viernes, 2 de junio de 2017

La visualización de los migrantes


Raro es el día en el que no leemos, escuchamos o vemos noticias relacionadas con el rescate de migrantes en nuestro entorno más próximo o en el mar Mediterráneo que también deberíamos considerar inmediato pues en ocasiones lo denominamos “mare nostrum”. Nuestra actitud sobre estas noticias fluctúa entre la compasión hacia las personas involucradas y la preocupación por los problemas que nos pueden causar su llegada a nuestros países europeos. A juzgar por los mensajes lanzados por algunos líderes políticos, sobre todo en época electoral, y por los resultados de algunas consultas populares, parece que la preocupación supera a la compasión en el ánimo de los votantes.

La focalización del problema de la migración en nuestro entorno más cercano responde a esa preocupación sobre sus consecuencias en la estabilidad de la organización social que conocemos. Y por ello tendemos a pensar que los problemas asociados a las migraciones afectan en exceso a los países más desarrollados. Sin embargo, los datos de ACNUR demuestran que los países en vías de desarrollo dan asilo a casi el 90% de los refugiados. Una visión más global del problema debería ayudarnos a comprenderlo mejor y darnos una idea fiel del papel relativo que juegan los países occidentales en su resolución.

En la Universidad Carnegie Mellon llevan trabajando cuatro años en un Proyecto denominado “Explorables”  cuyo objetivo es proporcionar una plataforma que ayude a entender el significado de las vastas cantidades de datos de los que disponemos. Para ello desarrollan animaciones en distintos niveles sobre mapas. Uno de estos trabajos se ha centrado en visualizar las migraciones a nivel mundial durante este último siglo de nuestra historia.

Así podemos observar cómo en 2001, decenas de miles de refugiados huyeron del conflicto en Afganistán y de la guerra civil en Sudán. En 2003, el genocidio de Darfur provocó la huida de miles de personas de Sudán. En 2006, la guerra hizo que muchos ciudadanos libaneses pasaran a Siria; al igual que desde Sri Lanka a la India. En 2007,  el conflicto en Colombia generaba refugiados hacia países cercanos como Venezuela y la represión del gobierno de Birmania provocaba huidas masivas hacia Tailandia. En 2008, una oleada de refugiados tibetanos huyó a la India, mientras que los refugiados afganos, iraquíes y somalíes continuaron abandonando sus países de origen en gran número. En 2009, Alemania acogió un gran número de refugiados de Irak y otros países cercanos. En 2010, otra oleada de refugiados abandonó Birmania. En 2012, la guerra civil de Siria empujó a un gran número de refugiados hacia países próximos como Jordania. Los refugiados ucranianos comenzaron a huir de los disturbios en 2013, y en mayor número para 2014. En 2015, el mayor número de refugiados venía de Siria, aunque el movimiento de masas de países africanos como Sudán del Sur también continuó.

Poner los datos, la evidencia de los hechos, delante de nuestros ojos debería ayudarnos a entender mejor este problema que afecta a la humanidad y por tanto darnos  las bases para un mejor análisis a la hora de formarnos una opinión sobre el mismo. El siguiente paso sería fijar nuestra posición y adoptar las acciones personales para influir en las decisiones de nuestra sociedad sobre nuestra contribución a la solución del problema.

jueves, 1 de junio de 2017

Jupiter y Juno


Con la excepción del Sol, Júpiter es el objeto más dominante en el sistema solar. Tanto su tamaño como el hecho de haber sido el primero de los planetas gigantes gaseosos que se formó, han influido profundamente en la aparición y evolución de todos los demás objetos del sistema solar. Por ejemplo, Júpiter es la razón de que haya un cinturón de asteroides, y no otro planeta, entre él y Marte. Júpiter también ha catapultado innumerables cometas hasta el borde del sistema solar salvaguardando a la Tierra de muchos impactos.

Los planetas son los restos del proceso de formación estelar, y Júpiter representa la mayor parte de ese material (más del doble del de todos los otros planetas juntos). Su atmósfera, predominantemente hidrógeno y helio, es similar a la composición del sol y otras estrellas, así como las nubes de gas y polvo en nuestra galaxia. Para hacernos una idea de lo dominante que es Júpiter supongamos que fuéramos capaces de observar el sistema solar desde las proximidades de una estrella cercana. Veríamos fundamentalmente una estrella amarilla media, Júpiter y otros tres planetas grandes. La Tierra y los planetas menores interiores apenas llamarían nuestra atención.

Por todas estas razones es evidente que no podemos entender el origen del sistema solar, y de la Tierra, sin entender cómo se formó Júpiter. A pesar de las innumerables observaciones y mediciones realizadas desde la época de Galileo, todavía hay mucho que no sabemos sobre Júpiter: ¿Cuál es su composición exacta? ¿Qué hay debajo de las hermosas nubes que vemos en los telescopios? ¿Cómo se genera su campo magnético?

