martes, 11 de enero de 2011

Hecho para romperse

El pasado domingo pusieron en la 2 un documental titulado “Comprar, tirar, comprar”. No pude verlo pero una buena amiga me pasó este enlace en el que se encuentra el programa completo, y estará durante unos días. Ya he podido verlo y ciertamente da mucho que pensar.

La idea fundamental es que nuestra economía esta basada fundamentalmente en el crecimiento. Y este crecimiento no tiene como razón de ser el cubrir las necesidades de la gente. Se trata de crecer por crecer. Y para ello se utilizan técnicas basadas en el concepto de obsolescencia planificada.

Esta idea tiene un precedente en el cartel Phoebus, que entre 1924 y 1939 controló el mercado de las bombillas eléctricas. Ya en 1911 los esfuerzos de los ingenieros habían logrado construir bombillas que funcionaban durante 2500 horas. Sin embargo Osram, Philips y General Electric, entre otras empresas, a través del cartel Phoebus se pusieron de acuerdo para, deliberadamente, limitar la vida útil de las bombillas a un máximo de 1000 horas. Su propósito era garantizar una demanda constante de este producto.

Cuando se produjo la gran depresión en 1932, un agente inmobiliario llamado Bernard London publicó un panfleto titulado Ending the Depression Through Planned Obsolescence en el que abogaba por la implantación generalizada de esta idea para reactivar el consumo y superar la depresión económica.

Desde entonces ha habido numerosos ejemplos de aplicación práctica de estas teorías. En algunos casos se trata de limitar la vida de un aparato de forma deliberada. Hay ejemplos de impresoras Epson que incluían un chip encargado de contar las páginas impresas y que a partir de un determinado número detenía el funcionamiento de la máquina. También es conocido el caso de los primeros iPod de Apple que incluían una batería que estaba diseñada para fallar al cabo de un tiempo determinado.

Hay otros modos de practicar el concepto. El mundo de la moda es más sutil. Se trata de hacer obsoletos los diseños de una temporada creando nuevos diseños que “se ponen de moda” para sustituirlos. Todos conocemos determinadas marcas que basan su éxito en lo barato que resulta estar a la moda. Y para ello sustituyen de forma permanente su oferta. Aquí se están siguiendo las propuestas de Brooks Stevens, un diseñador industrial que en 1954 abogó por conseguir que el consumidor desee poseer algo un poco mas nuevo, un poco mejor un poco antes de sea necesario.

También podemos pensar en los ejemplos que se dan en el ámbito tecnológico. ¿Cada cuanto tiempo, por distintas razones, nos vemos forzados a cambiar de móvil? ¿Qué pasa con los programas y sistemas operativos de los ordenadores que exigen constantes cambios de hardware? ¿No hemos tenido que tirar nuestros discos de vinilo para sustituirlos por CD, los videos beta por VHS para luego cambiarlos por DVD? Y finalmente ¿no esta claro que los CD y DVD desaparecen a ojos vista sustituidos por los MP3, MP4 etc?

El documental antes mencionado llega a estas conclusiones: ¿Es compatible un sistema de producción infinito en un planeta con recursos limitados? Y algunos de los participantes llegan a proponer la necesidad de volver a una sociedad sostenible cuya huella ecológica no sea mayor que un planeta. Eso no significa volver a la edad de piedra sino volver a una situación como la de Francia en los años 60. Parece necesario poner en practica una filosofía del decrecimiento para hacer realidad la visión de Ghandi: “El mundo es suficientemente grande para satisfacer las necesidades de todos pero siempre será demasiado pequeño para la avaricia de algunos”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario