lunes, 30 de agosto de 2010

Baidu

Todo el mundo conoce Google. Es difícil no tener que recurrir a él a diario. Lo hemos incorporado de tal manera a nuestra experiencia de uso de Internet que hasta empiezan a oírse y leerse barbarismos como “guglear”. Todo el mundo admite que si hay un buscador por antonomasia ese es Google.

Pero no ocurre lo mismo en China que, de ningún modo es un mercado menor. China es el país del mundo con más internautas. Y en China, aunque Google esta presente, el buscador mas utilizado se llama Baidu.

La historia de Baidu es muy parecida a la de otras compañías de éxito en Internet. Y sigue el modelo típicamente americano. Su fundador, Robin Li, es de origen humilde. Se forma en la universidad de Peking. Luego prosigue sus estudios en la universidad del estado de Nueva York en Buffalo. Trabaja en varias empresas norteamericanas hasta que el 1999 retorna a Peking, consigue financiación de una empresa de capital-riesgo y funda Baidu.

El camino recorrido por Baidu es notable. Alcanzó los beneficios en 2004 y en 2005 empezó a cotizar en el Nasdaq. En la actualidad, a través de Baidu se realizan el 76% de las búsquedas en Internet generadas en China -Google hace un 20%- y Baidu recibe un 64% de los ingresos publicitarios asociados, por un 31% para Google.

Durante meses Google ha mantenido un pulso con las autoridades chinas tratando de encontrar una solución para un problema que no la tiene. Se trataba de no renunciar a  su compromiso con la libertad de información y al mismo tiempo mantenerse en un mercado vital para su estrategia mundial. La lucha era desigual porque el pasado 30 de junio se debía renovar la licencia de Google para operar en China. Y para obtener la renovación había que atender las exigencias del gobierno chino para limitar el acceso a determinados contenidos de la red como las relativas al líder tibetano Dalai Lama o a organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional. Al final Google ha tenido que ceder, aunque ha intentado salvar la cara haciendo ver que imponía una autocensura solamente por imperativo legal. De esta forma ha conseguido mantenerse en el mercado chino y evitar que se convierta en monopolio de Baidu.

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