jueves, 26 de agosto de 2010

A 700 metros bajo tierra

Hace unas semanas tuve la oportunidad de visitar el Museo de la Mineria y de la Industria ubicado en El Entrego, cerca de Langreo, en el principado de Asturias. Allí, aparte de una buena colección de máquinas y utensilios de distinta antigüedad, se da la posibilidad de visitar una mina imagen. Se reproduce con gran fiabilidad el entorno real de una mina de carbón. Se simula el descenso a cientos de metros de profundidad en una “jaula” semejante a las usadas en las minas reales. Y, ya en el subsuelo, se puede recorrer una galería principal y las galerías, tanto horizontales como con distintos grados de inclinación, semejantes a las de una explotación minera auténtica. La reproducción es muy real y se puede experimentar las sensaciones de claustrofobia ye imaginar de manera muy cercana la penalidad del trabajo de los mineros.

Con esta experiencia reciente, veo en los medios la singular noticia del contacto establecido con 33 mineros en Chile. Hace 17 días quedaron sepultados en una mina de cobre en San José de Copiapó. Y hasta ahora no se conocía la suerte que habían corrido. Por fin se ha logrado que una sonda los encuentre y ha sido posible el contacto telefónico que ha confirmado que todos se encuentran vivos.

Han podido sobrevivir durante los 17 días gracias a una férrea disciplina para racionar los pocos alimentos y agua con que contaban. Una vez logrado el contacto, a través de la sonda, ha sido posible hacerles llegar pequeñas cantidades de alimentos, medicinas y otros artículos que permitirán mantenerles con vida hasta que se produzca su rescate.

Y esta situación se prolongará durante bastantes semanas. Hay estimaciones que dicen que su salida de las entrañas de la tierra coincidirá con la próxima Navidad. Todo ello si el plan de rescate tiene éxito. Ojalá sea así. Hay que confiar que el espíritu de superación y resistencia de estos hombres y la tenacidad de las personas que trabajan en el rescate logren lo que, imaginando las situaciones que se darán en las próximas semanas a 700 metros de profundidad, parece un auténtico milagro.

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