martes, 6 de marzo de 2012

El manuscrito Voynich


Este es uno de esos descubrimientos que tanto me gusta encontrar mientras navego  por Internet buscando otras cosas que no tienen nada que ver con el hallazgo. En esta ocasión estaba tras la pista del origen del uso de la criptografía cuando saltó en el cuadro de respuestas esta, para mí, enigmática referencia. Me picó la curiosidad y decidí conocer un poco sobre este tema.

Se trata de un libro manuscrito de 240 páginas. El nombre le viene dado por haber sido comprado en 1912 por Wilfrid M. Voynich, un anticuario especialista en libros raros de origen polaco afincado en Estados Unidos. En la actualidad pertenece a la Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos  de la Universidad de Yale con la referencia MS 408. 

Lo sorprendente de este libro es que está escrito en un lenguaje completamente desconocido o bien ha sido cuidadosamente cifrado. En sus páginas también aparecen dibujos coloreados con extraños diagramas. Representan plantas que no se corresponden con las especies vegetales que conocemos. Aparecen también algunos diagramas que pueden ser asociados a temas astronómicos y otras figuras que podrían ser dibujos de anatomía o cosmología.

No se tienen noticias sobre el autor de este manuscrito. Mediante la datación del carbono-14 se ha calculado que sus páginas fueron fabricadas entre 1404 y 1438. Los estudios realizados sobre la tinta empleada demuestran que fue aplicada no mucho después por lo que está fuera de toda duda que se trata de un autentico documento de principios del siglo XV.

Hay muchas teorías sobre el origen y la naturaleza del manuscrito. Algunos estudiosos creen que se trata de una farmacopea, sobre temas de la medicina medieval y renacentista. Muchas de las ilustraciones que contiene parecen ser de plantas y hierbas lo que podría indicar su relación con las recetas usadas por los alquimistas. Otros autores, mas arriesgados, aventuran la posibilidad de que el origen del documento sea extraterrestre. Apoyan sus teorías en los dibujos de especies biológicas desconocidas en la Tierra junto con los diagramas de aparente naturaleza astronómica.

Durante las últimas décadas el manuscrito ha sido estudiado por muchos equipos de criptógrafos que no han sido capaces de descifrarlo. Como consecuencia de estos fracasos se llegó a elaborar la hipótesis de que podría tratarse de un elaborado engaño a base de una secuencia de símbolos aleatorios sin ningún significado. Esta hipótesis, sin embargo, ha sido desechada porque el texto incluido en el manuscrito cumple la ley de Zipf. Esta ley establece que en todas las lenguas la longitud de las palabras es inversamente proporcional a su frecuencia de uso. El cumplimiento de esta ley implica por tanto que se trata de un texto escrito basado en un lenguaje natural. Es prácticamente imposible que el autor conociera la ley de Zipf, enunciada siglos después de la escritura del manuscrito, y por tanto que la aplicara a una lengua sin sentido inventada por él.

Hay mucha más información sobre este tema en este artículo de la Wikipedia. Se pueden ver todas las páginas del manuscrito en el sitio correspondiente de la Universidad de Yale e incluso hay un sitio especifico en Internet que trata el manuscrito de forma monográfica.

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