En la mitología romana, Júpiter se disfrazaba envuelto de nubes con el propósito de ocultar sus aventuras. Sin embargo su esposa Juno se las ingeniaba para penetrar las nubes y descubrir las andanzas de su pareja. Basándose en esta historia mitológica la NASA decidió dar el nombre de Juno a una sonda espacial para desvelar los secretos de Júpiter. El objetivo último de la misión  es comprender cuándo, cómo y dónde se formó Júpiter en el origen del sistema solar y cuál ha sido su evolución posterior. Hay varias teorías al respecto que asumen diferencias sobre el contenido y la masa del núcleo de Júpiter, La obtención de los datos reales nos permitirá eliminar las ideas equivocadas. La determinación de la cantidad de agua, y por lo tanto del oxígeno, en el gigante gaseoso es crucial no sólo para entender cómo se formó el planeta, sino también la manera en la que los elementos pesados fueron transferidos a través del sistema solar. Estos elementos pesados son esenciales para la existencia de planetas rocosos como la Tierra y para la aparición de la vida. 

Específicamente, según la NASA, la sonda Juno: 
Determinará la cantidad de agua en la atmósfera de Júpiter
Profundizará en la atmosfera de Júpiter para medir su composición, temperatura, movimientos de las nubes y otras propiedades.
Realizará un mapa de los campos magnético y gravitacional de Júpiter para revelar la estructura profunda del planeta. 
Explorará y estudiará la magnetosfera  de Júpiter en las proximidades de sus polos, especialmente las auroras, para proporcionar nuevos datos sobre la forma en que los enormes campos de fuerza magnética afectan a su atmosfera. 
En este documental se encuentran muchos detalles sobre el origen y desarrollo de la misión Juno.

Juno fue cuidadosamente diseñada para enfrentarse a las difíciles condiciones de su viaje hasta Júpiter: poca disponibilidad de energía solar, temperaturas extremas y radiación letal. La nave espacial está cubierta de mantas térmicas para ser aislada del ambiente del espacio. Todos los componentes electrónicos más sensibles se colocan dentro de una bóveda blindada para protegerlos de la radiación.

Juno fue lanzada el 5 de agosto de 2011 y, tras una complicada trayectoria, en la que volvió a encontrarse con la Tierra para aprovechar su tirón gravitacional, llegó a las proximidades de Júpiter el 4 de julio de 2016, situándose en una órbita polar elíptica muy alargada que le permite acercarse a 4.200 kilómetros de las nubes más altas de la atmósfera cada 53 días.
Los primeros datos proporcionados por la misión Juno nos presentan a Júpiter como un mundo gigantesco, complejo y turbulento, con enormes ciclones polares y sistemas de tormentas que penetran en el corazón del gigante gaseoso. Las peculiaridades de su campo magnético parecen indicar su generación mucho más cerca de la superficie del planeta de lo que se pensaba anteriormente. Los hallazgos que se han obtenido tras las primeras órbitas de recolección de datos han sido publicados en dos artículos de la revista Science titulados “El interior y la atmosfera profunda de Júpiter” y  “La magnetosfera y las auroras de Júpiter observadas por la nave Juno durante sus primeras órbitas polares” 

Las evidencias encontradas contrastan con algunas de las suposiciones anteriores de los científicos. Las imágenes recogidas por las cámaras de Juno, en lugar de encontrar un gran ciclón dominando la atmósfera en cada polo como ocurre en Saturno, muestran un sinfín de pequeños ciclones arremolinándose en las regiones polares. Otra sorpresa proviene del radiómetro de microondas (MWR), que detecta la radiación de microondas de la atmósfera de Júpiter, desde la parte superior de las nubes de amoniaco hasta el fondo de su atmósfera. Los datos sugieren que el amoniaco es bastante variable y continúa aumentando hasta el límite del alcance de los instrumentos del MWR.

Antes de la misión Juno, se sabía que Júpiter tenía el campo magnético más intenso en el sistema solar. Las mediciones de la magnetosfera del planeta masivo, de la investigación del magnetómetro de Juno (MAG), indican que el campo magnético de Júpiter es incluso más fuerte que los modelos esperados, y la forma más irregular. Los datos del MAG indican que el campo magnético es aproximadamente 10 veces más fuerte que el mayor campo magnético encontrado en la tierra. Juno también está diseñado para estudiar la magnetosfera polar y el origen de las poderosas auroras de Júpiter. Las observaciones iniciales de Juno indican que el proceso parece funcionar de manera diferente en Júpiter que en la Tierra.

Y esto es solo el principio. Juno seguirá orbitando Júpiter hasta febrero de 2018. Durante todo ese tiempo sus instrumentos continuarán obteniendo datos sobre las características del mayor planeta del Sistema Solar. Su análisis proporcionará respuestas a las muchas preguntas que motivaron la realización de este proyecto. Además, al ser Júpiter el mejor ejemplo de un planeta gigante gaseoso a nuestro alcance, su conocimiento nos ayudará a entender los cientos de planetas gigantes que se han descubierto alrededor de otras estrellas.

Para hacernos una idea de la grandiosidad y belleza de los descubrimientos de Juno nada mejor que contemplar este vídeo. Es obra de Gerald Eichstaedt, un matemático alemán que dedico 60 horas a generar los 2700 fotogramas que componen el vídeo a partir de las imágenes enviadas por Juno reconstruyendo asi su vuelo, desde la perspectiva de la nave, sobre Jupiter a una velocidad 125 veces mayor que la real. Se aprecian algunas de las características más impresionantes del planeta, incluyendo sus ciclones caóticos de hasta 1.400 km de diámetro. Después de subir este timelapse a un foro de temas espaciales, el animador Seán Doran, mejoró la realización y las transiciones y añadió la música de la banda sonora 2001: Una odisea del espacio.