Europa, la vieja Europa se convulsiona.
La Europa de los filósofos, de los artistas, la cuna del Renacimiento, la de
los grandes pensadores y escritores parece ahora únicamente la Europa de los
mercaderes. Tenemos ante nuestras narices un proyecto de unión entre los
pueblos europeos en riesgo de fracaso absoluto porque los únicos valores que se
reconocen y se respetan son los económicos. ¿Adónde nos llevan los líderes de
las naciones poderosas de Europa? ¿Dónde están los pensadores del auténtico ideal europeo?
Por extraño que parezca, en este
momento convulso de la historia, todavía quedan pensadores. Todavía existen
personas que se elevan sobre las miserias del dinero y otean el futuro de la
sociedad. He aquí un ejemplo notable. Günter Grass, Premio Nobel de Literatura
y Premio Principe de Asturias de las Letras en 1999, publicó el pasado sábado
un poema titulado “Europas Schande” ("La vergüenza de Europa") en el
periódico Süddeutsche Zeitung. En doce estrofas pareadas el gran escritor, de
84 años, arremete contra la política europea, encabezada por Angela Merkel,
aplicada en Grecia. El autor de “El tambor de hojalata” critica duramente las
estrictas medidas de ahorro impuestas al país heleno y acusa a Europa de dar a Grecia la copa de
cicuta, en alusión al destino del gran filósofo Sócrates, y de abandonar al
país que sirvió de cuna a la civilización europea.
Günter Grass destaca la importancia
cultural e histórica de Grecia, muchos de cuyos tesoros culturales ya le han
sido arrebatados y se encuentran hoy en manos de sus jueces: "País
condenado a ser pobre, cuya riqueza adorna cuidados museos: botín por ti
vigilado", dice en sus versos. Además, recuerda el pasado intervencionista
alemán en tierras griegas: "Los que invadieron con armas esa tierra
bendita de islas llevaban, con su uniforme, a Hölderlin en la mochila".
Ojala esta llamada de atención de un
alemán, un europeo prestigioso, aclamado por su prodigiosa producción literaria
llegue a tiempo de detener lo que puede significar el inicio de la caída de
Europa. No esta el mundo para enfrentarse al futuro sin unidad. Si queremos
mantener, y desarrollar, los valores que Europa ha construido durante siglos
difícilmente lo conseguiremos debilitándonos a nosotros mismos. Al documentarme
para este texto he encontrado una muy interesante aportación de Jordi Ortega,
casualmente también filósofo, que en su blog publica un artículo titulado Los deudores retan a los acreedores en el que,
partiendo del poema de Grass, realiza un análisis de gran calado. Para mí está
muy claro. No es la hora de los economistas. Es la hora de los pensadores. Sin
ellos estamos perdidos.