miércoles, 30 de octubre de 2019

Eamonn Doyle

i (serie) no. 36, 2013 © Eamonn Doyle, cortesía de Michael Hoppen Gallery, Londres

En los últimos seis años, Eamonn Doyle ha irrumpido en el mundo de la fotografía con un conjunto de obras internacionalmente aclamado, conocido como la «trilogía de Dublín» —i, ON y End.—, al que ha seguido K, una serie que fotografió en el oeste de Irlanda y en España.

Nacido en Dublín en 1969, Eamonn estudió pintura y posteriormente fotografía en la universidad (1987-1991), y a continuación se dedicó a viajar por todo el planeta con la idea de convertirse en un «fotógrafo del mundo». No tardó en regresar a Irlanda y en 1994 dejó la cámara y lanzó el sello D1 Recordings. Eamonn pasó los siguientes veinte años inmerso en el mundo de la música, publicando discos, haciendo colaboraciones, grabando, dirigiendo festivales y viajando por todo el mundo. Hacia 2011, Eamonn empezó de nuevo a hacer fotografías en las calles de su barrio. Su permanente pasión por la música, por la literatura, en particular por Samuel Beckett, y por el flujo contemporáneo de movimientos culturales y cambios en las políticas sociales, parece confluir y manifestarse en las calles de Dublín a través de sus fotografías.

La Fundación Mapfre, que ha apoyado la realización de las fotografías españolas de la serie K, presenta en sus salas de Barbara de Braganza en Madrid la mayor exposición de la obra de Doyle realizada hasta la fecha. En ella explora el trabajo más reciente del fotógrafo irlandés a través de  una selección de cada una de las series fotográficas de Eamonn, que, vistas como un todo, revelan sus dinámicas y sus inquietudes interconectadas, desde el mundo flotante de Dublín hasta el mundo espectral de K. La exposición incluye también la vídeo obra Made In Dublin y algunas de sus copias tempranas hechas en el cuarto oscuro, así como obras más recientes fruto de su colaboración con otros artistas. La exposición, compuesta por 153 fotografías, 5 foto libros y una video-instalación de 9 pantallas, se articula en seis secciones temáticas.

i

i (serie) no. 1, 2013 © Eamonn Doyle,
cortesía de Michael Hoppen Gallery, Londres


Al vivir en el centro de la capital irlandesa, Doyle fotografía sus alrededores desde ángulos inesperados, revelando una visión original de la ciudad y sus habitantes. Sus series i, ON y End., con su uso estratégico del recorte y el encuadre, transmiten el ritmo único del Dublín de Doyle con sus momentos de quietud y de energía frenética, de soledad y de comunidad.

Las figuras solitarias y silenciosas de i realizan tareas cotidianas desconocidas a lo largo de O’Connell Street en Dublín. Aisladas casi por completo en medio del paisaje geométrico de las calles, parecen ajenas al mundo que las rodea. Las fotografías se fijan en detalles de la tela y la textura, en el porte de cada individuo y en su modo de habitar la calle. El Dublín de i parece repentinamente detenido por su pasado, como si esperara instrucciones para su próximo movimiento.




ON
ON (serie) no. 1, 2014 © Eamonn Doyle, cortesía de Michael Hoppen Gallery, Londres
Los gigantes avanzan a grandes pasos por el Dublín en blanco y negro de ON. Los rostros, los cuerpos, los edificios y los cielos se ciernen imponentes sobre la cámara en contrapicado. La piel y la ciudad parecen haber sido esculpidas en el mismo hormigón denso y granuloso que pulula alrededor de la superficie de las copias. La dura luz de Dublín sopla desde el futuro y todos se preparan contra ella, revelando volúmenes de diálogos internos imaginarios.

END
End. (serie)  Parnell Street, 2016 © Eamonn Doyle, cortesía de Michael Hoppen Gallery, Londres
La ciudad de End. está atrapada en un inquietante bucle de pasado, presente y futuro. Con movimientos simultáneamente gráciles y torpes, las figuras y los objetos tropiezan, se detienen, se repiten y se deslizan; los gestos son reproducidos por extraños anónimos; redes y superficies inestables cambian y se despliegan; el tejido y los detritos de la ciudad replican los de sus habitantes; las cosas parecen haberse materializado de la nada en el lugar equivocado. Las calles parecen empujadas y arrastradas por fuerzas invisibles que hacen que esta ciudad y sus ciudadanos se muevan en una danza colectiva inconsciente.

