Ya he dedicado
algunos comentarios a las sorprendentes ideas y prácticas de esta compañía aérea. Su
éxito es evidente. En la actualidad es la compañía que mas pasajeros mueve en
los aeropuertos españoles. La razón es el precio. Siempre este es un factor
decisivo a la hora de elegir. Pero en las actuales circunstancias económicas lo
es aun más. Y nadie da duros a cuatro pesetas. Eso significa que si los vuelos de Ryanair son mucho más
baratos de algún sitio tienen que salir las eficiencias que
generan esa ventaja competitiva.
En numerosas ocasiones, se han producido muchas informaciones sobre la estrategia, prácticamente mafiosa, que usa Ryanair para
obtener subvenciones de administraciones locales a cambio de establecer vuelos
con origen/destino determinados aeropuertos. No cabe duda que si alguien
subvenciona una parte del precio del billete el precio que deben pagar los
usuarios finales disminuye.
También son conocidos
los abusos de esta compañía que juega con la buena fe de sus usuarios a los que sorprende sobre todo la primera vez
que vuelan con ella. La exigencia de documentación que no suele ser requerida
por otras compañías, las restricciones en el embarque de equipaje de mano, con
cargos desproporcionados respecto al precio del billete en caso del menor
incumplimiento, el aprovechamiento de la clausura del vuelo para acorralar a
los viajeros con entretenimientos son “trucos” que generan ingresos adicionales cuando el cliente
tiene poca capacidad de maniobra. Se podría decir que el cliente pica en una
oferta que es engañosa porque solo tiene en cuenta el coste inicial del billete
sin considerar los extras que van a aparecer posteriormente cuando ya no tiene
otra opción que seguirle el juego a Ryanair o no volar perdiendo el dinero ya
pagado. En la mayoría de las ocasiones esta tampoco es una opción porque también
se perdería el dinero del resto de las reservas asociadas al viaje aparte del
coste emocional que supone renunciar a un viaje deseado durante mucho tiempo.
Adicionalmente, lo
que está saliendo a la luz últimamente son procedimientos operativos de Ryanair
que, con el fin de reducir costes, ponen en peligro la seguridad de los
pasajeros y tripulantes de sus vuelos. El
pasado 26 de julio, tres de sus aviones se vieran obligados a declarar estado de emergencia para aterrizar con prioridad en el aeropuerto de Valencia por
falta de combustible. Los tres vuelos tenían
como destino Madrid pero, debido a una fuerte tormenta sobre el aeropuerto de
Barajas, tuvieron que ser desviados a Valencia al igual que otros vuelos de
otras compañías. Ryanair obliga a sus pilotos a volar con poca reserva de
combustible de manera que en estas situaciones adversas tienen menos margen
para permanecer en el aire. Podríamos decir que se aprovechan de que los demás no
hacen lo mismo y pueden seguir volando mientras ellos “se cuelan” en las
secuencias de aterrizaje al declarar su estado de emergencia. Si todas las compañías
adoptaran procedimientos idénticos las catástrofes
serian inevitables.
A mi corto entender
Ryanair va mucho más allá de lo admisible en sus iniciativas para mejorar su
eficiencia. Sus abusos se extienden por muchos ámbitos según lo relatado
anteriormente. Su competencia desleal parece manifiesta. Las autoridades
correspondientes deberían tomar cartas en el asunto antes de que tengamos que
lamentar males mayores. Es un problema serio
aunque también puede ser denunciado en clave de humor como así se hace
en este video.