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jueves, 31 de mayo de 2012

Un país condenado a la pobreza



Europa, la vieja Europa se convulsiona. La Europa de los filósofos, de los artistas, la cuna del Renacimiento, la de los grandes pensadores y escritores parece ahora únicamente la Europa de los mercaderes. Tenemos ante nuestras narices un proyecto de unión entre los pueblos europeos en riesgo de fracaso absoluto porque los únicos valores que se reconocen y se respetan son los económicos. ¿Adónde nos llevan los líderes de las naciones poderosas de Europa? ¿Dónde están los pensadores del auténtico ideal europeo?

Por extraño que parezca, en este momento convulso de la historia, todavía quedan pensadores. Todavía existen personas que se elevan sobre las miserias del dinero y otean el futuro de la sociedad. He aquí un ejemplo notable. Günter Grass, Premio Nobel de Literatura y Premio Principe de Asturias de las Letras en 1999, publicó el pasado sábado un poema titulado “Europas Schande” ("La vergüenza de Europa") en el periódico Süddeutsche Zeitung. En doce estrofas pareadas el gran escritor, de 84 años, arremete contra la política europea, encabezada por Angela Merkel, aplicada en Grecia. El autor de “El tambor de hojalata” critica duramente las estrictas medidas de ahorro impuestas al país heleno y  acusa a Europa de dar a Grecia la copa de cicuta, en alusión al destino del gran filósofo Sócrates, y de abandonar al país que sirvió de cuna a la civilización europea.

Günter Grass destaca la importancia cultural e histórica de Grecia, muchos de cuyos tesoros culturales ya le han sido arrebatados y se encuentran hoy en manos de sus jueces: "País condenado a ser pobre, cuya riqueza adorna cuidados museos: botín por ti vigilado", dice en sus versos. Además, recuerda el pasado intervencionista alemán en tierras griegas: "Los que invadieron con armas esa tierra bendita de islas llevaban, con su uniforme, a Hölderlin en la mochila".

Ojala esta llamada de atención de un alemán, un europeo prestigioso, aclamado por su prodigiosa producción literaria llegue a tiempo de detener lo que puede significar el inicio de la caída de Europa. No esta el mundo para enfrentarse al futuro sin unidad. Si queremos mantener, y desarrollar, los valores que Europa ha construido durante siglos difícilmente lo conseguiremos debilitándonos a nosotros mismos. Al documentarme para este texto he encontrado una muy interesante aportación de Jordi Ortega, casualmente también filósofo, que en su blog publica un artículo titulado  Los deudores retan a los acreedores en el que, partiendo del poema de Grass, realiza un análisis de gran calado. Para mí está muy claro. No es la hora de los economistas. Es la hora de los pensadores. Sin ellos estamos perdidos.  

martes, 17 de abril de 2012

Hablando de Islandia


Ya hace unos meses comenté las singularidades de Islandia. Ahora hay que volver sobre el tema para constatar el éxito de este país en su lucha contra la tremenda crisis por la que fue asolado a finales de 2008. Nosotros aún continuamos luchando contra lo que seguimos llamando la crisis, bien es verdad que al confundirse, continuarse o solaparse en el tiempo  no se sabe muy bien  a cuál de las varias crisis (financiera mundial, hipotecaria española, deuda soberana) nos estamos refiriendo. 

Lo más sorprendente y llamativo del caso islandés, en cuanto a su recuperación, son las medidas tomadas y los procedimientos utilizados. Muchos medios se han hecho eco de las medidas teóricamente “poco ortodoxas” adoptadas pero que el tiempo demuestra han sido eficaces. En otros casos el enjuiciamiento de algunos de los responsables de la crissis merecen un amplísimo tratamiento informativo, probablemente por la distancia abismal entre estos hechos y los ocurridos (o mejor dicho, no ocurridos)  mucho más cerca de nosotros.

En unos momentos en los que parece que todos vivimos en un hilo pendientes de lo que digan los mercados o los todopoderosos FMI o BCE sobre cuáles deben ser nuestras acciones y los sacrificios a los que debemos someternos para evitar el mayor de los abismos, sorprende el contraste de la reciente entrevista al presidente islandés, Ólafur Ragnar Grímsson, en la que, entre otras cosas, explica el desafío de un país pequeño e inerme ante algunas de estas instituciones de alcance transnacional. Me ha conmovido especialmente el párrafo en el que relata que en una reciente conferencia en la que participaba el FMI, este organismo reconocía que en el proceso experimentado en los últimos años en Islandia el FMI probablemente había aprendido  más de lo mostrado por las iniciativas islandesas que lo que Islandia había podido aprender y aprovechar de los “consejos ortodoxos” del FMI sobre cómo dar una respuesta adecuada a una crisis de la naturaleza que Islandia ha padecido.