VISITA DE ESTADO
State Visit Series © Eamonn Doyle, cortesía de Michael Hoppen Gallery, Londres
Presentada aquí como una selección de imágenes de la serie completa, Visita de Estado documenta cientos de tapas de alcantarilla fotografiadas durante los días previos a la visita de Estado a Irlanda de la Reina Isabel II en 2011, todas ellas encontradas a lo largo de las mismas calles del centro de la ciudad que aparecen en la posterior trilogía de Dublín de Doyle. Las tapas están marcadas con pintura amarilla o blanca para indicar que han sido revisadas por las fuerzas de seguridad, y para revelar cualquier otra manipulación. Las marcas incluyen garabatos, estrellas y líneas paralelas, así como siluetas de llaves inglesas y otras herramientas, comparables a las plantillas de manos utilizadas como firma en las pinturas rupestres prehistóricas. Mediante estas anotaciones cartográficas del mundo real, pudo rastrear a cada uno de los agentes de seguridad en sus desplazamientos por el centro de la ciudad, identificados por su estilo único de hacer marcas.

MADE IN DUBLIN


Made In Dublin, 2019. Fotogramas vídeo-miriorama animado nueve monitores
© Eamonn Doyle, Niall Sweeney, David Donohoe, Kevin Barry
Concebida como una especie de vídeo-miriorama animado que evoluciona en espiral, Made in Dublín es una obra en nueve pantallas que cambian constantemente sobre una ciudad en movimiento, construida cinematográficamente como una serie de secuencias que se despliegan en paralelo mediante el movimiento de personas atrapadas en el tiempo y el espacio. Y ese espacio es Dublín.
Con narrativas cambiantes construidas en torno a la colaboración de Eamonn Doyle y Niall Sweeney, con una composición cuadrafónica de David Donohoe que incluye la voz de Kevin Barry, Made In Dublin es una coreografía de la propia ciudad; su tejido, su cuerpo, su población y su psique; sus fuerzas combinadas moldean y desgastan continuamente la autonomía del otro. Fragmentaria, laberíntica, firme contra la luz, Made In Dublin revela una ciudad cuyo hormigón es tan plástico como el movimiento de sus habitantes.

K
K-28 (serie irlandesa) y K–04 (serie española), 2018
© Eamonn Doyle, cortesía de Michael Hoppen Gallery, Londres
La obra más reciente de Doyle, K, es su trabajo más misterioso y personal. Las fotografías en color de gran formato muestran una serie de figuras espectrales que cambian constantemente de forma y están situadas frente a los dramáticos fondos de la costa oeste de Irlanda y de Extremadura en el oeste de España. Estas obras, y su instalación, aluden a la tradición irlandesa del keening, un lamento vocal por los muertos, y nacen en parte como resultado de la pérdida prematura del hermano y la madre del artista.
Con K, Eamonn se traslada al extremo occidental de Irlanda, y de ahí a través de las olas hasta Extremadura en el oeste de España. Seguimos a una figura espectral envuelta en un manto a través de paisajes de otro mundo. Azotada por la gravedad, el viento y la luz, esa figura brota de la roca y de las aguas saladas; se convierte en líquido, polvo y gases; y entonces, de pie al borde del agua, el peso de ser terrenal se vuelve evidente. Entretejidos en esta meditación sobre el dolor y las fuerzas que nos atan están los fantasmas de los irlandeses atlantes, de las antiguas conexiones entre el pueblo marinero de Connemara y los de la península ibérica y el norte de África. A partir de una grabación de 1951 de un keen irlandés, una forma tradicional de canción de lamento para los muertos, el músico David Donohoe compuso una pieza que acompaña a toda esta obra.


Cuatro Claves

Fotografía de calle: Doyle fotografía la capital irlandesa desde ángulos inesperados, revelando una visión original de la ciudad y sus habitantes. Sus series i, ON, y End., conocidas también como la trilogía de Dublín, con su uso estratégico del recorte y el encuadre, transmiten momentos de quietud y de energía frenética, de soledad y de comunidad. Con esas fotos Doyle contribuye al género clásico de fotografía de calle.

