Lisístrata es
una conocida comedia de Aristófanes escrita hace ya 25 siglos. Su argumento es
muy original. Lisístrata, es una mujer ateniense que, harta ya de no ver a su
marido, pues está siempre en batalla, decide reunir a las mujeres de toda
Grecia para plantearles una solución con el fin de acabar con la guerra del
Peloponeso. Su idea consite en llevar a cabo una huelga de sexo. En un primer
momento las mujeres se escandalizan pero, posteriormente, aceptan y pactan un
juramento por el que se comprometen a excitar a sus maridos pero no practicar
el sexo con ellos. Cada mujer se encarga de propagar el juramento por todas las
ciudades de forma que ningún hombre podrá satisfacer sus deseos sexuales. Tras
muchos avatares, finalmente, desde Esparta acuden unos embajadores para firmar
la paz con Atenas, pues el deseo sexual de los combatientes es tan grande, que supera su ardor guerrero. Así cada hombre se va con su mujer resultando ellas
felices por acabar con la guerra, y ellos felices por satisfacer sus
apetitos.
Esta historia
tan lejana en el tiempo ha tenido una repetición recientemente en Filipinas. En
la isla de Mindanao, la rebelión
separatista ha estado presente desde los años 70. Las familias de la localidad de Dado, desplazadas como consecuencia de la violencia
desatada, trabajan desde 2008 para reconstruir su comunidad con la ayuda
del Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas. Dentro de este
programa, ACNUR creó una cooperativa de costura en la que participaban muchas
mujeres. Pero una serie de acciones violentas cortaron las vías de comunicación de la zona, lo que impedía que pudieran entregar sus productos. Entonces las mujeres de la cooperativa decidieron usar sus mejores
armas para poner fin a la violencia. Se negaron a mantener
relaciones sexuales con sus maridos hasta que se comprometieran a dejar
de luchar.
Pocas semanas
después del comienzo de la huelga de sexo, los informes del ACNUR señalaron que
la carretera principal del pueblo se había vuelto a abrir tras el cese de los
combates. Gracias a ello, las mujeres de la cooperativa de costura, junto con
otros aldeanos, fueron capaces nuevamente de distribuir sus productos y retomar
la tarea de reconstrucción de la
economía local. Así se manifiesta en este video. Parece difícil que estas
mujeres se inspiraran en la obra de Aristófanes por lo que debemos concluir que
descubrieron la misma solución que Lisístrata de forma independiente 25 siglos
mas tarde.
Me he
encontrado algunos ejemplos, relativamente recientes, de iniciativas similares.
En 2006 en la ciudad colombiana de Pereira, famosa la violencia que allí se da relacionada con el
tráfico de drogas, las esposas y novias de los miembros de las bandas llevaron a cabo una huelga de sexo para
lograr que sus parejas entregaran las armas y cambiaran su forma de vida. Otro
caso similar ocurrió en Kenia cuando en 2009 miles de mujeres se comprometieron
a iniciar una huelga de sexo en protesta contra los líderes del país cuya
actitud amenazaba con revivir el sangriento caos que convulsionó el país
africano en 2008.
No tengo referencia de ningún caso semejante ocurrido en España pero no cabe duda que sentimientos parecidos
existen entre las mujeres españolas. Una muestra clara se da en una de nuestras
más hermosas zarzuelas. En Gigantes y Cabezudos, escrita por Miguel Echegaray y
Eizaguirre y musicalmente compuesta por el maestro Manuel Fernández Caballero, hay un coro de mujeres mañas que cantan:
Si las mujeres
mandasen
Si las mujeres
mandasen
En vez de
mandar los hombres
Serian balsas
de aceite
Los pueblos y
las naciones
Los pueblos y
las naciones
Si las mujeres
mandasen
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