Todos estamos conmocionados por el terremoto de Japón. La destrucción causada por uno de los mayores movimientos sísmicos de la historia reciente es demoledora. A ello se han unido los efectos directos del tsunami provocado por el terremoto. Y, por si todo ello fuera poco, los daños causados en las centrales nucleares niponas que mantienen al mundo en alerta ante el riesgo de importantes fugas radioactivas o incluso accidentes nucleares más graves.
Estos acontecimientos son dramáticos en si mismos pero adquieren aun mayor relevancia al haberse producido en el país que probablemente esta mejor preparado para enfrentarse a los terremotos. A pesar de todo la magnitud del seísmo ha superado en muchos casos la tolerancia de las infraestructuras y las ha destruido.
También es notable la reacción de la población. En medio del caos la entereza, el espíritu de sacrificio y la capacidad de organización de los japoneses ha puesto en marcha inmediatamente las tareas de salvamento y de reconstrucción. El pueblo japonés sobrevivirá tras este desastre natural. Ya lo han hecho en otras ocasiones. Tienen experiencia en enfrentarse a la devastación y salir victoriosos. De igual manera que reconstruyeron su país partiendo de las ruinas consecuencia de la segunda guerra mundial, conseguirán superar las ruinas resultado de la tremenda catástrofe que ahora les afecta.
Aunque el balance de victimas sea aterrador, aunque la cuantificación de las pérdidas materiales sea desmesurada, casi inconcebible, las virtudes de laboriosidad, disciplina y espíritu de lucha de sus gentes harán que Japón supere esta difícil prueba. Ya lo han demostrado en muchas ocasiones. Su experiencia, tecnología, conocimientos arquitectónicos y sistemas de trabajo están a la cabeza de las posibilidades de la humanidad en este momento. Tampoco les faltará la ayuda que puedan prestarle otros países. En unos cuantos años, Japón renacerá de nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario