martes, 24 de diciembre de 2013

Tierra creciente


Retrocedamos en el tiempo 45 años. Por aquel entonces yo estudiaba Bachillerato. Todavía no me había dado por la ciencia ficción pero ya era muy aficionado a los viajes espaciales que seguía con entusiasmo  a través de la revista “algo”.  Estábamos en pleno desarrollo del programa Apolo que intentaba alcanzar el objetivo marcado por el Presidente Kennedy,  We choose to go to the Moon, en su famoso discurso de septiembre de 1962. 

El 21 de diciembre de 1968 se lanzó al espacio el Apolo 8. Su tripulación estaba formada por  Frank Borman, James Lovell y William Anders. Fue el primer lanzamiento con tripulantes realizado por un cohete Saturno V,  aunque esta primicia fue solo una de las muchas que consiguió esta misión. Por primera vez una nave espacial tripulada alcanzó la velocidad necesaria para escapar de la atracción gravitatoria de nuestro planeta. Asimismo fue la primera vez que unos seres humanos llegaron a las proximidades de otro cuerpo celeste, la Luna que orbitaron diez veces, y regresaron a la Tierra. También fueron los primeros en ver directamente la cara oculta  de la Luna y en ver nuestro planeta desde la órbita de otro cuerpo celeste. 

El ultimo hecho mencionado ocurrió exactamente tal día como hoy, 24 de diciembre, hace 45 años.  Y fue compartido con toda la humanidad a través de  un programa de televisión en el que los astronautas a bordo del módulo de mando del Apolo 8 leyeron los primeros versículos del Génesis. La puesta en escena fue perfectamente sincronizada para que coincidiera con la imagen, nunca antes vista, de la Tierra apareciendo, como consecuencia del movimiento orbital, sobre la superficie de la Luna y  flotando en la inmensidad del espacio,  mostrando la belleza azul de nuestro planeta en contraste con la desolada superficie lunar que aparecía en primer término. 

La fotografía que encabeza este texto fue tomada por William Anders  en una de las órbitas anteriores. Resulta interesante conocer los detalles técnicos y la improvisación con que la foto fue tomada. Sin ninguna duda fue determinante para el nacimiento de la conciencia medioambiental que se ha desarrollado desde entonces. Podemos decir sin temor a equivocarnos que, aunque los astronautas no fueran conscientes de ello en aquel momento, le entregaron a la humanidad un sustancial regalo de Navidad: una fotografía única de nuestro planeta conocida desde entonces como Earthrise.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Magnum First. La primera exposición de Magnum


La Fundación Canal, en colaboración con Magnum Photos, presenta en Madrid un reciente hallazgo del que hasta hace poco no se tenía noticia: la primera exposición colectiva que, en 1955, Magnum organizó como agencia, encontrada en sus embalajes originales en los almacenes del Institut Français de Innsbrück. La exposición, que originariamente se llamó “Gesicht der Zeit” (El rostro del tiempo), muestra 83 obras de los maestros del fotoperiodismo Robert Capa, Henri Cartier-Bresson, Werner Bischof, Ernst Haas, Erich Lessing, Jean Marquis, Inge Morath y Marc Riboud.

Inválido junto al río Danubio, Budapest, Hungría, 1954 © Jean Marquis / Magnum Photos

La exposición, durante décadas perdida y olvidada, expresa claramente lo revolucionario de los preceptos de Magnum: el ojo fotográfico, lo especial del instante y la proximidad al objeto. Cada foto, cada reportaje, pueden expresar estos requerimientos por sí solos, pero la libre y variada selección de los reportajes no fue casual y los fotógrafos, a través de la combinación de todos ellos, no hicieron sino reforzar este planteamiento. Planteamiento al que hoy estamos ya acostumbrados pero que sin duda supuso el hecho diferencial que convirtió a Magnum en un mito. Las fotografías muestran intencionadamente reportajes gráficos muy distintos que van desde momentos históricos hasta una superproducción cinematográfica hollywoodense, sin dejar de lado los retratos costumbristas y las escenas de la vida cotidiana. Todo cabe en la nueva mirada de Magnum Photos.

De camino a Cuzco, 1954. © Werner Bischof / Magnum Photos
Las cajas que contenían esta mítica exposición fueron encontradas en 2006 con la siguiente nota: “Magnum Photos es una agencia de fotos y de prensa gestionada por sus propios fotógrafos. La agencia tiene oficina en París y en Nueva York. Magnum Photos trabaja con las mejores revistas ilustradas de Europa y Estados Unidos, pero no cuenta con revista propia ni supervisa los contratos con los editores en Francia y en el extranjero”. Gracias a estos datos sobre las cajas y a la concienzuda investigación llevada a cabo por el experto en fotografía Christoph Schaden, se descubrió que la exposición se presentó en junio / julio de 1955 en el Instituto Francés de Innsbruck, y más tarde, en septiembre de 1955, se expuso en la Galería Würthle de Viena. A continuación, se mostró del 1 al 16 de octubre de 1955 en el Palacio Thurn und Taxis, en la Universidad Joanneum (Austria) del 21 de enero al 5 de febrero de 1956, y finalmente en la Neue Galerie de Linz… y hoy, casi 60 años más tarde, podemos verla por primera vez en Madrid tras su paso por Viena (ver referencia aquí y aquí) y Hamburgo en 2008, Munich en 2009, y Fellbach en 2010.

A pesar de la diversidad de temas y enfoques, la exposición, a través de nueve secciones, refleja la gran afinidad que existe entre los fotógrafos, que sin recurrir a procesos automáticos o digitales, ponen de manifiesto la idea que se ocultaba detrás de la agencia Magnum Photos.

1. INTRODUCCIÓN: Gesich der Zeit.
En la exposición de 1955 los fotógrafos, a modo de prólogo, seleccionaron una fotografía de cada una de sus series para presentar la exposición. Curiosamente en él no estaban representados ni Robert Capa ni Jean Marquis, mientras que Erich Lessing lo estaba con dos fotos. Para dar a las series sensación de diversidad, en la exposición cada serie se montó sobre fondos de diferentes colores elegidos por los artistas, pero en esta
introducción todas están montadas sobre el mismo color.

2. MAYFAIR. Inge Morath (Graz, 1923 – Nueva York, 2002)
Inge Morath, la única mujer en la exposición Gesicht der Zeit (El rostro del tiempo), y en Magnum en ese momento, participó con una serie de diez fotografías tomadas en los distritos del Soho y Mayfair, zonas de Londres en el que el conservadurismo inglés se hacía más claramente presente. De ella se decía que tenía la virtud de fotografiar siempre lo que veía, pero con un ojo en el objeto del retrato y el otro en el alma del retratado.

Eveleigh Nash en el Buckingham Palace Mall, Londres, Gran Bretaña, 1953 © Inge Morath  / Magnum Photos

Retratos de elegantes caballeros de traje y sombrero, damas de vestido y tacones, 
ataviadas con abrigos y estolas de piel, lujosos escaparates, un concierto callejero en el mercado, los típicos coches de los años 50 y las calles de los tradicionales barrios londinenses. Las fotografías fueron realizadas para un reportaje publicado en 1953 en la revista Holiday. El retrato de Lady Eveleigh Nash en Buckingham Palace Mall acabaría siendo la obra más reproducida de Morath. 

Morath y Magnum Photos
Tras estudiar lenguas en Berlín (hablaba nueve idiomas), Morath trabajó primero como traductora y más tarde de periodista de radio en Viena, adonde se trasladó en 1946. Más tarde fue corresponsal en Austria de Heute, una publicación con base en Múnich perteneciente al servicio de información militar estadounidense. Durante toda su vida fue una apasionada escritora de cartas y llevó un diario, dando pruebas de un talento que se repartía a partes iguales entre las letras y las imágenes y que la diferencia del resto de sus colegas. Con 25 años conoció a Ernst Haas, para el que escribió artículos de acompañamiento a sus fotografías. Robert Capa y Haas la invitaron a viajar a París para trabajar para la recién fundada agencia Magnum como editora. Comenzó a tomar sus propias imágenes en 1951 en Londres, que enviaba bajo seudónimo a diversas revistas, y ayudó a Henri Cartier-Bresson como investigadora entre 1953 y 1954. En 1955, tras trabajar dos años como fotógrafa, se convirtió en miembro de Magnum. En los años siguientes Morath viajó intensamente por Europa, África del Norte y Oriente Medio.
Su particular interés por las artes encontró una vía de expresión en los ensayos que escribió para una serie de revistas de prestigio. Tras su matrimonio en 1962 con el dramaturgo Arthur Miller, Morath se estableció en Nueva York y Connecticut. Visitó por primera vez la URSS en 1965. En 1972 estudió mandarín y en 1978 obtuvo una visa para viajar a China, país que visitó en numerosas ocasiones. Morath se encontraba bien en
todas partes. Algunos de sus trabajos más importantes consisten en retratos, tanto de personas anónimas como de personajes famosos. Mostró también gran habilidad para fotografiar lugares: sus imágenes del hogar de Boris Pasternak, de la biblioteca de Pushkin, de la casa de Chekhov, del dormitorio de Mao Zedong, de estudios de artistas o de monumentos funerarios están impregnados del espíritu aún vivo de la persona ausente. Inge Morath murió en Nueva York el 30 de enero de 2002 mientras trabajaba en un documental que estaba filmándose para celebrar su cercano ochenta cumpleaños.

3. PAÍS VASCO. Robert Capa (Budapest, 1913 – Indochina, 1954)
Es la serie más corta de todas, con sólo tres fotos, pero es sumamente interesante ya que se trata de la vuelta de Capa al País Vasco (en este caso el País Vasco-Francés) catorce años después de realizar su famoso reportaje sobre el bombardeo de Bilbao en 1937, y aporta un fuerte contraste con los reportajes de guerra que habitualmente realizaba por encargo. Las imágenes fueron captadas en 1951 en Biarritz, y muestran una danza folclórica en un festival: una niña sonriendo con los brazos abiertos, bailarines danzando alegremente al compás del folklore y un cocinero vasco haciendo equilibrios con una gran bandeja llena de comida. Las imágenes las montó, elocuentemente, sobre fondo verde.

Fiesta popular. País vasco. Francia, 1951 © Robert Capa / Magnum Photos

El artista seleccionó estas fotografías simbólicas con el objetivo de aludir a la paz en una región aún herida por la Guerra Civil. Capa toma las fotografías desde una posición muy baja, probablemente con una rodilla en tierra, para añadir dramatismo e impacto a cada escena.

Capa y Magnum Photos
Capa, cuyo nombre real era André Friedmann, fundó Magnum Photos junto a Henri Cartier-Bresson, David Seymour, George Rodger y William Vandivert. Presidió la agencia entre los años 1948 y 1954. Capa, que odiaba la guerra, está considerado como el más insigne fotógrafo de guerra. Cubrió la información de cinco conflictos bélicos: guerra civil española, invasión japonesa de China, Segunda Guerra Mundial, Primera Guerra Árabe-Israelí y Guerra de Indochina. Húngaro, de padres judíos y con ideas comunistas, en 1933 la amenaza nazi le obligó a huir y establecerse en París, donde conoció a la fotoperiodista Gerda Taro. Juntos crearon al prestigioso y famoso fotógrafo norteamericano instalado en Europa Robert Capa (la unión de Robert Taylor y Frank Capra) y bajo ese nombre comenzaron a comercializar sus fotos. Gerda se presentaba como la representante del fotógrafo americano y André como su ayudante. En poco tiempo, el precio de sus fotos se triplicó. Cuando todo se descubrió, André se quedó con el nombre.
A partir de 1936, la cobertura de Capa de la Guerra Civil Española se difundió con regularidad en las revistas Life, Vu, Regards, Picture Post y el diario comunista Ce Soir. Su imagen del soldado republicano herido de muerte en Cerro Muriano (Córdoba) se convirtió en un poderoso símbolo bélico que le valió el reconocimiento internacional. Falleció el 25 de mayo de 1954, en Thai Binh, Indochina, pisó una mina que le quitó la vida al instante, mientras realizaba un reportaje fotográfico para Life.

4. DIARIO FOTOGRÁFICO. Werner Bischof (Zúrich,1916 – Trujillo / Perú, 1954)
Hajduhadhaza, Hungría, 1947. © Werner Bischof / Magnum Photos
Esta serie está considerada unánimemente como una de las mejores en la historia del fotoperiodismo mundial. Bischof, un grandísimo fotógrafo con profundos conocimientos artísticos, elige siete fotografías muy variadas y diametralmente opuestas de sus viajes alrededor del mundo en los años cincuenta: niños peruanos, poblados andinos, un templo de Tokyo, escenas de la vida en Camboya, una bailarina de Bombay o un estanque japonés. Dos de las fotografías de la serie se han convertido en iconos de la historia de la fotografía, como ésta del niño húngaro llorando o el flautista solitario de los Andes. En esta serie de fotografías se percibe a un Bischof que ha encontrado en el fotoperiodismo su senda vital, dedicándose a crear unas bellísimas imágenes con extraordinario nivel de perfección técnica y compositiva, incluso en las circunstancias más extremas, complementadas con un humanismo y un profundo respeto por las personas fotografiadas. Las imágenes destacan por sus matices y contrastes tanto en la composición como en las tonalidades del blanco y negro.

Bischof y Magnum Photos
Bischof perdió la vida con tan sólo 38 años, nueve días antes que Robert Capa, en un accidente de automóvil en Los Andes, en donde estaba realizando un reportaje para Magnum. Su obra, producida en tan sólo 18 años, ha alcanzado los más altos niveles de calidad tanto por su perfección técnica como por su alto compromiso social. En un primer momento Bischof quería ser pintor, pero su familia se opuso. Adquirió renombre internacional tras la publicación en 1945 de un reportaje sobre la devastación causada por la II Guerra Mundial. Posteriormente recorrió Europa Occidental para documentar las consecuencias de la contienda y hasta 1954 viajó por todo el mundo realizando reportajes para las revistas Life, Du, Picture Post, Observer y Fortune. En 1949 se une a la agencia Magnum. Su reportaje Hambre en la India (1951) además de contribuir a la aceleración de la intervención humanitaria, le hizo mundialmente famoso. Consiguió estar presente en los principales escenarios: Guerra de Indochina (1952), Coronación de Isabel II de Inglaterra (1953) y Guerra de Extremo Oriente (1953). Las imágenes de esos viajes se utilizaron en reportajes publicados en grandes revistas de todo el mundo.

5. GANDHI. Henri Cartier-Bresson (Chanteloup-en-Brie,1908 – Montjustin, 2004)
Este reportaje de Cartier-Bresson constituyó el cuerpo central de la exposición. En él muestra las dieciocho fotografías de su legendario portfolio “Gandhi”, realizado en 1948, y que muchos expertos consideran la obra cumbre del fotoperiodismo mundial. En él, el artista se ubica con su Leica telemétrica en el epicentro de las multitudes narrando fielmente los últimos días de vida y el funeral de Gandhi. La secuencia fotográfica no puede ser más completa: la víspera de su asesinato, el anuncio de su muerte por el Primer Ministro Nehru, el pueblo durante el cortejo fúnebre, su cremación y el dolor de sus miles de seguidores mientras observan el esparcimiento de sus cenizas en el río Summa.

  Gandhi justo antes de terminar su ayuno. 1948  © Henri Cartier-Bresson / Magnum Photos
Fruto de varios años previos de contacto diario con Gandhi y sus familiares y allegados, el artista logra una empatía y una confianza ciertamente increíble, hasta el punto de que parece que no estuviera presente mientras dispara. Esta serie constituyó la base para el reportaje aparecido como testimonio póstumo a Gandhi en la revista Life en febrero de
1948.

Cartier-Bresson y Magnum Photos
«La cámara es para mí un cuaderno de dibujo, un instrumento de intuición y espontaneidad; esa maestra del instante que, desde la perspectiva de lo visual, pregunta y decide simultáneamente… ».
Henri Cartier-Bresson

Cartier-Bresson estudió pintura y muy pronto desarrolló una fuerte fascinación por el surrealismo. Fue en 1932, durante un viaje a Costa de Marfil, cuando comenzó su pasión por la fotografía y la cámara Leica, pasión que le acompañaría el resto de su vida. Además de la pintura y de la fotografía también se interesó por el cine, y fue ayudante de dirección de Jean Renoir. Fue otro de los socios fundadores de Magnum. Él se había definido toda su vida como artista, y Robert Capa le advirtió: “si te etiquetan como fotógrafo surrealista te quedarás en eso. No te darán un encargo. Serás como una planta de invernadero. Defínete como fotoperiodista y harás lo que quieras”.
Durante la Segunda Guerra Mundial fue fotoperiodista de la Armada Francesa y en 1940, tras haber sido hecho prisionero de guerra se unió a una organización clandestina dedicada a ayudar a prisioneros y fugitivos. En 1945 fotografió la liberación de París junto a un grupo de periodistas profesionales, filmando después el documental Le Retour (El regreso) sobre la vuelta de los prisioneros de guerra. En paralelo, realizó para la editora Braun una serie de retratos de artistas, pintores y escritores como Matisse, Bonnard, Braque, Rouault, Claudel; entre otros. En 1947 cofundó en Nueva York la agencia Magnum y hasta 1950 viajó por Europa y Oriente (China, India, Birmania, Paquistán e Indonesia), fue el primer fotógrafo que visitó la URSS y realizó reportajes para las grandes revistas del mundo. A partir de 1968 su actividad fotográfica disminuye y centra su trabajo en el dibujo y la pintura. En 2003 creó en París, junto a su esposa y su hija, la Fondation Henri Cartier-Bresson para la conservación de su obra. Cartier-Bresson recibió un sinfín de premios, distinciones y doctorados honoris causa. Murió el 3 de agosto de 2004 en su domicilio de Provenza semanas antes de cumplir noventa y seis años.

6. NIÑOS VIENESES. Erich Lessing (Viena, 1923)

Jardines Belvedere, Viena, Austria, 1954
© Erich Lessing / Magnum Photos
Erich Lessing, toda una institución al reflejar la devastación provocada por la Segunda Guerra Mundial, expone fotografías serenas y alegres de niños vieneses durante la ocupación alemana, ajenos al duro momento que se estaba viviendo. Niños observando inocentemente a la policía mientras realiza maniobras de guerra, jugando en la frontera, en el ayuntamiento o entre los tanques instalados en las calles, los niños cantores de Viena durante alguna presentación o el primer plano de un niño bebiendo un enorme vaso e cerveza mientras observa el entorno. Los críticos describieron aquella serie de imágenes como «unas escenas de niños maravillosamente observados».

Lessing y Magnum Photos
Nacido en Viena, como otros fotógrafos del grupo Lessing tuvo que huír de la ocupación nazi, en este caso a Israel. Estudió radio en Haifa, trabajó en un Kibutz e incluso trabajó de taxista. En la II Guerra Mundial sirvió en el ejército británico como aviador y fotógrafo. Fue invitado a incorporarse a Magnum por David “Chim” Seymour, uno de los fundadores de la agencia, de la que se convertiría en miembro titular en 1955.
Lessing cubrió acontecimientos políticos en África del Norte y Europa e informó sobre el inicio de la era comunista en la Europa Oriental para Life, Epoca, Picture Post y ParisMatch. Sus imágenes de la revuelta húngara de 1956 le valieron el Premio de los Editores de Arte Norteamericanos. A mediados de los cincuenta, decepcionado con el poder del fotoperiodismo como motor de cambio, volvió la mirada hacia el arte, la ciencia y la historia. Se especializó en fotografía en color de gran formato, publicando más de cuarenta libros y consolidándose en todo el mundo como fotógrafo cultural. Ha recibido innumerables premios y es miembro de la Comisión Internacional de Museos de la UNESCO y del CIDOC, su división de información. Lessing reside en Viena.

7. TIERRA DE FARAONES. Ernst Haas (Viena, 1921 – Nueva York, 1986)
La serie consiste en un reportaje del rodaje de la superproducción hollywoodense Tierra de faraones, estrenada en 1955. El director Howard Hawks pensó inicialmente en Capa, quien rechazó el encargo. Las fotografías corresponden a la época de sus inicios profesionales, y Haas deja su particularisimo sello intentando plasmar con la mayor verosimilitud posible la esencia del antiguo Egipto, verificando la máxima de que mediante la fotografía puede revelarse todo un universo dentro de un universo a través de una abstracción de ideas. Haas practicaba la fotografía rompiendo casi todas las normas académicas: disparaba contra el sol y fuera de foco para jugar con los reflejos y las texturas, y aunque ejerció la fotografía documental, en cada toma hay una interpretación personal.
Rodaje de Tierra de Faraones, Egipto, 1954 © Ernst Haas / Magnum Photos

Las imágenes, realizadas en exteriores bajo las condiciones más duras imaginables, dan fe
de las peripecias del rodaje: el calor del desierto, planos generales de miles de figurantes, tormentas de arena y el mes de ayuno del Ramadán convirtieron el rodaje en una tortura para los más de 4.000 participantes, mayoritariamente musulmanes y en un reto para el fotógrafo. El reportaje fue publicado en Life.

Haas y Magnum Photos
Haas se unió a Magnum Photos en 1949, tras haber publicado, primero en Heute y luego en Life, un reportaje sobre el regreso a Viena de los prisioneros de guerra, lo que le valió una invitación de Robert Capa para formar parte del grupo. En 1953 Life publicó Images of a Magic City (New York), su primer gran fotoensayo en color, que dio inicio a su carrera como fotoperiodista en revistas de prestigio como Look o Vogue. Al igual que a Cartier-Bresson, también le interesó el cine. En 1964 fue director de fotografía de la película La Biblia de John Houston y, posteriormente, de Pequeño gran hombre, protagonizada por Dustin Hoffman. A comienzos de los setenta empezó a enseñar fotografía en talleres y en 1976 inauguró la galería Space junto a los fotógrafos Jay Maisel y Pete Turner, donde montó exposiciones en color. Vivió en Nueva York hasta su muerte, viajando por Europa y desarrollando trabajos publicitarios y periodísticos.

8. HUNGRÍA. Jean Marquis (Armentières, 1926)
Ruinas del puente de Isabel, Budapest, Hungría, 1954
© Jean Marquis / Magnum Photos
Se trata de una serie de diez imágenes tomadas durante un viaje a Hungría en 1954. Las fotografías son de tinte costumbrista y muestran lugares como las ruinas del puente de Santa Isabel en Budapest, mujeres vestidas con trajes típicos, la ceremonia de celebración de Pentecostes en Galgahériz o un joven paseando plácidamente en triciclo por el río Danubio. Algunas de las fotos se publicaron en noviembre de aquel mismo año en el New York Times Magazine y en otros medios.

Marquis y Magnum
En 1949, Jean Marquis conoció a Robert Capa, quien apoyó su ambición de convertirse en fotoperiodista. Inició su carrera profesional trabajando para Pierre Gassmann, fundador y jefe de Picto (Pictorial Service), el primer laboratorio fotográfico de Europa. Entre 1956 y 1971 Marquis fue miembro de Magnum haciendo reportajes por diversos países europeos. También trabajó para Time Inc., realizando reportajes sobre las guerras de la independencia de Marruecos y Argelia, y de varios acontecimientos culturales franceses (entre ellos “mayo de 1968”). Hizo también fotografía de escenas para algunas películas. Su última gran exposición fotográfica se realizó en 2001 en el Centre Régional de la Photographie de Douchy-les-Mines, en el norte de Francia.

9. DALMACIA. Marc Riboud (Lyon, 1923)
Ferri de Split a Tragir, Dalmacia, 1951
© Marc Riboud / Magnum Photos
Riboud expone una serie de retratos costumbristas de Dalmacia, región vecina de Austria, realizados en 1951, dos años antes de incorporarse a Magnum. La serie, tomada en Vrlika, Split y Dubrovnik, muestra mujeres hilando, granjeros, pastores, una anciana contemplando pensativa el horizonte; sin dejar de lado los lugares típicos como el mercado popular, algunos entornos rurales o las estrechas callejuelas de la zona, y concluye de forma simbólica con la imagen de un retrato del Jefe del Estado yugoslavo en un mitin. Riboud se caracteriza por ser un fotógrafo extremadamente versátil, su producción abarca desde reportajes de guerras y de movimientos sociales a reportajes fotográficos sobre los más diversos temas como la industria o las modernas tecnologías.

