyeron casi 1200 “U boote” que durante la Segunda guerra mundial causaron enormes pérdidas a las flotas aliadas

U 110 durante su captura
Centrémonos en uno de estos U boot: el U-110. Fue construido el 1940 en los astilleros de Bremen, entrando en servicio a finales de ese mismo año bajo las órdenes del Capitán Fritz-Julius Lemp. Este submarino llevo a cabo dos salidas en las que hundió 3 buques aliados y alcanzó, sin hundirlos, otros dos. El 9 de mayo de 1941, junto con el U 201, atacó un convoy aliado al sur de Islandia. Al fallar el lanzamiento de uno de sus torpedos fue descubierto y atacado con cargas de profundidad por una corbeta británica. Obligado a salir a la superficie, el Capitán Lemp, seguro de que el submarino se hundiría, ordenó a la tripulación su abandono.

Los marinos británicos de los buques de escolta del convoy atacado por  el U 110, que habían sido convenientemente aleccionados, vieron la oportunidad de contribuir al trabajo del grupo de Turing y abordaron el submarino. Grande fue su sorpresa al encontrar una gran cantidad de documentos secretos y, sobre todo, una máquina “Enigma” intacta y en funcionamiento.

Alan Turing 
Gracias a esta captura el método de cifrado de los germanos fue totalmente penetrado. Pronto todo el ejército alemán fue transparente para unos ingleses que leían los comunicados al poco de ser emitidos. Las consecuencias no se hicieron esperar: los ataques a los convoyes fueron fácilmente esquivados y los submarinos atacantes cazados. Rommel fue derrotado al conocerse sus problemas de combustible. Los soviéticos vencieron en la batalla de Kursk al disponer de toda la información sobre los blindados alemanes a los que se enfrentaban facilitada por los británicos.

La ruptura del sistema de cifrado “Enigma” fue una contribución decisiva a la victoria aliada. Existe un consenso generalizado entre los historiadores: sin ella, el curso de la guerra habría sido muy diferente, alargándose varios años o incluso alterando su desenlace. 

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