viernes, 20 de mayo de 2011

Las tarjetas cumplen 40

Leo en Cinco Días que el BBVA este celebrando el 40 aniversario de la emisión de las primeras tarjetas de crédito en España. Allá por abril de 1971 el entonces Banco de Bilbao, tras un acuerdo con Bankamericard, entregaba a unos cuantos privilegiados clientes las primeras tarjetas que permitían comprar sin dinero hasta un límite de 25.000 pesetas en unos 5.000 comercios entre los que encontraban El Corte Inglés, Cortefiel, Celso García, Ulloa Óptico, Viajes Marsans, Iberia y Espasa Calpe. Las ventajas del nuevo producto fueron inmediatamente reconocidas por los clientes del Banco de Bilbao. El éxito fue muy grande. En el primer año 742.000 personas en España contaban con el nuevo instrumento de pago.

Sin embargo ya habían transcurrido bastantes años desde que apareciera el concepto de tarjeta y se generalizara su uso. Esta historia tiene algo de leyenda. Hay que situarse en Nueva York en 1949. En el restaurante Major’s Cabin Grill. Frank McNamara esta cenando con unos clientes. Llega el momento de pagar y descubre que ha olvidado su cartera. Afortunadamente puede llamar por teléfono a su esposa para que le acerque el dinero necesario y salva el aprieto. Pero, además, se promete a si mismo que no volverá a verse en esta situación. 

McNamara no pierde el tiempo y en pocos meses funda y hace operativa la primera Compañía de tarjetas de crédito de los Estados Unidos. En febrero de 1950 vuelve a cenar al mismo restaurante y ya no necesita dinero para pagar. Presenta su tarjeta de crédito y firma la factura. En el mundillo de las tarjetas a este acontecimiento se le da el nombre de Primera Cena. Tampoco es por coincidencia que la primera marca de tarjetas, la usada entonces y que todavía existe, fuera Diners Club.

Mi primera tarjeta de crédito fue una extensión de la de mi padre y estaba emitida por el Banco de Bilbao. De hecho esta entidad mantuvo la exclusiva de emisión de tarjetas Bankamericard hasta 1980. También hay que decir que esta marca, que nos parece tan extraña, fue sustituida justamente por aquellas fechas por otra que, en muchas ocasiones, sustituye al propio nombre de tarjeta de crédito. Bankamericard se convirtió en VISA. Mi padre me consiguió la tarjeta para cubrir mis eventuales necesidades de dinero durante el Servicio Militar. Aunque por aquel entonces todavía no había cajeros automáticos, podía pagar mis billetes de tren, comidas en restaurantes, ropa en El Corte Inglés… Y también podía conseguir dinero en efectivo. Yo les pagaba, por ejemplo, los billetes de avión a mis compañeros catalanes y ellos me daban a mí el dinero en efectivo correspondiente…

Ahora las tarjetas de crédito están de la cartera de todas las personas. Posiblemente solo el teléfono móvil puede superarlas en esta correspondencia entre objeto personal y persona. Su aceptación se ha hecho universal. Es difícil encontrar un comercio o establecimiento que no muestre la colección de logos de las tarjetas que pueden ser utilizadas para el pago. El BBVA puede estar orgulloso de ser el sucesor del Banco de Bilbao que fue el pionero en la introducción de este gran invento en España.

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