Riboud y Magnum
En 1952 Henri Cartier-Bresson y Robert Capa le invitaron a unirse a Magnum como socio, en donde permaneció hasta 1979. En 1955 se convirtió en miembro titular y fue vicepresidente de la agencia entre 1959 y 1973. Riboud fue uno de los primeros fotógrafos europeos en visitar China y es especialmente conocido por sus exhaustivos reportajes sobre países orientales: Las tres banderas de China (1966), El rostro de Vietnam del Norte (1970), Visiones de China (1981), En China (1996), Mañana Shanghái (2003) y Estambul 1954 – 1998 (2003). Una de sus imágenes más famosas se tomó en Washington, D.C., durante la marcha de 1967 por la paz en Vietnam; en ella, una joven ofrece una flor ante las bayonetas de los soldados que defienden el Pentágono.  Las fotografías de Riboud han aparecido en numerosas y conocidas revistas como Life,  Geo, National Geographic, Paris-Match y Stern. Vive en París






martes, 3 de diciembre de 2013

Internet y el cine convergen

Es una realidad que la red invade cada día mas ámbitos de nuestra realidad cotidiana. Podemos decir sin temor a equivocarnos que lo que no encontremos en Internet no existe. Por ello la industria del cine trata de aprovechar en la mayor medida posible las posibilidades que ofrecen las tecnologías web para apoyar el lanzamiento de sus películas.

Uno de los mayores éxitos cinematográficos de los últimos años se ha construido sobre la base de las obras de Tolkien. Se completó una trilogía alrededor de “El Señor de los anillos” y están en marcha otros tres filmes sobre “El hobbit”. El próximo 13 de diciembre comienza la exhibición de “El hobbit: la desolación de Smaug”, segunda de las películas de esta ultima trilogía. 

Para promocionar este estreno Warner Bros, apoyándose en la plataforma Chrome experiments de Google,  ha lanzado un fascinante sitio web donde los seguidores de las obras de Tolkien y de las películas basadas en ellas pueden encontrar un mapa que reproduce la Tierra Media que puede ser visitada de forma interactiva conociendo tanto las criaturas que la habitan (hobbits, elfos, etc) como los accidentes geográficos y ambientales en los que se mueven. Este soporte geográfico entronca perfectamente en la obra de Tolkien que ya incluyó en las ediciones impresas de sus obras mapas dibujados a mano con muchos detalles del entorno en el que se desarrollaban sus fantásticas historias.

Aprovechando los muchos recursos que ofrece la plataforma, además de la referencia visual global de la Tierra Media de Tolkien, los usuarios también pueden adentrarse en lugares específicos (como Trollshaw Forrest, Rivendel, y Dol Guldur) para acceder al contenido extra,  jugar juegos y disfrutar de una cantidad casi abrumadora de información que colman las expectativas de  los fans del universo de Tolkien. Algunos de ellos se lamentan de que estas facilidades llegan demasiado tarde y se comenta que el viaje de Frodo a Mordor hubiese sido mucho mas sencillo si hubiera dispuesto de este fantástico mapa y la información asociada.  

sábado, 30 de noviembre de 2013

El retrato de los vientos


Uno de los mayores retos a los que se enfrentan los científicos es la predicción de las condiciones climatológicas para un cierto momento en un punto dado del planeta. Sus principales herramientas para resolver este tipo de problemas son los satélites de observación meteorológica y los grandes sistemas de computación que posibilitan la realización de modelos muy detallados. 

Entre estos sistemas se encuentra el GEOS-5 de la NASA, que es capaz de simular las condiciones climáticas en cualquier lugar del mundo con una resolución de tres kilómetros y medio. Como muestra de las capacidades de este sistema, la NASA ha publicado una espectacular visualización que podríamos denominar el retrato de los vientos terrestres. Se trata de un mapa mundial sobre el que se han dibujado los vientos globales que dominan nuestro planeta partiendo de la simulación realizada por GEOS-5. La resolución en este caso es de diez kilómetros. Los vientos superficiales, de 0 a 40 metros por segundo, se muestran en color blanco y muestran, entre otras características, los ciclones del Atlántico y el Pacífico. Los vientos de niveles superiores  (250 hectopascales) varían el color en función de su velocidad, de entre 0 y 175 metros por segundo, siendo el rojo el color utilizado para la velocidad máxima.    
  
Esta simulación fue llevada a cabo en el superordenador Discover del Centro de Simulación del Clima de la NASA. Forma parte de un programa de dos años de duración denominado "Nature Run". Su objetivo principal esta orientado hacia la obtención de un modelo informático que represente la atmósfera terrestre construido a partir de datos básicos como las temperaturas observadas en la superficie del mar, las emisiones provocadas por la quema de biomasa, los volcanes y por otras fuentes originadas por la actividad humana. Como resultado obtendrá patrones climáticos únicos incluyendo las precipitaciones, vientos y huracanes. 

sábado, 9 de noviembre de 2013

William Christenberry


William Christenberry (Tuscaloosa, Alabama, 1936) ocupa un lugar destacado en la historia reciente de la fotografía americana por su peculiar visión del paisaje tradicional del sur de los Estados Unidos y, sin duda, está considerado uno de los pioneros de la fotografía en color. Pero Christenberry es también un creador versátil que ha utilizado otros medios -pintura, dibujo, escultura o instalación- para fijar la memoria de un paisaje transitado y vivido por él a lo largo de su existencia.

Christenberry construye un relato del sur estadounidense, desde y dentro del sur. Un relato parcial, sin duda, que hunde sus raíces en su infancia, sus memorias, sus experiencias, sus lecturas, sus ensoñaciones. Un relato que nos habla de arquitecturas vernáculas y paisajes, pero que también bebe de la historia, de los lados más oscuros de esa historia norteamericana marcada por una guerra fratricida, los desequilibrios económicos y los problemas raciales. Christenberry se convierte así en un narrador esencial que se une a una tradición de creadores que desde otros ámbitos -la novela, la poesía y la fotografía- ha contribuido a conformar el imaginario del sur americano.