Para terminar me gustaría reproducir otro de los párrafos de esta excelente entrevista, que no tiene desperdicio, por su importante lección que creo de aplicación inmediata a nuestro entorno más cercano.  Dice el Presidente de Islandia que durante los meses finales de 2008 y las primeras semanas de 2009 Islandia vivió una amenaza fundamental contra su estabilidad política y social, a pesar de ser una de las democracias más seguras, abiertas y estables del mundo. El hecho de que el sistema financiera fuera capaz de generar tal situación ilustra la enorme responsabilidad política y social que el sector financiero representa porque su colapso puede poner de rodillas, como ocurrió en Islandia,  a una de las estructuras políticas y democráticas más estables y seguras. Y termina preguntándose. Si esto ocurrió en Islandia ¿que repercusiones tendría una situación perecida en países con una historia política y democrática no tan solida como la islandesa?

lunes, 20 de febrero de 2012

España se queda sin ciencia



Amaya Moro-Martin forma parte de la minoría científica española. Su área de estudio son los sistemas planetarios extra-solares. Trabaja en el Centro de Astrobiología de Madrid. También es Investigadora visitante de la Universidad de Princeton. Posiblemente no pueda continuar su labor investigadora en España como consecuencia de los recortes presupuestarios determinados por el nuevo Gobierno de España.

Hace unos pocos días la revista Nature publicaba un artículo de esta brillante científica española en la que se denunciaba la lamentable situación de la ciencia en España. Y no hay nada oculto. Todo es muy evidente. De todos los ministerios del Gobierno Rajoy en ninguno de ellos aparece ni la palabra “Ciencia” ni la palabra “Investigación”.  Y no es un olvido ni una casualidad.

La política científica ha sido incluida, pero sin nombrarla, en el nuevo Ministerio de Economía y Competitividad. Parece contradictorio que algo tan inconcreto  como "competitividad" haya sustituido a algo tan concreto como la investigación científica. Es evidente la necesidad de el sistema de investigación en España sea competitivo pero, para alcanzarlo, el nuevo Gobierno ha elegido un rumbo muy diferente al de los países que están por encima de España en la mayoría de los rankings científicos y económicos. Países como Japón, Alemania, Inglaterra, Francia, Holanda y Suecia, con sistemas de investigación altamente competitivos y economías más sólidas, coinciden en gestionar ciencia y universidades de forma conjunta bajo ministerios especializados.

La línea oficial parece clara: la ciencia no es una prioridad para el gobierno español. Sabemos que estamos inmersos en una crisis económica y que las medidas de austeridad son necesarias. Sin embargo, las acciones irracionales y draconianas del gobierno provocarán a largo plazo daños a la infraestructura científica. Se están enviando mensajes contradictorios a la sociedad, a los inversores y a la comunidad internacional. Aunque el Gobierno promete un cambio hacia una economía basada en el conocimiento, cada paso que da es en la dirección opuesta. El resultado será una economía dependiente de conocimiento importado y sin base de conocimiento propia.

El hecho de que ni el Congreso ni el Senado hayan constituido las comisiones respectivas de ciencia y tecnología es otra deficiencia notable. La investigadora pide que se ponga en marcha con carácter de urgencia la Agencia de Investigación contemplada en la nueva ley de la Ciencia y con un presupuesto multianual que confiera a la ciencia estabilidad y capacidad de planificación a medio y largo plazo, sin fluctuaciones.

Moro-Martín reclama en su artículo en Nature un conjunto de medidas que reactiven la labor instigadora en España. Y la dotación económica adecuada es imprescindible. Por ello es necesario que el esfuerzo español en I+D, actualmente situado en el 1,39% de su PIB, debe ponerse en línea con la media europea del 2% y acercarse al objetivo del 3% fijado en la Estrategia de Lisboa para 2010.

viernes, 20 de enero de 2012

¿Vivimos por encima de nuestras posibilidades?



