Normalmente consideramos que nuestra sociedad ha superado el analfabetismo y que los conocimientos aritméticos básicos son prácticamente universales entre los miembros de nuestra generación. Sin embargo hay otros aspectos en los que la generalización del saber no es tan clara. Algunos de ellos resultan asombrosos. Acabo de leer un artículo que pone el acento sobre lo que podríamos llamar analfabetismo geográfico.
Partiendo de nuestro propio país, ¿Cuántos españoles serian capaces de colocar correctamente en un mapa mudo las provincias españolas? ¿Y cuantos podrían hacer lo correspondiente con los distintos países sobre un mapa de Europa? Seguramente sería difícil encontrar quien acertara en todos los casos de estos dos simples ejercicios. Eso demuestra que, aunque vivamos en la era de la información, aunque los viajes por todo el mundo se hayan generalizado, nuestros conocimientos geográficos son muy limitados.
Hay otras razones para esta falta de información, o mejor desinformación. Se trata de los métodos de representación que habitualmente son usados en la confección de los mapas. Todos sabemos que una esfera no se puede representar sobre un plano sin admitir una cierta distorsión. Esto determina que todos los mapas están sujetos a algún tipo de error de representación dependiendo de la proyección cartográfica que se haya usado al confeccionarlos. Algunos presentan las áreas de forma correcta pero distorsionan las distancias. Otros hacen lo contrario.
Una de las proyecciones mas usadas es la de Mercator. Fue creada por Gerardo Mercator en 1569. Se trata simplemente de proyectar la superficie de la esfera terrestre sobre un cilindro tangente en el ecuador. Como resultado de este procedimiento se obtiene una buena aproximación en las zonas cercanas al ecuador pero las zonas mas alejadas del mismo, tanto al norte como al sur presentan grandes deformaciones. Se producen entonces enormes errores de apreciación comparativa. Alaska parece tener el mismo tamaño que Brasil cuando es cinco veces más pequeña. Y Groenlandia ocupa lo mismo que todo el continente africano siendo éste 14 veces más grande que la helada isla septentrional.
Al estar Europa al norte y relativamente alejada del Ecuador también ve aumentado su tamaño respecto a África. Hace unos pocos meses Kai Krause, un diseñador de software y de gráfico nacido en Alemania, pero afincado en California, publicó un mapa de África que ha sido muy celebrado en distintos medios que de manera muy efectiva relacionaba los tamaños de distintos países colocándolos dentro del contorno del continente africano. Es la ilustración que abre este artículo y que puede ser contemplada aquí en mayor dimensión. Tras su contemplación detenida, los comentarios adicionales sobran.
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