sábado, 28 de agosto de 2010

La generación ni-ni

Es un término que apareció hace unos pocos meses. Desde entonces lo he visto mencionado en varios artículos en los periódicos. Se trata de denominar a la generación actual de jóvenes que deberían estar empezando a trabajar. Pero que no lo hacen. Ni estudian, ni trabajan.

Hay que admitir que las circunstancias no ponen las cosas fáciles. La crisis económica ha golpeado fuertemente a nuestro país y los índices de desempleo son de los mayores de Europa. Y si particularizamos estos índices para el segmento de población joven aun son más desfavorables.

Pero también es cierto que la generación a la que nos referimos adolece de un cierto conformismo y falta de espíritu de lucha frente a las adversidades. Quizá es culpa nuestra, de los padres. Hemos intentado dar a nuestros hijos lo mejor. Ellos se han adaptado a una vida en la que tienen cubiertas todas sus necesidades. Incluso algunas que no merecen ese nombre pues se trata de aspectos perfectamente prescindibles. No están acostumbrados por tanto a luchar para alcanzar objetivos y a enfrentarse a situaciones difíciles.

Al hilo de estas reflexiones he recordado que hace un par de años, cuando Bill Gates se retiró de la dirección de Microsoft fue muy comentada una conferencia que dió ante una audiencia de estudiantes de enseñanza superior. En ella habló de forma muy breve y esquemática argumentando que una política educativa poco exigente con los alumnos ha originado una generación que vive alejada de la realidad. La mayoría de estos estudiantes encuentran grandes dificultades de adaptación cuando acaban sus estudios. Finalmente, dirigiéndose directamente a los presentes hizo las siguientes consideraciones:
  • En nuestro mundo no siempre reina la justicia y hay que aceptarlo.
  • A la sociedad no le impresiona tu autoestima sino tus logros reales
  • No vas a ganar 40.000$ al  año nada mas acabar tus estudios. Solo serás un ejecutivo con coche a cargo de la empresa cuando hayas demostrado tu valía.
  • Si crees que tu profesor es exigente, espera a tener un jefe. Ese sí que no admitirá excusas.
  • Si te equivocas, no le eches la culpa a tus padres o a la mala suerte. No lamentes tus errores, aprende de ellos.
  • Antes de tu nacieras, tus padres no eran tan aburridos como ahora. Son  así por haber sufragado tus gastos, lavado tus ropas y oírte decir que son “antiguos”. Por tanto, antes de salvar las selvas tropicales de los parásitos de la generación de tus padres, empieza a ordenar y limpiar  tu habitación.
  • En las escuelas puede haber desaparecido  la distinción entre excelentes, buenos y regulares, pero la vida no es así. En muchas escuelas no obligan a repetir curso aunque no apruebes, no te ponen deberes para casa y tienes las oportunidades que necesites hasta aprobar. Esto no se parece en nada a la vida real.
  • La vida no está dividida en trimestres. No tendrás largas vacaciones de verano, ni encontrarás quien te ayude a hacer tus tareas, ni jefes que te apoyen  para que te encuentres a ti mismo. Todo eso y mucho más, tendrás que hacerlo en tu tiempo libre.
  • La vida real no es como la televisión. En la vida real, las personas tienen que dejar los juegos, el bar, los bailes o los amigos, para irse a trabajar.
  • Sé amable con los estudiosos de tu clase (a esos que sueles llamar “empollones”). Existen muchas probabilidades de que alguno de ellos acabe siendo tu jefe.

Estoy seguro que, aunque nuestro entorno actual no es exactamente el mismo que aquel para el que estaba orientada esta conferencia, muchas de las observaciones y consejos de Bill Gates son perfectamente aplicables.

No hay comentarios:

Publicar un comentario