jueves, 13 de enero de 2011

Hay que preparar a la sociedad para el contacto con extraterrestres

La Royal Society del Reino Unido publica regularmente su boletín titulado Philosophical transactions of The Royal Society dedicado a tratar cuestiones científicas relacionadas con las matemáticas, la física y la ingeniería. El ultimo número de esta publicación esta dedicado a la “detección de la vida extra-terrestre y sus consecuencias para la ciencia y la sociedad” de nuestro planeta.

Este hecho pone de manifiesto el interés de la ciencia “oficial”, de los científicos serios, sobre un tema que hasta hace muy poco era únicamente de interés para los aficionados a la ciencia ficción y a los asuntos esotéricos. Como era de prever, un tema tan polémico, suscita opiniones encontradas pero que, al hallarse dentro de los márgenes establecidos por los métodos científicos, conforman un mosaico esclarecedor sobre el nivel de conocimiento que la ciencia actual tiene sobre este asunto.

Como muestra, Simon Conway Morris,  experto en evolución de la Universidad de Cambridge, considera que los entornos  extraterrestres capaces de albergar vida inteligente pueden ser muy similares a la biosfera terrestre. Sería inevitable pensar que en ese caso al emerger la inteligencia, nos encontraríamos con civilizaciones parecidas a las nuestras, con todas sus características negativas. Conway esgrime argumentos evolutivos para señalar que este escenario le parece muy poco probable. Como consecuencia de todo ello su conclusión  establece  que estamos completamente solos en el Universo.

En todo caso hay un acuerdo generalizado sobre el potencial impacto que causaría en la humanidad el descubrimiento de cualquier forma de vida extraterrestre, fuera inteligente o no. Según Albert Harrison, de la Universidad de California, deberíamos esperar bien  reacciones de miedo o alboroto, bien de calma o placer, dependiendo de las características de la forma de vida que se descubra y, muy importante, de la distancia a la que se encuentre respecto a la Tierra.

Hasta ahora no hemos recibido ninguna evidencia de la existencia de vida extraterrestre. Y ello a pesar de que el programa SETI, que intenta detectar señales extraterrestres desde hace  50 años sin conseguir su objetivo. Este programa ha ampliado su búsqueda que ya no solo se basa en las ondas de radio sino también en las señales ópticas e infrarrojas. En todo caso depende de que las hipotéticas civilizaciones situadas en otros lugares del Universo quieran dar pruebas de su existencia con emisiones intergalácticas lo suficientemente potentes como para poder ser detectadas por los equipos terrestres.

A pesar de esta falta de resultados, una nueva inyección de esperanza sobre el contacto cercano con otras civilizaciones en el espacio se ha producido a partir de la detección en 1992 de planetas externos al Sistema Solar con características semejantes a las de la Tierra y susceptibles por tanto de contener formas de vida semejantes a las de nuestro planeta. Hasta el momento actual el número de planetas que cumplen los requisitos necesarios son más de 500. Esto hace pensar a algunos que las generaciones actuales pueden llegar a ver la presencia de la vida en otro lugar distinto de la Tierra.

Martin Dominik and John C. Zarnecki, editores del numero de la publicación mencionada al principio resumen así la situación actual: "Hasta ahora no existen pruebas científicas a favor o en contra de la existencia de vida fuera de la Tierra. Todos los argumentos sobre si la vida es algo común y universal o si vivimos en un lugar único en el cosmos están más bien basados en creencias y suposiciones filosóficas". Si se desea profundizar mas en el conocimiento de estos temas se puede empezar a partir de este completo artículo de la Wikipedia.

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