El mundo flotante de Dublín: en la trilogía de Eamonn (i, ON, End.) nos movemos por una especie de mundo flotante de Dublín. Vemos a los habitantes de la ciudad maniobrando a través de una serie de obstáculos en inéditas representaciones solistas de una coreografía colectiva inconsciente; vemos a la ciudad aplanándose frente a ellos, pero también convirtiéndose en ellos, o levantándose a su alrededor como escenarios de perspectiva falsa.

Música: la música está ligada al tejido de la obra fotográfica de Eamonn, de manera bastante literal como una cuarta dimensión de la misma, que se refleja en las actuales colaboraciones con el músico David Donohoe, cuyas composiciones se han convertido en parte integral de su obra y de su difusión. Música compuesta por Donohoe complementa la vídeo obra Made In Dublin y las fotos de la serie K.

El viento: en las imágenes de Eamonn, sobre todo en la serie K, el viento es el agente que activa la figura. Al instigar el movimiento y el gesto en la ropa, el aire de alguna manera revela y oculta al mismo tiempo a la persona que la lleva. El viento aporta a la figura una variación animada de pliegues, ondulaciones, curvas y plisados, y por tanto actúa como un dador auxiliar de forma, muy a menudo en conflicto con el empuje primario de la posición o la postura. Es quizás esta conciencia subyacente de dos agentes enfrentados lo que tanto inquieta.



martes, 15 de octubre de 2019

COLECCIÓN MASAVEU: Pintura Española del Siglo XIX. De Goya al Modernismo

La Colección Masaveu, formada por el interés coleccionista de varias generaciones de esta destacada familia de empresarios, es una de las más importantes de España por su calidad y número. En la actualidad continúa creciendo gracias a la actividad desarrollada en los últimos años por la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, fundada en 2006 y dedicada a la promoción del arte, la cultura, la formación y la investigación. Con la apertura de su sede en Madrid, un edificio reformado al efecto, presenta una selección de 117 obras de uno de los núcleos más interesantes de sus amplias y variadas colecciones: el de la pintura española del siglo XIX.

Francisco de Goya. Banderilleros (Suerte de banderillas) 1793.
Colección Masaveu
El recorrido, que arranca con Francisco de Goya y se extiende hasta el modernismo y el postmodernismo catalán, permite advertir la riqueza y variedad de las pinturas reunidas y conocer la evolución que tuvo lugar en el arte en aquel periodo. Los nombres de los pintores españoles más destacados están aquí presentes. La muestra se inicia con dos significativas obras de Francisco de Goya y Agustín Esteve, un retrato neoclásico de Zacarías González Velázquez y cuatro pinturas de Vicente López que evidencian su evolución desde las referencias al barroco tardío de su formación hasta las obras con tintes románticos de su última fase. Este periodo, el Romanticismo, está muy bien representado en sus focos principales: Sevilla y Madrid. En el primero, los retratos de Antonio María Esquivel y de su hijo Carlos María y las cuatro vistas de Manuel Barrón ponen de manifiesto la calidad que alcanzaron ambos géneros entre los artistas sevillanos. Los pintores madrileños también destacaron en el retrato, como se muestra aquí en las tres obras de juventud y de la primera madurez de su máximo exponente, Federico de Madrazo. Junto a él, la vena goyesca, vinculada a los cartones para tapices y a las escenas de  guerra y de violencia del pintor aragonés, aparece excelentemente plasmada en las obras  de Eugenio Lucas Velázquez. Las pinturas de género de Dionisio Fierros y Eduardo Rosales (con la recuperación de una relevante obra de este que se hallaba en paradero desconocido) revelan el interés que existió por las escenas de costumbres en el tránsito del Romanticismo al realismo.

Mariano Fortuny. Gitano apoyado en su burro, 1872. Colección Masaveu
El siguiente bloque de la exposición concentra las numerosas corrientes que surgieron en  el último tercio del siglo. En él tuvieron cabida tanto el género histórico (en el que destacaron Ignacio León y Escosura y Francisco Domingo) como el paisaje, verdadero cauce de renovación tanto en su vertiente realista (con Carlos de Haes, Agustín Riancho, Martín Rico, Mariano Fortuny y Luis Álvarez Catalá) como en la naturalista (con Aureliano de Beruete, Eliseo Meifrén, José Moreno Carbonero y Cecilio Pla entre otros). También las costumbres atrajeron la atención de los pintores, influidos algunos como Luis Menéndez Pidal por la tradición realista española del Siglo de Oro; otros, como los hermanos José y Luis Jiménez Aranda, por la pintura naturalista  de Jules Bastien-Lepage; y algunos más, como José Villegas, Dionisio Baixeras y Fernando Álvarez de Sotomayor, centrados en la representación desenfadada y brillante de motivos relacionados con el ocio burgués.