La obra de Christenberry es única por su capacidad evocadora a través de una imaginería sencilla que se convierte en monumental. Sus primeras fotografías, que tomaba con una pequeña cámara Brownie, datan de finales de los años cincuenta y originalmente no tenían otra finalidad que servir de referencia para sus pinturas. Christenberry utilizará el color en un momento en que este era considerado demasiado comercial y artificial frente al blanco y negro. Con una gran anticipación –finales de la década de los años cincuenta y principios los sesenta– incorpora el color en su obra fotográfica, utilizando las características de la fotografía amateur (el revelado industrial, el pequeño formato propio de los álbumes familiares, los colores saturados y brillantes) de forma muy consciente y adoptando una actitud pionera en el campo de la nueva fotografía artística.

Esta exposición, que presenta la Fundación Mapfre en Madrid, constituye una oportunidad imprescindible para conocer en profundidad su trabajo fotográfico y otros elementos de su producción. La muestra, que tiene un claro carácter retrospectivo, reúne más de trescientas fotografías, en su mayoría vintage, realizadas entre 1961 y 2007, diez esculturas y The Klan Room. Asimismo, se presenta una selección de su colección de anuncios y carteles publicitarios que ha ido reuniendo a lo largo de estos años y que muestran su interés por la cultura popular. Estos son los apartados que conforman la exposición.

Tras los pasos de James Agee y Walker Evans

Elisabeth Tingle at Tingle House on Mill´s Hill,
near Moundville, Alabama
, 1962  
“En 1960, curioseando en una librería de Birmingham, me tropecé con un libro titulado Elogiemos ahora a hombres famosos, escrito por James Agee e ilustrado con fotografías de Walker Evans. Habían estado juntos en Alabama en 1936 preparando un artículo sobre los aparceros para la revista Fortune. Me impresionaron mucho los textos de Agee, pero algunas de las fotografías me dejaron sin habla porque conocía a aquellas personas. (…) Aquel libro me fascinó absolutamente y empecé a seguir los pasos de Agee y Evans, volviendo a fotografiar los temas que habían abordado y que pude encontrar. Era fascinante para mí. Lo que ellos habían hecho encajaba perfectamente con lo que yo sentía por aquel paisaje y aquellas personas”. (William Christenberry)
Esta exposición se inicia con un grupo de fotografías en blanco y negro fechadas en los primeros años sesenta. Comienza en el mismo sitio, en los mismos lugares e incluso con algunos de los mismos personajes que veintiséis años antes fueron registrados por la cámara de Walker Evans. La primera imagen con la que nos encontramos es la de una mujer: Elisabeth Tingle, fotografiada de nuevo en la misma cocina en la que Evans la fotografió en 1936, uno de los pocos seres humanos que podemos identificar en esta exposición en la que la figura humana está prácticamente ausente. Junto a esta imagen aparecen otras que recogen, casi desde el mismo punto de vista, casas, almacenes de algodón o calles que fueron capturadas por Evans. Pero lo interesante de todo este grupo de imágenes es que también surgen, por primera vez, los temas que Christenberry retomará años después y que se convertirán en iconos de su trabajo: el kudzu, la casa de su familia cerca de Stewart, la Palmist Building (Casa del quiromántico), la calle Beale en Memphis, los anuncios y letreros en medio del campo, el cementerio de Stewart y las casas abandonadas.

Working from memory
Gran parte de la obra fotográfica de Christenberry tiene su origen en los viajes que anualmente realizaba a Hale County para documentar los escenarios de su infancia y juventud. Muchos de los temas que fotografía durante años, incluso décadas, en lo que él mismo ha definido como su particular interés por la estética del envejecimiento (“the aesthetic of aging”). De forma ritual, su cámara registra casas abandonadas, iglesias rurales, cementerios, objetos encontrados en el campo o paisajes intervenidos por el hombre, haciendo de la experiencia personal y el viaje el argumento central y circular de su obra fotográfica y de esta exposición.

Casa, a las afueras de Marion, Alabama ", 1964 
Una visión apresurada de su trabajo fotográfico podría llevar a considerarlo un estudio sobre la arquitectura vernácula del sur; podría parecer también que Christenberry quiere dejarnos testimonio sobre algunas situaciones vividas por él en la Alabama racista de los años sesenta, como los encuentros de los “klanes” o sus rallies secretos de Tennessee; pudiera parecer que pretende capturar el paisaje del sur americano o el rastro dejado por los anuncios publicitarios de la época. Pero lo cierto es que sus fotos van más allá de esa función meramente documental, que parece inherente a la fotografía, para establecer relaciones con cuestiones más complejas: memoria, identidad, autobiografía, decadencia, pérdida, envejecimiento, muerte y transmutación.

En esta exposición merecen una mención especial sus series icónicas que reflejan, año tras año, los procesos de transformación del sujeto fotografiado y que ocupan un lugar esencial en la muestra: Palmist Building, The Underground Nite Club, Storefront, The Bar-B-Q Inn, Coleman’s Cafe, Red Building in Forest, Kudzu and House, Green Warehouse, House and Car o Sprott Church. Precisamente a raíz de uno de sus temas favoritos, la iglesia de Sprott, Christenberry decidirá, a partir de 1974, dar una dimensión escultórica a sus imágenes fotográficas, lo que él llama sus Building Constructions. Una selección de las más representativas forma parte también de esta muestra.

Objetos en el paisaje
Christenberry manifiesta un profundo interés por la cultura popular y los objetos que produce. Su fascinación por los letreros hechos a mano y los carteles publicitarios del paisaje de Alabama se refleja no solo en las múltiples imágenes que ha tomado de los mismos, sino también en su interés por coleccionarlos e incluso reconstruirlos, miniaturizados, e incluirlos en algunas de sus pinturas o esculturas. Estos letreros han de entenderse como auténticos objetos encontrados, muy en sintonía con las prácticas de los nuevos realistas quienes, a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta, dieron entrada a los objetos cotidianos, además de a la acción y la instalación, en el lenguaje artístico. Su irrupción no puede entenderse sin el precedente de Robert Rauschenberg y Jasper Johns, y sin el influjo que desató la figura de Marcel Duchamp en los años sesenta. Christenberry no fue ajeno a estas influencias y, en diversas ocasiones, ha manifestado su atracción por Duchamp, de quien le interesa, entre otras cuestiones, su capacidad para hacer arte con cualquier cosa y especialmente con objetos manufacturados (una rueda de bicicleta, un inodoro o un botellero). A Christenberry también podemos adscribirle esta categoría de objetos encontrados, aunque pasados por el tamiz de los nuevos realismos que utilizaron el objeto cotidiano con un sentido diferente al dadaísta: un coche abandonado a campo abierto, un buzón junto a una carretera o los tapacubos de las ruedas suspendidos en una valla. 

