domingo, 17 de octubre de 2010

Provisionalidad

Parece como si en nuestra esfera política todo fuera provisional. Acaba de conocerse el pacto entre el partido gobernante, el PNV y Coalición Canaria para sacar adelante los presupuestos de 2011. Desde el Gobierno se presenta de otra manera. Se trata de dar estabilidad a las políticas económicas de lucha contra la crisis. Es en realidad, según ellos, un pacto de legislatura.  ¡A buenas horas! La legislatura ha superado ya más de la mitad de su duración. Lo pongan como lo pongan es un parche. Una improvisación para salvar una situación coyuntural.

No me gusta esta forma de actuar. Creo en la planificación cuidadosa de las acciones antes de su realización. En la búsqueda de alternativas para elegir la mejor opción. En la determinación previa de acciones de contingencia por si se dan situaciones no previstas. Aunque todo no puede anticiparse. Esta claro, la crisis en la que vivimos es un buen ejemplo, que hay hechos que son muy difíciles de prever. En esos casos las reacciones no pueden estar tan planificadas. Pero si pueden ser meditadas y no precipitadas.

Tenemos un Gobierno que funciona de manera completamente distinta. Hay montones de ejemplos de su estilo basado en la improvisación que les lleva, o a cometer errores que no se corrigen y las consecuencias perduran, o a rectificaciones constantes que suponen también algunos trastornos. Pongo dos  ejemplos que, teniendo su importancia, no son de los más trascendentes.

En los pasados meses oímos hablar al Gobierno sobre las excelencias de nuestra capacidad tecnológica y de innovación al ser uno de los países de la Unión Europea que antes habíamos realizado la migración hacia la televisión digital terrestre. Ahora se demuestra que esta acción fue precipitada. Se acaba de anunciar que, antes de 2015, todos los canales de TDT ahora asignados deberán desalojar las frecuencias que ocupan actualmente y trasladarse a una nueva banda del espectro radioeléctrico. Este cambio afectará a los usuarios, que deberán resintonizar sus equipos y a readaptar las antenas. Se aclara que el Gobierno subvencionará los costes ocasionados. Buena prueba de ineficiencia y gasto inútil.

El otro ejemplo es  la ley anti-tabaco. Esta en vigor desde 2006 aunque algunos aspectos no se aplicaron hasta 2007. Es un ejemplo de ley caótica que, además de no lograr los objetivos perseguidos, ha generado inseguridad jurídica por su imprecisión y su desigual aplicación en las distintas comunidades autónomas.  Hasta la Comunidad Europea ha manifestado su preocupación por la situación creada. Ahora se anuncia una nueva ley para comienzos de 2011 y se adelanta que, en este caso, no habrá compensaciones para aquellos establecimientos que tuvieron de hacer desembolsos para adaptarse a la antigua ley que serán inútiles según la nueva.

Como decía antes son solo dos ejemplos y no de los más sangrantes. Pero este botón de muestra evidencia las consecuencias de una mala administración. Independientemente del color político que tenga. Porque no es cuestión de ideología. Es cuestión de pragmatismo, de eficacia y de eficiencia. Me gustaría ver algo de esto  en los programas electorales de los partidos en las próximas elecciones. 

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