Joaquín Sorolla. La familia de don Rafael Errázuriz Urmeneta, 1905. Colección Masaveu
El corazón de la colección y siguiente bloque de la muestra lo conforman algunas de las numerosas obras de Joaquín Sorolla que alberga la Colección Masaveu. Precisamente esa diversidad ha permitido que se haya podido seleccionar un nutrido grupo de obras de primer orden que muestran casi todos los ámbitos de creación del pintor valenciano.

Hermen Anglada-Camarasa. La madrileña, 1913.
Colección Masaveu
Pero también está muy bien representada la renovación que siguió, como reacción, al triunfo de Sorolla a través de las obras de Darío de Regoyos (entre las que se encuentra la última pintada por el artista), Francisco Iturrino, Ignacio Zuloaga, Julio Romero de Torres, Evaristo Valle, Valentín de Zubiaurre y Juan de Echevarría. Esa vertiente renovadora, que destacó especialmente en el ámbito catalán, tiene un notable protagonismo dentro de la exposición. Así, el modernismo está encarnado en las figuras de Santiago Rusiñol, con cuatro pinturas representativas de toda su trayectoria, Ramón Casas, con tres, y Hermen Anglada-Camarasa, con diez, lo que le convierte en el segundo artista con mayor número de obras en la colección, las últimas ya de los años veinte y treinta. La exposición concluye con varias destacadas obras del postmodernismo catalán: cuatro escenas de gitanas fechadas entre 1901 y 1909 de Isidro Nonell y sendos paisajes de Joaquín Mir y Joaquín Sunyer.

La Fundación María Cristina Masaveu muestra a través de estas pinturas de la Colección Masaveu su voluntad por difundir el arte español del siglo XIX. Recuperadas en muchos casos de colecciones extranjeras, restauradas, enmarcadas y expuestas ahora con el mayor cuidado, sirven al propósito de dar  a conocer el gran patrimonio de nuestro país a través de la expresión artística en la que más destacó, la pintura, en el periodo fundador de la modernidad.

Ramón Casas Carbó. Catalineta, 1898. Colección Masaveu


miércoles, 2 de octubre de 2019

Recuperando la fachada exterior del Pórtico de la Gloria

Recuperando la fachada exterior del Pórtico de la Gloria:
investigación, conservación, hallazgos e interrogantes

Conferencia de Ramón Yzquierdo Peiró (Director del Museo Catedral de Santiago)
presentado por John R. Rosenberg (Cátedra “Washington Irving" de la Brigham Young University)
Miércoles, 2 de octubre 2019.
Museo Arqueológico Nacional
Sala de conferencias, 19:00

Aproximadamente entre los años 1168 y 1211, el Maestro Mateo dirigió un ambicioso proyecto que resultó fundamental para la catedral de Santiago de Compostela, en su condición de santuario apostólico, meta de un camino de peregrinación, sede episcopal y catedral nacional de la monarquía galaico – leonesa.

Mateo y su taller afrontaron la construcción del cerramiento occidental del templo con el Pórtico de la Gloria, estructurado en tres niveles en altura y concebido como un gran espacio escenográfico y ceremonial, en piedra policromada, para el desarrollo de un programa iconográfico de contenido apocalíptico y salvífico. Parte del conjunto era la fachada que abría el Pórtico al exterior; modificada en varias ocasiones, hasta su definitiva sustitución por la del Obradoiro, es la gran desconocida del proyecto mateano. Un programa cultural, en marcha, ha permitido la recuperación de varias de sus piezas, nuevos hallazgos y dar respuesta a algunos de sus interrogantes.

video de la Exposición "Maestro Mateo" en el Museo del Prado

RAMÓN YZQUIERDO PEIRÓ presenta la ponencia ‘LA CATEDRAL DEL MAESTRO MATEO’