Tapacubos y valla, cerca de Tuscaloosa, Alabama ", 1990 
Christenberry convierte el objeto cotidiano en una nueva experiencia estética, utilizando para ello recursos que ya fueron empleados por los surrealistas: la descontextualización del objeto, que aparece en lugares o situaciones impropias (Oil Sign in Landscape, Jesus Saves), la ironía y el sentido del humor (Pure Future Rose) o el mundo onírico (Dream Buildings).

Paisajes del sur
Casa entre el kudzu, del viaje a Alabama con Lee Friedlander ", 1983
A mediados de los años setenta, gran parte de la arquitectura vernácula y de los temas que Christenberry había fotografiado durante los años cincuenta y sesenta habían desaparecido de su Alabama natal. La sustitución de ese mundo por otro nuevo no atraía su interés. Por ello, a partir de esos años, comienza a prestar mayor atención al paisaje, al paisaje puro que hasta entonces había fotografiado como fondo de sus imágenes. Pero a él no le interesa la visión romántica de una naturaleza idealizada. No son los grandes bosques, que cubren más de la mitad de la superficie del estado de Alabama, ni los ríos que la atraviesan los que atrapan su objetivo. A Christenberry no le atrae la naturaleza monumental, tan presente en la memoria visual americana, sino que su curiosidad se dirige a los paisajes no espectaculares, a los elementos comunes que los componen: los árboles, los caminos de tierra roja, las flores, las nubes de tormenta o el kudzu. En cierto modo, se sigue interesando por los entornos naturales que de alguna manera recogen la intervención humana: las calabaceras son, sin duda, parte del paisaje del sur desde que los indios americanos los utilizaran para dar cobijo a las golondrinas que salvaban sus cosechas de los insectos; como lo es el kudzu que, plantado en los años veinte para evitar la erosión del terreno, ha acabado devorando todo su entorno. Este mayor interés por el paisaje coincide con el uso de cámaras de mayor formato. Es especialmente a partir de 1977 cuando, animado por su amigo Lee Friedlander, y gracias a los negativos de 8x10 pulgadas, introduce en su trabajo un nivel de detalle que la Brownie no le proporcionaba.

La visión urbana
Christenberry está considerado más un fotógrafo de los ambientes rurales que un fotógrafo de la ciudad. Y aunque es cierto que la mayor parte de su producción fotográfica se centra en el paisaje del sur, sus visiones urbanas no carecen de interés. Esta exposición muestra varios de estos trabajos, poco conocidos y realizados en algunas pequeñas ciudades de Alabama (Greensboro, Akron, Newbern, Moundville, Marion) y en la capital de Tennessee, Memphis, a la que estuvo ligado durante unos años como profesor en la universidad.

Muro, «5 Cent Refreshing», Marion, Alabama ", 1964
La forma en que Christenberry se aproxima al paisaje urbano no difiere en mucho de su aproximación al paisaje vernáculo: las calles que fotografía están desiertas, no nos muestran personas -y cuando lo hacen es de forma casual-; refleja los procesos de degradación y transformación de los edificios, a los que somete a un seguimiento durante años; los letreros publicitarios, que invaden muros y fachadas, son también objeto de su atención; recurre a la fragmentación de los temas y en sus encuadres sigue primando la frontalidad. Y es que las transformaciones de la ciudad no son de diferente naturaleza a las que vemos en el mundo rural; el espacio urbano también está sometido a los procesos de abandono y metamorfosis que Christenberry nos muestra en la Alabama rural. La hermosa serie de fotografías que le dedica a la calle Beale de Memphis lo pone de relieve: considerada uno de los lugares míticos del jazz y el blues, donde uno podía encontrarse con Louis Armstrong o B.B. King (The Beale Street Blues Boy), en los años sesenta muchos de sus locales fueron cerrados y abandonados. Christenberry, que conocía bien la ciudad de Memphis, a la que llegó en 1962, fue testigo del proceso de degradación que Beale Street sufrió por aquellos años. Lo que atrae a Christenberry del paisaje urbano es el juego de colores de sus composiciones, el ritmo casi musical de las secuencias, las texturas de los muros que fotografía.

The Klan Room
En diversas ocasiones William Christenberry ha manifestado que no se siente un fotógrafo, sino un artista que utiliza, indistinta y simultáneamente, diversas estrategias formales para expresar sus obsesiones. De hecho, a lo largo de toda su carrera ha recurrido a otros medios como la pintura, el dibujo, la instalación, el assemblage o la escultura. Este es el caso de The Klan Room, un trabajo que Christenberry inicia en la década de los sesenta y al que, a lo largo de todos estos años, ha ido incorporando diversos objetos relacionados con el Ku Klux Klan:

Concentración del Ku Klux Klan, Memphis, Tennessee ", 1966
“En 1962, cuando impartía clases en la Universidad de Memphis, empecé una serie de dibujos y pinturas en un intento por expresar mi repulsa hacia el Ku Klux Klan. En 1963, los primeros muñecos que hice vestían con túnicas y capirotes de satén. En los treinta y tres años transcurridos desde entonces, el conjunto de obras que ahora se conoce como The Klan Room ha ido aumentando hasta alcanzar cientos de objetos e imágenes afines”.(William Christenberry)

Christenberry, que fotografió diversos encuentros de esta organización en Tuscaloosa y Tennessee de forma clandestina, no ha querido obviar este capítulo en su relato del sur, que puede situarse entre los más sombríos de la historia reciente americana y que él vivió en primera línea. En la gestación de este trabajo hay que señalar la influencia de la película El nacimiento de una nación, de William Griffith, y el contacto con otra obra seminal para muchos artistas: el Guernica de Picasso, colgado por entonces en las paredes del MoMA de Nueva York.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Colección Helga de Alvear en Madrid

Con el título "El Arte del presente" se exponen en el CentroCentro de la plaza de Cibeles un centenar de obras de más de 70 artistas pertenecientes a la Colección Helga de Alvear que se presenta por primera vez en Madrid. Helga de Alvear constituye unas de las referencias más notables en el ámbito del mercado del arte en España. Su labor ha supuesto un hito en el contexto de las galerías en nuestro país, introduciendo en España a algunos de los artistas más significados del mundo y apoyando a un buen número de artistas emergentes que han terminado constituyendo, en los últimos años, lo mejor del panorama creativo español.

