sábado, 14 de julio de 2012

Jitka Hanzlová


La fundación Mapfre presenta en Madrid una exposición sobre el trabajo fotográfico de Jitka Hanzlová. Se trata de la mayor retrospectiva internacional de la obra de esta artista. Reúne de manera cronológica nueve de sus series fotográficas. La selección responde a una minuciosa labor de construcción de vínculos entre sus series actuales y las más antiguas, con el fin de ofrecer una lectura coherente de los últimos veinte años de su actividad.
Jitka Hanzlová nace en 1958 en Nachod, República Checa. Con 24 años abandona su país huyendo del régimen comunista y se instala en la ciudad alemana de Essen. Su condición de exiliada marcará de modo fundamental su obra: una investigación constante de la relación del individuo con el contexto en el que habita y cómo éste modela su identidad. Las fotografías de Jitka Hanzlová pretenden captar lo que define a las personas, a la naturaleza y a los objetos, con la intención de poner de manifiesto la relación y las tensiones invisibles que se establecen entre ellos a través de unas imágenes directas, llenas de veracidad y de gran intensidad.
La obra de Hanzlová, que se organiza en torno a diferentes series en las que reflexiona sobre sus propias experiencias vitales, nos proporciona su visión personal de determinados lugares o explora cómo se han representado diversos temas en la Historia del Arte.

Sin título. 1994

Rokytník (1990 - 1994)

Rokytník es el pueblo en que el Jitka Hanzlová creció y en el que aún viven sus familiares. En 1982 se exilió en la República Federal Alemana y sólo regresó a Rokytník en 1990. En la serie aparecen ya los motivos que han marcado su trabajo: retratos, instantáneas de animales y paisajes e imágenes de la vida cotidiana. Las fotografías nos muestran un mundo melancólico, a la vez propio y extraño, en el que Jitka Hanzlová intenta atrapar el tiempo perdido.










Sin título. 1994




Bewohner (1994 - 1996)

Bewohner es el contrapunto de Rokytník. Frente a la naturaleza y el mundo rural, las imágenes de Bewohner, que en alemán significa habitante, ponen de manifiesto la soledad, la incomunicación y la pérdida de raíces de una gran ciudad, que en ocasiones es Berlín, en otras París, Colonia, o la ciudad en la que vive y trabaja desde que se exilió en 1982, Essen, en la región del Ruhr.










Sin título. 2002

Brixton (2002)

Brixton es la capital afrocaribeña de Londres. En 2002 la Photographer’s Gallery invitó a Jitka Hanzlová a realizar un proyecto sobre este barrio. Hanzlová actúa como testigo de una época y un ambiente determinados, en el que se entremezclan objetos domésticos, urbanos y las personas que pueblan esos espacios. Los retratos de mujeres de diferentes generaciones surgieron de los encuentros casuales, breves e intensos con desconocidas. A pesar del efecto de empatía que producen, las imágenes están exentas de cualquier crítica social o sentimentalismo, a la vez que traslucen la sensibilidad de quien se aproxima con respeto a las protagonistas, dejando que sean ellas mismas las que se expresen.





Sin título. 2004
Forest (2000 - 2005)

"En las fotografías de Jitka no hay bienvenida. Fueron tomadas desde dentro. Es el interior profundo de un bosque, percibido como el interior de un guante desde la mano que está dentro."
John Berger
"El bosque empezó a moverse y, conforme miraba a través de la cámara, experimenté miedo."
Jitka Hanzlová
Forest supone un giro en la fotografía de Jitka Hanzlová: la naturaleza desplaza al hombre y el bosque de su infancia cobra todo el protagonismo. Las instantáneas de Forest, como su primera serie, Rokytník, representan la vuelta a las raíces de la fotógrafa checa y manifiestan el lado extraño y siniestro del bosque, al que debía enfrentarse cuando acudía a fotografiar siempre sola, en silencio, envuelta en la niebla o en la oscuridad. Un silencio orgánico que podía escuchar y que le permitía tomar estas imágenes.



Sin título. 2008

Here (1998, 2008 - 2010)

Al igual que en algunas de las fotos de Bewohner, la ciudad de Essen vuelve a ser protagonista, en esta ocasión para mostrarnos la yuxtaposición del ser humano y la naturaleza, del desarrollo urbano y el paisaje. Sus instantáneas de lo inanimado captan el detalle de una ciudad industrial occidental carente de vitalidad -como muestran algunas imágenes de hierbas medio secas, grietas en los muros y casas desoladas-, mientras que otras transmiten la opresión que soporta la naturaleza, cuyo desarrollo a menudo es coartado por la acción del hombre. Sin embargo, los retratos contagian una sensación de serenidad y relajación, potenciada por unos fondos de frondosa y rebosante vegetación de parques o jardines.




Sin título. 2004

Cotton Rose (2004 - 2006)

Cotton Rose es el resultado de un viaje a Japón. Trascendiendo del arquetipo, Jitka Hanzlová desvela la naturaleza, las personas y la arquitectura japonesa, y lo consigue a través de unas imágenes reposadas y penetrantes en donde el hombre está en armonía con el entorno. Algo similar ocurre con las fotografías de plantas y animales, en las que faltan referencias directas a un ambiente típicamente nipón. Sin embargo, en todas ellas se pueden percibir el carácter peculiar de la naturaleza y los enigmas de la vida cotidiana del país asiático.








Sin título. 2007

There is Something I Don’t Know (2000 - 2012)

El rostro muestra las señas de identidad distintivas del ser humano. En la historia del retrato existe la pretensión de ir más allá de la mera representación para comunicar el sustrato profundo de la individualidad. Jitka Hanzlová se instala en la tradición renacentista que pretendía describir los rasgos personales de un individuo a través de su fisionomía. El resultado: una vibración irrepetible que desborda el parecido. Las obras son fruto de una relación de comunicación e intimidad profunda que permite al modelo ensimismarse, concentrarse en su interior. De otra manera, la imagen no ofrecería buen resultado para Hanzlová. Las tomas más recientes de esta serie han sido realizadas en Madrid y producidas por Fundación Mapfre para esta exposición.



Sin título. 2011
Horses (2007 - )

Jitka Hanzlová siente desde niña una especial atracción por los caballos. Para ella, son un espejo que de forma infalible le ofrecen una imagen de sí misma para completar o construir su propia identidad. Aún cuando estas imágenes muestran tan sólo un detalle de sus cuerpos, podemos imaginar el caballo completo, mientras bebe o se alimenta. Asimismo son eficaces en el modo en que transmiten la cualidad orgánica del animal, mostrando incluso su lado más impuro, aquel que suele evitarse en sus representaciones pictóricas y fotográficas tradicionales. Es por esta cercanía que estas fotografías tienen tanta fuerza y transmiten tanta energía. Esta serie, todavía en proceso, se muestra por primera vez al público.




Sin título. 2009
Flowers (2008 - )
Flowers, serie todavía en proceso, enlaza con la tradición de las naturalezas muertas de flores que, a modo de memento mori, recuerda la caducidad de la vida y la perennidad de la muerte. Es fruto del interés de Jitka Hanzlová por el ciclo de los fenómenos vitales y la conciencia de la intemporalidad de la existencia, pero también está relacionada con la influencia, una vez más, de los retratos renacentistas italianos, en los que los fondos negros hacen resaltar con intensidad la luminosidad de los rostros. En definitiva, estas fotografías muestran plantas marchitas o que van secándose paulatinamente y que parecen sobresalir de las tinieblas por la acción de una fuente de luz mágica. El entorno se mantiene oculto para que penetremos en el “interior” de la fotografía.


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