Acabo de ver un artículo en la revista Forbes que me ha impactado. Posiblemente estemos muy lejos de ver la idea
convertida en una realidad pero el simple hecho de que unos visionarios la
planteen ya me parece algo extraordinario. Hace unos días uno de esos
empresarios emprendedores llamado Peter Diamandis ha anunciado la creación de
una nueva empresa cuyo objetivo será la búsqueda de metales precios en los
asteroides del sistema solar y su posterior explotación minera. La iniciativa está
apoyada por visionarios como Larry Page y Eric Schmidt, actual y anterior primeros
ejecutivos de Google, el cineasta James Cameron, Charles Simonyi, arquitecto
jefe de Microsoft y Ross Perot, hijo.
Según
el comunicado de prensa emitido con el anuncio, la nueva empresa, de nombre Planetary Resources, se orientará hacia el solapamiento de dos sectores críticos para el
desarrollo humano: la exploración espacial y los recursos naturales.
Conseguirán de esta manera crear una nueva industria redefiniendo el concepto
de “recursos naturales” y agregar valor en una cantidad difícil de cuantificar.
En palabras de Diamandis su intención es desatar algo parecido a una “fiebre
del oro”.
La idea de extraer minerales de los asteroides
y otros planetas del sistema ha sido muy común en muchas novelas e historias de
ciencia ficción. El desarrollo científico actual permite pensar en dar el salto
próximamente de la ficción a la realidad. Se sabe que muchos asteroides son ricos en los
materiales químicos denominados “tierras raras” que son esenciales para el
desarrollo del sector electrónico. Por
otra parte, los instrumentos astronómicos más modernos controlan con gran
precisión el acercamiento de los asteroides. El pasado 8 de noviembre de 2011,
por ejemplo, una roca de 400 m de diámetro llamada 2005 YU55 pasó a tan solo
325.000 km. de la Tierra. Conociendo su órbita no sería imposible practicar la minería
en asteroides como éste durante unos años mientras están a nuestro alcance.
Algunos técnicos incluso hablan de la posibilidad de reducir su velocidad para
hacerlos entrar en órbita alrededor de la Tierra, con el que el margen de tiempo para su explotación se extendería indefinidamente.
Quizá todas estos proyectos queden en
meras especulaciones, al menos durante unos años; pero estoy casi seguro que,
teniendo en cuenta la futura escasez de recursos de nuestro planeta, lo que
hace unos años parecía ciencia ficción, y ahora nos empieza a parecer
alcanzable, en cuestión de unos pocos años mas puede ser una realidad.
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