martes, 16 de noviembre de 2010

Esquilmamos nuestro planeta

WWF, la mayor organización conservacionista del mundo,  ha presentado hace unos días su  “Informe Planeta Vivo 2010”. Se trata de un estudio que se realiza cada dos años para analizar la situación de la biodiversidad y medir el uso que la humanidad hace de los recursos naturales de la Tierra.

Los principales indicadores incluidos en la metodología utilizada en este trabajo son:

  • El Indice Planeta Vivo (IPV) mide los cambios en la salud de los ecosistemas de la Tierra. Para ello analiza las tendencias de casi 8.000 poblaciones de vertebrados de más de 2.500 especies de vertebrados. Analiza asimismo las zonas tropicales y templadas y los ecosistemas marino, terrestre y de agua dulce.  Este índice ha disminuido un 30% a nivel global, aunque el mayor descenso, un 66%, se produce en la región Indo-Pacífica donde el rápido desarrollo agrícola, industrial y urbano ha producido en los últimos años la destrucción y fragmentación de sistemas fluviales, humedales y bosques.

  • La Huella Ecológica, mide la demanda de la humanidad sobre los recursos naturales. Se define como la superficie necesaria para proporcionar a una población los recursos que usa, soportar sus infraestructuras y absorber el CO2 2 que emite. Los países con mayores ingresos tienen una huella tres veces mayor que los países de ingresos medios, y cinco veces mayor que los de bajos ingresos. La Huella Ecológica global ha aumentado más de un 50% desde 1966.  Se calcula que la Tierra necesita en la actualidad 1,5 años  para regenerar los recursos consumidos por la humanidad en un año. En otras palabras, con el ritmo de consumo de recursos actual la población mundial utiliza el equivalente a 1,5 planetas para sostener sus actividades. Si no se corrige esta tendencia, la humanidad necesitaría 2 planetas en 2030 y casi 3 en 2050 para satisfacer sus demandas.

  • La Huella Hídrica mide la demanda de recursos hídricos de la humanidad.  se mide a través de la Huella Hídrica. A modo de ejemplo, la huella hídrica de un café con leche y azúcar, servido en taza desechable, es de 200 litros de agua. Tras ellos están el cultivo, la transformación, el transporte y la elaboración de los distintos productos.

La actual crisis económica ofrece una gran oportunidad única para reevaluar el modelo de desarrollo y modificar la gestión de los recursos tomando como objetivo principal la sostenibilidad. WWF cree que esto es posible y, para ello, ha identificado dos áreas de actuación prioritarias: la energía y la alimentación.

Un escenario alternativo al de la gestión tradicional tendería a disminuir al máximo la huella del carbono hasta conseguir un planeta 95% renovable. También se recomienda limitar el consumo de carne y productos lácteos. Si la humanidad redujera el consumo de estos productos tan sólo en un 9%, se conseguiría una reducción de la huella ecológica del 35%.
 
En las conclusiones del informe, WWF pide a los gobiernos e instituciones:
  • No valorar únicamente el desarrollo mediante el PNB sino evaluarlo a través de indicadores como el IPV y la huella ecológica.
  • Mejorar la inversión en el capital natural para aumentar la capacidad del planeta de regenerar recursos (creando áreas protegidas o luchando contra la deforestación).
  • Centrar los esfuerzos futuros en cambios en los modelos de energía (renovables) y alimentación (cambio de dieta)
  • Repartir la superficie disponible entre la producción de recursos y la conservación de la biodiversidad.
  • Distribuir los recursos limitados, la energía, el agua y los alimentos de forma equitativa entre las naciones y los ciudadanos. 
  • Asumir el liderazgo para lograr la conservación y uso sostenible de la biodiversidad.

La versión completa del “Informe Planeta Vivo 2010” puede obtenerse en:
http://assets.wwfspain.panda.org/downloads/infoplanetavivo2010.pdf

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