Soy asiduo de varios medios a través de Internet. Y entre ellos El País, ocupa un lugar destacado. De vez en cuando, aparte  de leer las noticias mas destacadas, me entretengo en ver cuales son las noticias mas leídas. Hoy el tema dominante ha sido el cierre de Megaupload  por el FBI. Pero entre múltiples detalles y comentarios sobre este hecho, que algunos pomposamente han bautizado como el comienzo de la I Guerra mundial digital, se cuela,  entre lo mas leído, la opinión de un ciudadano normal, posiblemente muy representativo de un gran número de españoles que sortean/sorteamos la tremenda crisis que nos afecta y que, después de haber "seguido las reglas" nos encontramos con castigo sobre castigo, como consecuencia de que unos cuantos sinvergüenzas no lo han hecho. Y nuestro sistema "democrático", en lugar de hacer pagar a los responsables del desaguisado, pide, a través de nuestro Gobierno democráticamente elegido, que sean/seamos los inocentes los que paguen/paguemos los platos rotos.

El texto al que hago referencia, y que copio a continuación,  tiene como autor a  Francisco Pastor Guzmán, al que no tengo el gusto de conocer, pero cuyas opiniones incluidas en su comunicación a El País comparto. 

"Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno, nos pide a los españoles "un esfuerzo más". Alberto Fabra Part, presidente de la Generalitat Valenciana, dice que los valencianos "vivíamos por encima de nuestras posibilidades".

Trabajo desde hace 14 años en I+D y desde hace 10 años lo compatibilizo con unas horas semanales de profesor en la universidad. Me esforcé de niño y adolescente en intentar aprender, sacar buenas notas y pasarlo bien. Me esforcé en la universidad para sacar la carrera y pasarlo bien. Me esforcé luego dando clases particulares y continúo ahora esforzándome en mis dos trabajos. Hace 10 años, junto a mi pareja, compramos un piso que entraba dentro de nuestras posibilidades. Ahora, tras 10 años de esfuerzo, hemos ahorrado el dinero suficiente para pagar lo que nos queda de hipoteca. Llevo años esforzándome y nunca he vivido por encima de mis posibilidades. Podía permitirme coches más caros pero no los he comprado, nunca he pedido un crédito para irme de vacaciones, reformé mi piso cuando tuve dinero para hacerlo. Me esfuerzo en educar a mis hijos lo mejor posible, los llevo a la escuela pública y me esfuerzo en la asociación de padres para ayudar a mejorarla. Cuando mis hijos enferman los llevo a la sanidad pública y si me queda jarabe en casa le digo al médico que no me haga una receta que no necesito.

Ahora estoy a punto de quedarme sin trabajo gracias a los que han vivido "por encima de nuestras posibilidades". Ahora me piden "un esfuerzo más". Yo siempre he pagado puntualmente la hipoteca y lo sigo haciendo así que no he hundido a la banca. Yo no he hecho bajar la Bolsa, no he hundido los mercados, no he inflado la economía, no he especulado con la vivienda, no he organizado carreras de coches en mi ciudad, no necesito un aeropuerto sin aviones, no tengo yate para ver la salida de la Copa América, no he ido nunca a ver la ópera en el Palau de les Arts. Yo no he deteriorado la escuela ni la sanidad públicas, no he tenido becas ni subvenciones, no he cobrado nunca el paro ni he provocado déficit al Estado, la autonomía ni la Seguridad Social. Yo no conozco a Moody's, Fitch ni Standard & Poor's pero sí conozco a los que vivieron por encima de mis posibilidades. Yo no les voté, a mí no me representan.

Soraya, el esfuerzo se lo pides a ellos."

sábado, 17 de diciembre de 2011

El caso islandés


Conozco muy poco de primera mano sobre Islandia. Solo la he visitado en una ocasión, hace ya diez años por lo menos. Me pareció un país muy peculiar. Europeo en cierta forma pero con evidencias de la distancia física al continente. Enormemente bello con características particulares, incluso exclusivas, de naturaleza prácticamente pura. Paisajes singulares, accidentes geográficos únicos.  Y una población pequeña, apenas 300.000 habitantes, acorde con este escenario natural. Concentrada en la capital pero con algunos osados que desarrollan su existencia en el aislamiento de un entorno natural muchas veces hostil pero al que están muy bien adaptados.

Islandia suele aparecer raramente en las noticias. Su aislamiento geográfico y su pequeño peso demográfico determinan que normalmente solo es mencionada en los medios de comunicación cuando se produce algún fenómeno volcánico en su territorio. Quizá por eso no se haya prestado demasiada atención al extraordinario desarrollo de acontecimientos que se desencadenaron en este país como consecuencia de la crisis económica iniciada allá por 2008 y que todavía padecemos.

