lunes, 6 de junio de 2011

Historia de las alcobas

El sábado pasado me di un paseo por la Feria del Libro del Retiro. Es una cita anual que tiene algo que ver con el seguimiento de esas tradiciones que no se deben abandonar. Este año no iba buscando ningún libro en particular. Sólo deambulaba entre el gentío, y cuando encontraba un hueco en una caseta ojeaba los libros que se ofrecían ante mi vista. Es un procedimiento que nunca me falla. Tarde o temprano, mas esto último que lo primero, alguna portada llama mi atención.

Fue así que, en un momento dado, me encontré en la caseta de Ediciones Siruela cuando una cubierta dominada por el azul me sedujo. El libro se titulaba Historia de las alcobas, escrito por Michelle Perrot. Tuve la mala suerte de que, justo en ese momento y como suele ocurrir casi todos los años, empezó a chaparrear y me vi obligado a buscar refugio abandonando la contemplación del libro. Estos avatares meteorológicos también forman parte de la tradición de la visita a la Feria del Libro.

Ya en casa he buscado información sobre esta obra. La sinopsis de la editorial dice: “Cuando visitamos un colegio, un hotel, un cuartel, un convento o un hospital, e incluso cuando estamos en nuestra propia casa, encontramos natural el hecho de que haya habitaciones (alcobas, cámaras, estancias, gabinetes, tocadores...). Sin embargo, ¿sabemos cuál es el origen y la historia de un lugar tan frecuentado por todos?
Este ensayo, que da comienzo de una forma majestuosa en la cámara de Luis XIV, nos lleva desde la Antigüedad a nuestros días y desde la habitación de los niños o de las jovencitas hasta la angosta realidad de las celdas, pasando por el dormitorio de una dama, el harén oriental, la alcoba de una doncella o el pequeño salón de recibir de la cortesana más refinada... “

También he encontrado que la autora es una reputada historiadora francesa, doctora en Historia por la Sorbona, que en la actualidad es profesora de la Universidad Paris VII. La originalidad de esta obra radica en que da una respuesta positiva a esta pregunta ¿es posible trazar una historia de la humanidad en función de la evolución del concepto de dormitorio?

En las primeras páginas ya nos encontramos con la interpretación del papel central de la alcoba: “La habitación es una caja, real e imaginaria. Cuatro paredes, techo, suelo, puerta y ventanas estructuran su materialidad. Su tamaño, forma y decoración varían con el tiempo y con los ambientes sociales. Su cierre, al igual que un sacramento, protege la intimidad del grupo, de la pareja o de la persona. De ahí la importancia capital de la puerta y de su llave, que es el talismán, y de las cortinas, que son los velos del templo. La habitación, además, lo protege a uno mismo, sus pensamientos, sus cartas, sus muebles, sus objetos. Como defensa, repele al intruso. Como refugio, acoge. Como trastero, acumula. Toda habitación es, más o menos, una especie de «gabinete de prodigios», igual que aquellos que, en el siglo XVII, creaban los príncipes ávidos de colecciones”

Se trata por tanto de un ensayo académico, pero al mismo tiempo lúdico, en el que una experimentada historiadora ensaya una visión de los acontecimientos históricos desde el lugar más recóndito de las viviendas de todos los tiempos. Como señala Lourdes Ventura en su reseña publicada hace una semanas en El Cultural “No hay que olvidar que Michelle Perrot en sus trabajos como investigadora ha abordado tanto la historia de los movimientos obreros como la de las instituciones penitenciarias, y por supuesto es una de las grandes historiadoras de la vida de las mujeres y pionera de los estudios de género en Francia. Nadie mejor que ella para trazar las líneas maestras de esta Historia de las alcobas donde el amor, la muerte, la enfermedad, los sueños, la mística, lo prohibido, la oración, la pobreza y el lujo se reformulan y ocupan su lugar entre cuatro paredes y su enclave en lo social. Se dibuja aquí una nueva cartografía de las habitaciones. Se sugieren las estancias íntimas a través del tiempo pero también las posiciones de las gentes en esos espacios. Se recurre al etnólogo del siglo pasado, Marcel Mauss, para acentuar la importancia de las posiciones y condiciones del dormir. El repliegue corporal, el hacinamiento de trabajadores en una misma cama, la dureza de una tabla, el frío, la intemperie bajo una escalera, el desmadejamiento de la desnudez, la blandura de las camas de la nobleza, son aquí los asuntos de la historiadora.”

No es la primera vez que el dormitorio adquiere este papel protagonista a los ojos de los eruditos. El matemático, físico y filósofo Blaise Pascal ya en el siglo XVII asignó un papel relevante a las alcobas cuando dijo “Todas las desgracias de los hombres provienen de un solo detalle: no saber estar solos, reposando tranquilamente en una habitación.

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