Todos somos conscientes
de la gravedad de la situación económica en que nos movemos. Y no cabe la menor
duda que, en la actualidad, el epicentro de este terremoto
está en Grecia. En estos días el principal tema de conversación son las durísimas
condiciones que se están imponiendo a Grecia para prestarle el dinero necesario
que evite su bancarrota. En estas estábamos cuando leo en TIME una noticia,
publicada originalmente en Die Welt que parece revolucionaria.
Es bien sabido que la
Alemania nazi invadió Grecia durante la segunda guerra mundial provocando
enormes daños y pérdidas a la nación helena. Se argumenta ahora que Alemania debería
pagar por tales hechos. Las fuerzas armadas del tercer Reich invadieron Grecia
y Yugoslavia el 6 de abril de 1941 imponiendo un brutal régimen de ocupación.
Entre otros muchos perjuicios se forzó al Banco Nacional de Grecia a prestar, a interés cero, 476 millones de “marcos
imperiales” a la Alemania de Hitler.
Los historiadores
independientes están de acuerdo, de forma unánime, en que los daños económicos
medibles sufridos por Grecia como consecuencia de la ocupación alemana, tanto
en términos absolutos como relativos a su población, solo fueron superados por
los de Polonia, la Unión Soviética y Yugoslavia.
Al finalizar la
contienda, las potencias aliadas organizaron la Conferencia de París en 1945
que trató de las reparaciones de guerra. Grecia recibió 25 millones de dólares,
equivalentes a 2.700 millones en la actualidad. Esta cantidad fue reducida ya que
los Estados Unidos se opusieron a
grandes penalizaciones tras la experiencia de la primera guerra mundial, cuando
Alemania fue forzada a pagar tales indemnizaciones que su debilidad económica
tuvo como consecuencia la llega al poder de Hitler.
Posteriormente, en
1953, el acuerdo sobre la deuda alcanzado en Londres puso fin a los pagos de indemnizaciones hasta que se firmara un tratado
de paz. Esto ocurrió en 1990 y Grecia aceptó el tratado renunciando a más
reparaciones. Independientemente la República
Federal de Alemania ha indemnizado a victimas individuales de los crímenes
nazis. El 18 de marzo de 1960 Alemania pagó 115 millones de marcos a victimas
griegas de la ocupación con la condición de que no se aceptarían reclamaciones posteriores
de daños individuales.
Pero aún queda un posible tema pendiente. Si el préstamo forzado de 476 millones no fuese considerado como daño de
guerra, que habría prescrito según el tratado de 1990, sino como un préstamo
normal, entonces Grecia podría exigir su devolución. Despreciando los intereses, supondría ahora 14.000 millones de dólares. Y si se admitiera un interés del 3% durante los 66
años transcurridos se alcanzarían unos 95.000 millones de Euros. Si esto
fructificase, el problema de la deuda griega se trasladaría de Grecia a
Alemania, que en la actualidad estaría en condiciones de pagar aunque sufriría un duro golpe.