Hace
unos pocos días el JPL de la NASA ha publicado la noticia de la llegada de la
nave Voyager I a los límites exteriores del Sistema Solar. Los datos
recientemente recibidos desde la sonda constatan un incremento significativo de
las partículas cargadas. Este hecho es interpretado como consecuencia de la
exposición del ingenio a los rayos cósmicos procedentes de otras estrellas de
la galaxia.
Nuestro
Sol emite una corriente de partículas cargadas que forman una especie de
burbuja alrededor de nuestro sistema solar conocida como heliosfera. El viento
solar viaja a velocidades supersónicas hasta el cruce con una onda de choque
llamado choque de terminación. Voyager 1 alcanzó este límite en diciembre de
2004 y Voyager 2 lo hizo en agosto de
2007. Tras el choque de terminación hay una zona, conocida como la
heliopausa, donde el viento solar se
ralentiza drásticamente y se calienta. Mas allá su encuentra un espacio,
dominado por el viento interestelar, que es donde se supone acaba de entrar
Voyager 1.
Ahora
los científicos esperan nuevos síntomas de que la sonda cruza la frontera
imaginaria de nuestro sistema, tales como un cambio en las fuerzas
gravitatorias y magnéticas. "Las leyes de la física dicen que algún día la
'Voyager' se convertirá en el primer objeto fabricado por humanos que entre en
el espacio interestelar, pero aún no sabemos exactamente cuándo será", ha
reconocido Ed Stone, del Instituto Tecnológico de California. "Los últimos
datos indican que estamos claramente en una nueva región en la que las cosas
cambian más rápidamente. Es apasionante. Estamos acercándonos a la frontera del
Sistema Solar".
La
nave Voyager 1 y su hermana gemela,
Voyager 2 fueron lanzadas al espacio en 1977 con el objetivo de explorar el Sistema Solar.
En estos momentos, la 'Voyager 1' se encuentra a unos 18.000 millones de
kilómetros del Sol y se desplaza a 17 kilómetros por
segundo. Los datos que emite tardan ya 16 horas y 38 minutos en llegar a la
Tierra. Entre las dos han explorado los planetas gigantes de nuestro sistema:
Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, así como 48 de sus satélites. Las baterías
de plutonio de las sondas están diseñadas para funcionar hasta 2025. A partir de esa fecha
dejarán de transmitir a la Tierra, pero continuarán su viaje hacia otras
estrellas de la Vía Láctea.
Ambas
llevan un saludo de la Humanidad dirigido a una hipotética inteligencia
extraterrestre que en teoría fuera capaz de descifrar una grabación de un disco
de cobre con sonidos e imágenes de la vida y la cultura terrestres
seleccionados por un comité de científicos e intelectuales presidido por CarlSagan. En este enlace se puede consultar el contenido del mensaje de la humanidad a otros seres extraterrestres incluido en el Voyager.
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