En septiembre de 2008 el Banco Glitnir, uno de los tres grandes bancos del país, fue nacionalizado debido a su delicada situación. Pocos días después ocurrió lo mismo con el Landsbanki y a las pocas semanas el mayor banco islandés, el Kaupthing se declaró en suspensión de pagos. En términos relativos al volumen de su economía, el colapso de las entidades financieras islandesas es el mayor que jamás se haya producido en la historia conocida de cualquier país. Adicionalmente la quiebra de los bancos islandeses tuvo repercusiones internacionales porque una cantidad considerable de ciudadanos y empresas del Reino Unido y los Países Bajos habían invertido en los bancos islandeses atraídos por los altos tipos de interés ofrecidos.

La crisis financiera tuvo muy graves consecuencias para la economía de Islandia. La moneda se devaluó más del 35% frente al Euro. Las transacciones en moneda extranjera se suspendieron durante semanas, la capitalización de la Bolsa se redujo en más del 90%, la inflación llegó al 14% y el producto interior bruto disminuyó en casi el 15%. Aunque quizá de forma mas aguda, estas consecuencias de la crisis no son muy distintas, al menos cualitativamente de lo ocurrido en otros países europeos.

Sin embargo lo singular de Islandia respecto al  resto de los otros países europeos ha sido la respuesta popular. Hemos vista en los casos de Italia, pero sobre todo de Grecia, como el poder político ha sido traspasado siguiendo métodos no democráticos. En Islandia, quizá favorecido por lo reducido de su población, los mecanismos usados para la transición política como consecuencia de la crisis económica, han sido un ejemplo de participación popular, empezando por manifestaciones, referéndums, elecciones y utilización de procedimientos judiciales para encausar y juzgar a los responsables de la crisis.

Hay mucha documentación sobre el caso islandés en Internet. Desde datos generales sobre el país hasta detalladas descripciones de su crisis financiera y económica y de la respuesta popular ente estos hechos. Adicionalmente, he encontrado  un vídeo en dos partes (parte 1, parte 2) en el que una profesora, de origen español, de Derecho Europeo en la Universidad de Islandia, explica el proceso en castellano. Creo que es una fuente cercana y fiable.


martes, 6 de septiembre de 2011

Se equivocan los profes


Una carta de Esperanza Aguirre, dirigida a los profesores de la enseñanza pública de la Comunidad de Madrid, ha sido objeto de múltiples comentarios en los últimos días. Muchos de ellos se han centrado en los errores ortográficos contenidos en la misma. Algunos de los profesores destinatarios de la misiva, se han dedicado, como si se tratara de corregir un ejercicio, a marcar en rojo los errores y a incluir sobre la carta los comentarios típicos de un profesor a su alumno para ayudarle a mejorar. Ciertamente resulta una situación un tanto jocosa.

Independientemente de que la Comunidad de Madrid ha indicado que la carta con errores no es la carta oficial, no creo que esté ahí el meollo de la cuestión. El que la Presidenta de la Comunidad de Madrid, o las personas que redactan las cartas que ella firma, comentan errores de ortografía no es lo importante. Lo realmente importante es la sustancia, el contenido de la carta. Y el contenido indica que se pide a los profesores mayor productividad. Se trata de incrementar el número de horas lectivas semanales de 18 a 20 con el fin de reducir el número de profesores interinos necesarios y, por lo tanto, reducir los costes de la enseñanza.

La respuesta no se ha hecho esperar. Esto es lógico. Cada uno defiende sus intereses. Pero me temo, que en las actuales circunstancias de austeridad y de recorte del gasto público, los argumentos de los profesores, o de los sindicatos que los representan, suenan a desactualizados. Los razonamientos de la intención de favorecer a la enseñanza privada sobre la pública nada tienen que ver con esta medida. Precisamente se podría argüir que de lo que se trata es de hacer mas eficiente la enseñanza pública para que sea mas competitiva con la privada en la que, sin entrar en mas detalles, el número de horas lectivas semanales es de 26.