Helga de Alvear nace en 1936 en la ciudad de Kirn/Nahe (Renania-Palatinado) en Alemania. En 1957 viaja a España para aprender español y conoce al arquitecto Jaime de Alvear con el que contrae matrimonio en 1959 y fija su residencia en Madrid. En 1967 Helga de Alvear conoce a Juana Mordó y comienza lo que con el tiempo se convertirá en su colección de arte. Entra en contacto con los artistas del grupo de Cuenca y de El Paso y se va interesando cada vez más por la escena artística española. En enero de 1980 entra a trabajar en la galería Juana Mordó: son años de aprendizaje, tanto en cuestiones de gestión como en un mayor conocimiento del mundo artístico internacional, especialmente a través de ferias como Art Basel, la Fiac en Paris o la Feria de Colonia. Así es de las galeristas que en 1982 apuestan por innovar la escena española con la creación de la feria ARCO. Con el paso del tiempo la implicación de Helga de Alvear en la galería de Juana Mordó se hace cada vez más importante hasta que, con la muerte de Juana en 1984, toma las riendas, continuando la labor de su mentora.

Jason Rhoades. My Madinah: Pupp Tent/Puss Tent.

En 1995 decide dar un giro a su carrera abriendo una nueva galería bajo su propio nombre en un espacio de más de 900 metros cuadrados junto al Museo Reina Sofía. En este nuevo proyecto apuesta por el arte contemporáneo más internacional con un especial interés por la fotografía, el vídeo y la instalación que en el momento son casi desconocidas en España.

Actualmente la de Helga de Alvear es una de las galerías más solidas y de mayor trayectoria del panorama español con un innegable reconocimiento internacional. Entre otros, Helga de Alvear ha recibido la Medalla de Extremadura en 2007,  la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes concedida por el Ministerio de Cultura en 2008, la Medalla de Cáceres en 2011 y el Premio de la Fundación Arte y Mecenazgo en la categoría Coleccionista en 2012.


Ugo Rondinone.
A day Like This. Made of Nothing and Nothing Else.
En paralelo a su trabajo como galerista, Helga de Alvear ha constituido, con sede en Cáceres,  una de las colecciones privadas de arte contemporáneo más importantes del país, comparable a algunas de las mejores que existen en Europa. La suma de su amplia experiencia y su preclara intuición le han permitido construir un compendio de la historia del arte más reciente y actual, ofreciendo un panorama personal de la misma que, a su vez, constituye una lectura de primer orden acerca de los modos en que se ha ido construyendo la práctica artística mundial. Con plena conciencia de las tendencias predominantes en el panorama actual del arte, Helga de Alvear colecciona fotografía, pintura, vídeo, instalaciones, escultura y dibujo, demostrando interés antes por la calidad y significación de la obra que por disciplinas concretas. Su idea de adquirir obra no es la de crear un discurso cerrado sobre el arte de su momento vital, sino que lo ve como un proceso definido en términos de relaciones entre formas, ideas, espacios e intenciones diversas que generan tensión, emoción y reflexión. Sabe que una colección de arte es una incesante escritura, lectura y relectura de una historia llena de caminos experimentales, de intentos y aciertos, de propuestas diversas tanto en sus lenguajes como en sus contenidos. En su colección conviven obras emocionantes cargadas de tensión artística, junto a otras cuyo valor consistirá en haber sido testigos de un tiempo para el arte.

 Ernesto Neto. Sin título (1999)

La exposición sobre la Colección Helga de Alvear, cuya comisaria ha sido Maria Corral, muestra todas las disciplinas artísticas del arte del presente, haciendo hincapié en aquellos artistas sobre los que ha apostado y de los que ha adquirido un número elevado de sus creaciones. El recorrido comienza con una especie de introducción, con obras de artistas de diferentes países. La pintura que trata sobre sí misma, en la que el color forma movimiento, gesto, se aprecia en obras de Juan Uslé, Felicidad Moreno, Mitsuo Miura, Heimo Zoberning, Pedro Cabrita Reis o Franz West. También se exhibe "una de las obras más conocidas de Vik Muniz, una gran fotografía en la que el artista habla de pintura".

Entre las obras reunidas en torno al paisaje, "siempre relacionado con la personalidad de sus creadores", figura un montaje fotográfico de Olafur Eliasson, mientras que en el tratamiento del cuerpo "no como tal, sino en cuanto a las relaciones que establecen con los demás", se han seleccionado obras de Louise Bourgeois o Juan Muñoz.

Jane & Louise Wilson. Oddments Room II 
Otro capitulo destacado del recorrido es el que trata de la arquitectura, "pero en cuanto a cómo se construyen las ciudades y cómo se destruyen", advirtió María Corral, que ha incluido también en el recorrido una gran instalación en la que Isaac Julien "habla de las discriminaciones, tanto de género como de raza". Destaca también la gran instalación de Jason Rhoades, la de Barthélémy Toguo, el árbol del olor de Ernesto Neto o las grandes fotografías de Jane & Louise Wilson. En los últimos espacios se exhibe la vídeo-instalación formada por 12 pantallas de Ai Wei-Wei. En la selección, que también incluye nombres como los de Helena Almeida, Francis Alys, Andreas Gursky, Isaac Julien, Pipilotti Rist, Thomas Ruff, Thomas Schütte o Santiago Sierra, María Corral ha querido mostrar "cómo colecciona Helga de Alvear y cómo se compromete con los artistas".