sábado, 20 de noviembre de 2010

Habrá que abandonar la cuna

Lo cotidiano no es noticia. Por eso casi nadie tiene en cuenta que, a varios cientos de kilómetros sobre nosotros, hay personas trabajando en el espacio de forma continuada. Hace unos pocos días se ha celebrado el décimo aniversario de la presencia humana en la Estación espacial internacional. El 2 de noviembre del año 2000 llegaron a bordo de la Estación Bill Sheperd, Yuri Gidzenko y Sergei K. Krikalev como miembros de la llamada Expedición 1. Desde entonces unas 200 personas la han visitado. Entre ellas, un español, Pedro Duque que lo hizo en octubre de 2003.

La Estación espacial Internacional (ISS en la versión inglesa) es un muy destacable ejemplo de cooperación internacional. Surgió como resultado de la unión de distintos proyectos. Cada uno de ellos, de forma independiente, hubiera sido inviable económicamente. Así que los proyectos de estación espacial de la NASA Freedom, la rusa MIR2, el laboratorio espacial japonés KIBO, y el europeo Columbus fueron sustituidos por un proyecto común cuyo resultado fue la ISS. Otros países se unieron posteriormente al proyecto que en la actualidad cuenta con aportaciones de 16 países: EEUU, Canadá, Rusia, Japón, Italia, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Noruega, Francia, España, Alemania, Gran Bretaña, Suecia, Suiza y Brasil.

El 20 de noviembre de 1998, un cohete ruso Protón colocó en órbita el primer módulo de la futura ISS, el módulo ruso Zarya, diseñado para dotar a la Estación de la energía y propulsión iniciales. Poco después se le unió el Nodo 1 (Unity). Otros módulos vinieron después hasta hacer la estación habitable para recibir sus primeros habitantes hace 10 años. Aunque los planes iniciales suponían que la estación estuviera completa en 2003, distintos retrasos en la disponibilidad de algunos módulos y, sobre todo, el desastre del transbordador Columbia en febrero de 2003 determinaron que aún no se haya logrado su finalización. Como consecuencia de los retrasos, la fecha en la que va a estar terminada la ISS se aproxima demasiado  a la prevista inicialmente para su retirada de servicio, 2015. Por ello los responsables de las distintas agencias involucradas han decidido, en una reunión celebrada el pasado marzo, mantenerla en funcionamiento al menos hasta 2020.

En los 10 años transcurridos, alrededor de 100 vehículos espaciales (fundamentalmente rusos y estadounidenses) se han acoplado a la estación y desde ella los astronautas han realizado 150 paseos por el espacio, además de 600 trabajos científicos y técnicos. La experiencia obtenida a lo largo de estos años, en el ensamblaje y mantenimiento de una estructura tan compleja, será indudablemente de gran valor para los futuros proyectos relacionados con la presencia humana en el espacio.

En la próxima misión, cuyo lanzamiento esta previsto para la primera semana de diciembre los astronautas de relevo a bordo del Discovery serán acompañados por Robonaut2 o R2. Por primera vez un robot formara parte de la tripulación de la estación espacial. El objetivo de esta iniciativa es que estudiando su comportamiento pueda llegar a encargarse de las reparaciones en la ISS. Por el momento no hay fecha fijada para el regreso a la Tierra de  R2.

Una vez completada la estación se aumentará la cantidad y calidad de los trabajos científicos  que se realizarán a bordo. También se está considerando su uso como base de pruebas de nuevas tecnologías que puedan servir para abandonar las proximidades de la Tierra y como astillero espacial en el que ensamblar las naves que emprenderían tales viajes. De esa manera la estación espacial cumpliría un papel fundamental en la exploración humana del Universo que ya anticipó Konstantín Tsiolkovski, pionero de la astronáutica rusa, cuando dijo "La tierra es la cuna de la humanidad, pero no podemos vivir siempre en la cuna".

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