Habrá movilizaciones, huelgas, actos de protesta. Creo que, desgraciadamente, sin muchas consecuencias. La administración autonómica tiene poco margen de maniobra. Las exigencias de reducción del déficit público hacen que sea muy difícil, si no imposible, no reducir el gasto, o la inversión, en todas las partidas. Al final habrá que buscar una salida honrosa para todas las partes pero la situación económica lo determina todo. Tocan vacas flacas y hay que apretarse el cinturón. Eso si, todos. La clave esta es que el esfuerzo sea bien repartido.

viernes, 6 de mayo de 2011

La crisis que no cesa

¿Alguien se acuerda cuando empezó la crisis económica? Porque parece eterna. Ya se sabe que, según el concepto de tiempo psicológico, el tiempo parece ir más despacio cuando las cosas van mal. Pero incluso teniendo esto en cuenta ¿no se esta haciendo el camino hacia la recuperación demasiado largo? Y, adicionalmente, aparte de pasarlo mal ¿se esta cambiando algo para que no se repitan los errores que nos llevaron a la nefasta situación en que nos encontramos? He estado buscando un buen rato por un cierto número de blogs distintas opiniones. El pesimismo es generalizado. Al menos en nuestro entorno más cercano no se ve todavía la luz al final del túnel.

Como subproducto de este ejercicio me he encontrado múltiples referencias a un artículo del admirado Arturo Pérez Reverte publicado en XL Semanal allá por noviembre de 1998. Si no se supiera este dato que sitúa el artículo en el tiempo, su contenido podría haber sido vigente en 2002 o en 2005 o en 2007  o, mucho me temo, continúa teniendo vigencia ahora mismo. Es fácil comprobar si exagero. Copio el texto literalmente a continuación. Luego, que cada cuál forme su opinión.


"Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del computador, su futuro y el de sus hijos. Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro.

Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo.

Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden.

No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro. Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia.

Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados.

Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja.

Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad. Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, ¡oh, prodigio!, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no. Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros.

Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda.. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros, y a veces con su puesto de trabajo, Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.

Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena. Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza." 

miércoles, 13 de octubre de 2010

Crisis ética

Las consecuencias de la crisis económica en la que estamos todavía inmersos son tan devastadoras que requieren el mayor análisis y reflexión sobre las causas que la han provocado. Son muchos los estudiosos de la economía y la sociología los que están publicando sus ideas y opiniones al respecto. Como es lógico, las hay para todos los gustos y de todos los colores.

Desde hace unos meses, Michel Camdessus, ex Director Gerente y Presidente del Directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional, recorre el mundo dando conferencias sobre su interpretación de la crisis. Acabo de leer un artículo suyo en el que detalla las ideas que apoyan su visión. Recojo en unas cuantas frases tomadas al pie de la letra lo que me parece es la síntesis de su línea argumental.

"Los principios de la economía sana se han equivocado en los últimos años. Esta crisis económica es, ante todo, un desastre ético". ”En los viejos tiempos, en el entorno rural, cuando en las aldeas tradicionales faltaban las referencias éticas, reguladoras e institucionales, quienes se apoderaban del pueblo eran los pícaros, los que robaban las gallinas. Es lo que ha ocurrido en la aldea global en la que los líderes se negaron a regular la nueva esfera financiera y, sin reglas ni conciencia ética, crecen las carencias".

"Sólo se puede explicar lo que ha ocurrido si los comportamientos están arraigados en un contexto cultural en el cual el culto al dinero provocaba ceguera colectiva, en un mundo en el cual todo se estaba haciendo mercancía. En las últimas décadas los países desarrollados han dejado instalarse una cultura del ganar más para consumir más. El hombre se había reducido a su función exclusivamente económica, el consumo se estaba haciendo destino y la codicia se hizo políticamente correcta y se apoderó de nuestra cultura colectiva"

“Es contrario a la ética otorgar prestamos arriesgados a personas cuya solvencia esta lejos de poder ser demostrada. Es contrario a la ética vender instrumentos representativos de créditos, sin hacer explícita su naturaleza, a los clientes sin informar a éstos de sus riesgos efectivos. Es contrario a la ética que las instituciones financieras no hagan sus propios análisis de riesgos y se fíen tan solo de las agencias de calificación. Es contrario a la ética que las agencias de calificación cuando se presentan ante los tribunales pretendan que su opinión sea de nivel prácticamente periodístico y que no se puede esperar de ellas mucha mas solidez en sus análisis”. 

“La crisis ha sido consecuencia de la reducción del ser humano a su función meramente económica y la transformación del consumo en su único destino. La codicia, de manera subrepticia, se hizo políticamente correcta y se apoderó de nuestra cultura colectiva. Todos nos sometimos a esta cultura a la que nuestros países se habían dejado arrastrar”.

“Es necesario reaccionar. No hay mayor fatalidad que el hecho de que nuestra sociedad continúe siendo consumista, materialista y avariciosa y que solo ofrezcamos a nuestros hijos como destino el consumo. Tenemos que reconstruir un sistema mas digno basado no solo en la responsabilidad, sino también en la globalidad, la solidaridad y la ciudadanía universal".